Deseo

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Los invitados, grandes familias de todo el mundo y país llegarían a este evento que se daba cada cierto tiempo, organizado por las 3 familias más destacables de los últimos tiempos, los mayores exponentes del país, entre ellos los Oono.

Akira en completo silencio y con la mirada pérdida recordaba el incidente del aeropuerto de hace poco. Tenía ganas de llegar a su cuarto y desahogarse jugando un poco con la Turbo Express que guardaba bajo 7 llaves.

Su madre sentada a su costado contemplaba alegre desde el balcón la gran celebración que se daba mientras que su hija solo deseaba largarse de ahí.

No paso mucho cuando se acerco un mesero al balcón, sirvió un poco de vino sobre una copa y se le ofreció a la mayor de los Oono. Akira seguía perdida en sus pensamientos, nisiquiera se percató de la presencia del mesero, no después de...

- Señorita Akira ¿No piensa bajar un rato a disfrutar de la fiesta? -pregunto el mesero con amabilidad sonriendo-

- Ella está bien -de inmediato respondió la madre- gracias por el vino puedes retirarte.

Dicho eso el mesero hizo una reverencia y se retiró del balcón. Akira no tuvo tiempo de reaccionar, tampoco es que pudiera decir algo, podría decirse que su madre respondió por ella. Así nuevamente volvió a perderse en sus pensamientos, sólo ahí revivía sus más preciados recuerdos.

- Akira... -habló la madre-

- ¿Mhm? -respondió Akira alzando la mirada-

- Puedes bajar un rato si lo deseas, no es divertido estar aquí viendo el espectáculo si no eres parte de el -después de eso tomo un poco del vino servido-

Akira lo medito por un rato, bajar sería tener que soportar las miradas e intentos de habla que le harían, sería empeorar su estado de humor al no poder comunicarse correctamente. Aún así asintió dándole un sí a su madre.

Akira se levantó de su asiento y salió del balcón, caminando por los pasillos se dirigía a las escaleras, así bajaría de la quinta planta, sería un trayecto algo largo, igual no le quedaba de otra, lo menos quería hacer era apurarse en llegar abajo.

El ascensor sería lo ideal si quisieras llegar rápido en cambio Akira solo quería echar un vistazo a la celebración de más cerca y volver con su madre.

Hacerla creer que paso más tiempo de lo que ella esperaría era su objetivo, eso era lo que quería lograr con las escaleras, a paso lento bajo de planta en planta hasta llegar finalmente al primer piso, ya veía con más claridad el gran evento, sólo tenía que dar un paso más y estaría dentro de él. La entrada se encontraba enfrente de ella, no había más que un paso separándola de ello.

Sin más Akira se dispuso a entrar, varios jóvenes, mayores y otros menores en pequeños grupos charlaban cada uno con una copa a la mano, claro no todos llevaban vino. A los pequeños se les servía jugo de frutas debido a su edad, esto Akira lo comprobó al ver detenidamente en cada celebración el contenido que llevaban las copas, antes creía que incluso los menores podían beber. Se había equivocado.

Las damas al igual que los chicos estaban en grupos, cada una con su respectiva copa en la mano, todo el lugar resplandecía de bonitos adornos, como una larga fila de flores que rodeaba el campus junto a faroles que iluminaban el sitio. Las mesas gozaban de bocadillos, cada vez que estos se terminaban los meseros llegaban con bandejas y rellenaban la mesa de nuevo.

Lo más lindo a resaltar era la fuente de agua del medio, tenía un mecanismo de luces led haciendo que cambiase constantemente el color, dándole un mejor ambiente al lugar, por curiosidad se acerco a la fuente e hizo contacto con el agua, estaba fría, no le disgusto, tampoco es que pudiera esperar algo más.

Estuvo ahí apreciando lo lindo que era el cambio de los colores. Al parecer bajar no fue tan mala idea, Akira solo con ver esto ya se sentía satisfecha, sorprendentemente nadie se le había acercado a hablarle, tuvo la suerte de pasar desapercibida entre la multitud.

Estaba satisfecha, se le dibujo una pequeña sonrisa demostrando lo bien que la estaba pasando, quizás empezaría a explorar más seguido las fiestas en las que era invitada u organizaba su familia.

Fue entonces cuando pasó lo inesperado.

- ¡Te propongo ahora mismo enfrente de ti y de tu familia matrimonio! ¡Te pido que seas mi esposa!

La menor de los Oono no pudo evitar voltear a ver lo que pasaba, de rodillas un chico sostenía una pequeña caja con un anillo adentro. La chica enfrente de él no pudo evitar llevar sus manos a la boca, una propuesta de matrimonio enfrente de tanta gente.

Akira pensó en lo peor, una situación incómoda, algo desastroso. Todos en el campus ahora tenían sus miradas pegadas a la inesperada escena, todos veían atentos en espera del final.

"Le dirá que no"

Ese pensamiento se esfumó al instante, no paso mucho cuando la chica se lanzó a los brazos del joven arrodillado gritando con fuerza "¡Sí acepto!"

Con un poco de dificultad su ahora futuro esposo la tomo en brazos y cerraron en un beso ante todo el público presente. Los aplausos no tardaron en llegar.

Bajar de ese balcón le dio la oportunidad de ver en primera fila este momento, antes dedujo el resultado, ahora pensó con mayor claridad.

El chico hizo la propuesta confiando en el amor y apreció que le tenía su pareja, tenía la confianza de que le daría un sí en cualquier situación. No le avergonzó estar enfrente de tantas personas, muchas de ellas familias de renombre, alcaldes, dueños de empresas y grandes marcas. No se avergonzó, al contrario, quería gritar su amor ante todos y dar el siguiente paso como lo es el matrimonio.

"También quisiera..."

No terminó la línea a pesar de ser dicha en sus pensamientos. Akira sabía lo difícil que era su deseo. De por sí ya lograr algo con él era imposible. Se encontraba a miles de kilómetros lejos del país donde él estaba. Se preguntaba que estará haciendo, seguro jugando o quizás estudiando ¿Con una novia?

Pensar eso arruinó el agradable momento que acababa de tener, la propuesta de matrimonio fue el inicio de este declive. Ver a una pareja unir sus vidas en matrimonio fue algo que Akira anhelaba en un futuro. No con alguien seleccionado para ella, sino una persona que pudiera elegir, escoger y amar.

Sólo te quiero a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora