Capítulo 15 "De Manos y Corazones"

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Vampire Academy (POV Dimitri) (TRADUCCIÓN) por LizzieMaría85

Descargo responsabilidad lamentablemente no tengo los derechos de autor material esos pertenecen a Richelle Mead.

Está trama está escrita por Gigi 256.

Capítulo 15 "De Manos y Corazones"

La semana siguiente fue una tortura... para ambos. Rose sufría en silencio las consecuencias de los rumores. La mayor parte del tiempo se ponía una máscara de valentía, pero yo podía ver a través de ella. Vacilaba al momento de mirar a alguien a los ojos, y se aislaba de cualquier actividad social innecesaria. Si no era necesaria su presencia en cualquier parte del campus, se retiraba a su habitación. Al paso de los días, empecé a notar que tenía menos energía. Los círculos oscuros bajo sus ojos crecieron hasta un punto donde ya le era imposible esconderlos con maquillaje. No estaba durmiendo bien, y se veía más delgada. Cuando la veía en la cafetería notaba que no estaba comiendo casi nada. Para alguien que no le apenaba comer más que sus compañeros hombres, esto era muy inusual... casi aterrador. Aunque intentaba sonreír para sus amigos, sus sonrisas eran débiles. Nada podía ocultar las lágrimas que parecían estar a punto de caer en cualquier momento. Sin embargo, las retenía... al menos en público. Involuntariamente, desarrollé el hábito de pasar por su dormitorio para revisar cómo estaba antes de mis turnos nocturnos y la mayoría de las veces podía oírla llorando silenciosamente detrás de la privacidad de su puerta.

Seguí esperando que alguno de sus amigos hablara con ella, que la consolara. Seguramente Vasilissa había notado cómo Rose se estaba desmoronando ante nuestros ojos. Pero no, por el contrario, parecía estar alejándose de Rose. La veía en compañía de otros Moroi de la realeza demasiado a menudo, riendo y aparentemente inconsciente del dolor que eso le causaba a su amiga. De repente, Lissa empezó a convertirse en el centro de la sociedad real juvenil de la escuela. Mientras que Rose hacía su mejor esfuerzo por esconderse del mundo, Vasilissa estaba moviéndose a través de él con facilidad... era como si no le afectara la reputación manchada de su mejor amiga. No podía entender por qué estaba actuando de esta manera, pero era difícil para mí no pensar en ello sin sentir mi propia frustración y tensión.

Incluso Mason le daba su espacio. El chico llevaba el corazón en su mirada, y podía ver la montaña rusa de emociones pasando por ellos cada vez que la miraba. Dolor, celos, traición, lástima, anhelo, coraje, tristeza, y más. En ocasiones parecía como si quisiera acercarse a ella, pero todo lo que recibía a cambio de su esfuerzo era una dura palabra de ira. Después de eso, simplemente la veía desde la distancia... igual que yo.

Aún no sabía que decirle. No quería empeorar la situación, pero tampoco sabía cómo mejorarla. Así que solamente me incliné por la normalidad. Mantuvimos nuestro horario usual de entrenamiento, nunca discutimos acerca de los rumores circulando. Aunque no era mucho, esto parecía darle un poco más de ánimos a Rose, algo que perdía por el resto del día. Seguí corriendo, entrenando, y combatiendo con ella. En ocasiones me ganaba una mirada de sospecha cuando la compasión sacaba lo mejor de mí y le ponía las cosas más fáciles de lo normal, pero en general hacíamos nuestro mejor esfuerzo para pretender que no había sucedido nada.

Una mañana en particular, decidí intentar algo nuevo con ella. Era uno de mis ejercicios ofensivos favoritos de mis días en la academia. Le permitiría usar cualquier arma improvisada que pudiera encontrar para atacarme. Era finales de otoño, casi invierno; había heladas todos los días, pero la nieve ocasional que caía no duraba demasiado. Hoy el suelo estaba limpio y estábamos trabajando afuera.

Mientras probaba varias armas improvisadas, pareció preferir un par de ramas largas. No la culpaba por haberlas elegido, ya que parecían yantok, un arma de artes marciales filipinas llamadas Kali o Eskrima. Rose había practicado antes con ellas así que usar estas ramas sería algo familiar para ella. Luchó apasionadamente, desviándose ocasionalmente de la firme determinación que le había inculcado hacia una cólera más cegadora causada por su tensión actual. Trabajé duro para hacerla retroceder hacia el entrenamiento adecuado, pero a medida que la sesión iba pasando, Rose se volvía más y más desenfocada. Finalmente ordené un receso y recogimos el poco equipo que habíamos usado para llevarlo al almacén cerca del gimnasio.

Academia de Vampiros desde el punto de vista de Dimitri Belikov Donde viven las historias. Descúbrelo ahora