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Jimin estaba más que sorprendido.

Descubrió muchas cosas interesantes de Jungkook y muchas cosas en común también, como el hecho de que tenía cierta pasión por la danza. Era algo difícil de creer pues el hombre nunca demostró cierta gracia o delicadeza, o al menos no había prestado atención. Su forma de vestir y su actitud tonta lo hicieron pensar que era alguien tosco, nada sutil y con la cabeza hueca como los chicos populares de la universidad.

Pero Jungkook era algo más.

-Ahora comprendo porque tienes buenas piernas...

No había dobles ni malas intenciones en el comentario que Jungkook soltó, pero Jimin tenía un ligero rubor en las mejillas, agradecía que el pelinegro estuviera tan concentrado en su segunda ronda de papas fritas.

- ¿Cuánto tiempo has practicado? - Preguntó ahora Jimin.

-Mmmh...- Jungkook se metió otro puñado de papas a la boca e hizo un conteo mental, se veía ridículo al parecer del rubio pero no comentó nada, solamente sorbió su café mientras esperaba la respuesta. - Quizá cinco o seis años, no estoy realmente seguro... ¿por qué ya no bailas?

-Me mudé...

Jungkook asintió. - ¿Eso que tiene que ver? Te gusta la danza, ¿no? Así que no importa el lugar en donde te encuentres...

-Tu no lo vas a entender...- Jimin sorbió de nuevo el café y miró fastidiado a Jungkook.

Jungkook rodó los ojos, por milésima vez en el día y negó. - Lo entiendo, te mudaste, no conocías a nadie y te rendiste, es así de fácil.

Auch. A Jimin le dolieron las palabras, ¿quién se creía ese imbécil? Las únicas cosas buenas y agradables que había conocido de él en este corto tiempo en la cafetería desaparecieron en el instante que dijo eso.

- ¿Qué tiene de malo rendirse con algo que sabes que ya no va a funcionar?

- ¿Cómo sabes que no funcionará?

-Es más fácil no complicarse la vida. - Dijo Jimin.

-Lo fácil es aburrido. - Contraatacó Jungkook.

-Bueno, tú no vives una vida aburrida, pero yo sí y así me siento genial. - Jimin dijo la última palabra ya algo exaltado y con una sonrisa verdaderamente falsa.

Su cara se veía roja y tan graciosa que Jungkook no pudo evitar soltar una risa, que llamó la atención de las pocas personas en el lugar. - Eres demasiado gracioso.

Jimin balbuceó algo, quizá un insulto pero al pelinegro no le importaba e iba a volver a decir algo, sin embargo, fue interrumpido por el sonido de su teléfono.

- ¿Qué pasó? - Preguntó suspirando.

Jimin intentaba todavía controlar sus emociones, ese maldito siempre lo hacía enojar. Vagamente escuchaba la conversación que estaba teniendo por llamada y supo que su extraña e improvisada reunión había finalizado.

-Sí, seguro, te veo en esa avenida...- la voz de Jungkook sonaba como aliviada y alegre. Era evidente quien estaba al otro lado de la línea. - Ya hablaremos de eso más tarde... si, si, también te quiero, idiota...-Después de colgar, miró a Jimin y le sonrió. - Era Taehyung, dice que ha terminado su trabajo, eres libre ahora...

-Gracias a Dios. - Soltó Jimin mientras se ponía de pie y se dirigía a la salida, con una extraña sensación en su pecho, algo así como decepción.

-También me agradó convivir contigo, Jimin-shi. - Jungkook salió detrás de él y continuó con sus burlas para hacer fastidiar más al rubio.

¿Jimin-shi? No, definitivamente ese idiota jamás iba a agradarle.

Luego de algunas vueltas y más comentarios burlones del pelinegro, por fin había llegado la avenida donde Taehyung iba a esperarlos.

-Ahí esta...- Jungkook sonrió y cruzó corriendo la calle.

Jimin quedó atrás.

Y cuando acercó más, notó la mirada curiosa de su mejor amigo. Siempre se consideró un bicho raro, pero Taehyung nunca lo miró así, ni siquiera la primera vez que se conocieron.

- ¿Ustedes dos estaban juntos? - Preguntó, con una ceja alzada y mirando entre Jungkook y Jimin.

-Invité a Jimin a una cafetería para hablar...- Jungkook tomó el tripie que su novio cargaba y dijo felizmente. - Tu amigo es muy gracioso...

Taehyung sonrió y miró a Jungkook. - Ok, eso definitivamente es raro, comenzando con el hecho de que Jimin aceptó algo de un idiota como tú...- dijo juguetonamente mientras le sacaba la lengua al pelinegro. - Carga esto...- Jungkook iba a reclamar pero una mochila le fue lanzada. -Vamos a tu casa a hablar, Jeon...

Jimin los observó, dolido con Taehyung porque nuevamente estaba siendo abandonado por culpa de ese idiota que giró a mirarlo con ojos de cachorro, como pidiendo perdón.

-Espera, ¿y Jimin? - Jungkook puso más resistencia y se detuvo a unos metros del rubio.

Taehyung tenía un fuerte agarre en su muñeca. - Jimin esta aburrido, me agradecerá darle esta oportunidad para que se vaya a casa. - Su voz era despreocupada.

Contrario a su novio, que sentía que estaba siendo sumamente cruel dejar al chico ahí solo. - En primer lugar fuiste tú quien lo trajo aquí, al menos deberíamos invitarlo, digo, ¿por cortesía? - insistió.

El castaño negó. - Tu y yo tenemos que hablar y solucionar las cosas...- Miró en dirección a Jimin, el rubio estaba distraídamente viendo a su alrededor, ignorándolos por completo. - Créeme, ese chico que ves ahí, prefiere esto a estar escuchándonos discutir...

-Bueno, eso fue culpa tuya...- Reclamó. - ¿No crees que Jimin va a sentirse mal por dejarlo a un lado?

-Mierda, Jungkook...- Taehyung frunció el ceño. - Estas siendo un idiota de nuevo, Jimin estará bien, es un adulto y te repito, necesitamos hablar de lo que sucedió hace un momento...

Jungkook estaba cansado de discutir, así que optó por enterrar su preocupación por Jimin en el fondo de su pecho y hacer caso a su novio, después de todo, Jimin ni siquiera era su amigo, era más amigo de Taehyung, no debía sentirse mal, no, no... quizá, podía hacer un último intento ¿no? - Pero, Taehyung, al menos podríamos acompañarlo a casa...

Falló rotundamente.

Taehyung explotó y maldijo tanto como pudo.

Con un suspiró giró de nuevo hacia Jimin, su corazón se encogió al verlo en el mismo lugar, esta vez observándolos, luego lo vio marcharse.

Jimin, solo otra vez, en medio de la calle y sin saber qué hacer, suspiró, entendía que Taehyung y su novio debían arreglar lo de su pelea anterior, pero, ¿no era muy cruel haberlo dejado así sin siquiera despedirse? A la mierda, estaba acostumbrado, debería estarlo, después de todo, su amigo estaba enamorado y el amor hace estúpidas a las personas.

Con esos pensamientos, los observó una última vez, notando que discutían nuevamente, su corazón se aceleró al cruzar mirada con ese idiota pelinegro, todavía con una expresión agraviada, no lo soportaba, así que se fue de una vez por todas a casa donde su cómoda cama y sus viejos cd's y libros lo esperaban para acompañarlo en su magnífica soledad.

Friend Is a Four Letter Word -  [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora