𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒗𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒄𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐

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Capítulo veinticuatro: Primera Vez.

El partido ya había comenzado y el equipo de Barcelona no tardó en hacerse notar con sus trucos escondidos. Los jugadores se aproximaban al arco del equipo contrario y apretaban para impedir que pudieran pasarse la pelota entre ellos.

En un momento, consiguieron tener el balón en su poder y en un rápido movimiento, Lewandowski se la pasó a Gavi y este pateó la pelota al arco, anotando el primer gol de la noche a los 33 minutos. Cayó contra el suelo al tropesarse por mirar el gol, pero rapidamente se levantó del césped y corrió mirando a la afición, la cual gritaba con fuerza y movían las banderas con emoción.

—¡Vamos!— le gritó al público, sintiendo como sus latidos comenzaban a aumentar gracias a la adrenalina que sentía.

—¡Gol!— gritó Alejandro Balde, acercándose a él para abrazarse.

Caminaron juntos, hasta que vió que Robert se acercaba para saludarlo. Se separó de Balde y abrazó a Lewandowski por el cuello, sintiendo que le correspondía.

El segundo gol del Barcelona se dió a los 45 minutos, esta vez fue por parte de Robert Lewandowski con asistencia de Gavi.

La joven promesa corrió al ver que el balón estaba solo, sin importarle que su cuerpo le pedía detenerse. Miró a su lado y pateó la pelota hacia el 9, entregándosela para que hiciera el gol. Una vez más cayó al suelo, esta vez el ruido que había y golpe que se dió lo aturdieron.

Jadeaba en el suelo mientras veía como su compañero anotaba el gol. Se levantó como pudo, quedando con sus piernas flexionadas y sus brazos extendidos, viendo como se acercaba para abrazarlo.

—¡Goool, gol carajo!— le gritó en la cara con todas sus fuerzas, saltando a los brazos del polaco.

Los dos saltaron y se abrazaron. Gavira sintió como la mano del de ojos claros bajaba a su espalda baja, chocando con su short.

Se separó del abrazo, tambaleante, mirando nuevamente a la afición.

Y el primer tiempo terminó. Los dos equipos salieron y fueron a los vestuarios para descansar.

Pablo mantuvo la cabeza agachada, intentando controlar su respiración agitada. No pensaba que en ese momento tan importante tendría esos problemas, como sentía que su cabeza iba a estallar y que quería vomitar.

Metió otra pastilla a su boca y tomó un trago de agua, comenzó a creer que ya no le hacían efecto o que sus síntomas se volvieron más resistentes a sus medicamentos.

Alzó su cabeza y su mirada se perdió en la pared blanca. Sintió que su cuerpo perdió la fuerza para mantenerse de pie y antes de caer al piso, fue sostenido con fuerza de la cintura.

Su cabeza cayó hacia atrás y mantuvo sus ojos cerrados. Lo tomaron del rostro para levantarle la cabeza y abrió sus ojos, encontrándose con la mirada de Lewandowski sobre él.

—Gavi, ¿qué pasa?— le preguntó.

Pudo ver sus ojos celestes llenos de preocupación. Alzó el brazo y con la mano acarició su mejilla. Sus dedos tocaban la suave piel del más alto, sintiendo el vello de su rostro. También pudo ver como le acercaba a la boca un pequeño sobre.

—Tómalo. Es para que recuperes tu energia— con su ayuda se sentó en un banco y mientras tomaba, el pelinegro le pasaba con mucho cuidado una toalla humeda por la cara.

Miraba lo concentrado que estaba en quitarle el sudor y refrescarlo un poco. Lo estaba ayudando, sentía como el calor desaparecía de su cuerpo, haciéndolo cerrar los ojos nuevamente, escuchando a su entrenador hablar.

𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora