Extra 2

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Jimin podía parecer un ser frio, carente de expresiones y sutileza para decir las cosas, pero desde que comenzó a salir con Jeon Jungkook, hace tres años, su vida estaba envuelta en miles de emociones diferentes que fue conociendo poco a poco.

Su menos favorita era la que sentía justo en ese momento.

Celos.

Iba a tener una cita con su novio, pero encontró al idiota risa y risa con un chico castaño, de baja estatura, demasiado lindo debía admitir y ¿por qué carajo estaban tan pegados?

Oh, conocía bien esa sensación de egoísmo e inseguridad y comenzaba a salir por sus poros.

-¡Jimin! - Jungkook le gritó en forma de saludo y agitó su mano de manera emocionada.

Jimin se acercó, su bufanda ocultando afortunadamente el puchero involuntario que tenía en los labios. - Hola...- Dijo simplemente y miró al chico desconocido.

-Hola, cariño...- Jungkook le besó sin vergüenza alguna la frente. - Mira, te presento a Yeonjun, es un amigo de la infancia, da la casualidad que se mudó a esta ciudad, ¿no es genial?

El chico hizo una leve reverencia y le sonrió, Jimin por el contrario, tenía su habitual expresión plana y regresó la reverencia. Pero su mente ya estaba llena de pensamientos terribles y exagerados sobre como ese chico ahora sería dueño del tiempo de Jungkook y quizá su novio se daría cuenta que estar con Yeonjun era mejor que pasar el tiempo con él, una persona aburrida y sin carácter y entonces todo acabaría, sería abandonado por Jeon y...

-Oh, ahí viene mi novio...- La suave voz de Yeonjun lo sacó de sus pensamientos. - Lo siento chicos, me tengo que ir, quizá podamos salir en algún otro momento, un gusto conocerte Jimin...

El castaño corrió hacia un chico pelirrojo con alegría y Jimin los vio marcharse.

-¿Celoso? - Jungkook había desarrollado la habilidad de poder leer a su novio a la perfección y claro que se daría cuenta de su estado.

-Para nada. - Negó Jimin. - Él se ve agradable.

Jungkook se burló. - Es lo que dices ahora sabiendo que tiene novio. - Ambos comenzaron a caminar. - Si no lo hubieras sabido, probablemente estarías incómodo y buscando la forma de comenzar una pelea.

Jimin rodó los ojos. - Cállate, camina en silencio.

-Eres un chico muy celoso, Jimin. - Jungkook suspiró enamorado. - No te preocupes, todo de mi te pertenece.

El rubio no respondió, pero su pequeña sonrisa oculta en la bufanda expresaba alivio y felicidad.

Su cita transcurrió sin ningún inconveniente más y fue hasta el anochecer que Jungkook dejó a Jimin en la puerta de su casa.

-No entiendo porque tienes que bajarte del coche, puedes verme entrar desde ahí. - Jimin detuvo sus pasos justo en la puerta.

Jungkook veía al piso y jugueteaba con sus llaves. - Solo quiero asegurarme que estas bien...

-Estoy bien. - Jimin lo miro seriamente. - Así que adiós...

Una exquisita risa salió del pelinegro. - ¿Así vas a despedirte de tu lindo y maravilloso novio?

Las mejillas del rubio se tornaron rojas como manzanas. - Que tiene de maravilloso si se comporta como un tonto.

El pelinegro comenzó a reír con más fuerza. - Tan lindo...- Expresó, acercándose más al más bajo. - No puedes entrar sin regalarme al menos un par de besos...- Sus frías manos tomaron ambos lados de la cara del rubio, vio sus rechonchitos labios rosados húmedos y entreabiertos, a su disposición.

Jimin siempre sentía una sensación extraña en el estómago cuando Jungkook lo observaba de la forma en que lo estaba haciendo ahora, como si quisiera devorarlo.

Sus labios fueron tomados con suavidad, Jungkook era un experto besando, mordió levemente su labio y sintió la humedad de su ágil lengua pidiendo permiso para atacarlo, fue entonces que Jimin abrió un poquito más la boca para que Jungkook le penetrara la boca con la lengua y el beso se convirtió ahora en algo más sucio y brusco, las grandes manos del pelinegro puestas en la cintura del rubio ayudaban a mantenerlo firme, pues sus piernas cosquilleaban y sentía el piso inestable.

Todo a su alrededor era inestable con Jungkook besándolo, emocionante y excitante, aunque no lo dijera abiertamente, pero sus manos enrolladas en el cuello de su novio, atrayéndolo con más fuerza para estar más cerca eran suficiente para dar a entender de que Jungkook lo hacía perder la razón.

La falta de aire hizo que Jungkook se alejara levemente de Jimin y entonces vio su puta imagen favorita, un rubio de nariz bonita sonrojado por completo, del cuello hasta la punta de sus orejas, jadeando, con los labios entreabiertos, hinchados y rogando por ser mordidos hasta el cansancio.

-Precioso...- Soltó con sinceridad, todavía abrazando por la cintura al rubio. - Jodidamente precioso y solo mío...

El rubio retuvo su jadeo y sus ojos cristalinos observaban con cierto brillo peligroso al pelinegro. - Cállate, no digas cosas tan odiosas...- Su voz demostraba vergüenza.

-Solo digo la verdad...- Jungkook le sonrió y besó su frente. - No quiero dejarte ir esta noche...- las palabras salieron más como un murmullo.

Jimin se lamió los labios, sabía a qué se refería su novio, pero no sabía qué hacer en esa situación, el sexo era algo a lo que no habían llegado todavía, simples toqueteos y besos húmedos era todo lo que había podido ofrecer y la única vez que habían intentado más, a Jimin le ganaron los nervios y el miedo.

-Creo que no hay nadie en casa ahora...- Se atrevió a decir. - ¿Quieres quedarte un rato?

Jungkook le sonrió. - Puede ser peligroso. - Luego le guiñó un ojo.

Su reclamo quedó atorado cuando los labios de Jeon atacaron de nuevo.

¿Peligroso? Jimin estaba de acuerdo, sonrió y se derritió entre los brazos de su amado novio mientras era besado, Jungkook era fuerte y posesivo, su saliva todavía tenía el sabor de las cervezas que había tomado horas antes y su perfume era embriagador, su lengua se enredaba con la suya y ocasionalmente recibía una rica mordida en su labio inferior, sacándole quejidos que derretían el cerebro del pelinegro.

Si seguían de esa manera, Jimin podría dejarse caer por completo al peligro, quizá no sería tan malo, Jungkook lo cuidaba siempre, entonces, las palabras salieron por si solas. - Quédate a dormir hoy...

Jungkook tenía una expresión desgarradora. - Puede ser peligroso. - Repitió, su voz un poco profunda y baja.

Jimin asintió. - Creo que está bien para mí. - Murmuró.

El pelinegro sonrió y aceptó la invitación.

Cuanto amaba a Park Jimin.

Lo amaba como loco.

Friend Is a Four Letter Word -  [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora