#1 la mudanza

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Por fin me voy de aquí. No lo veré más, no veré más a Elias. Después de pasarlo tan mal, por fin me deshago de los recuerdos amargos que tengo en este maldito pueblo. Todas las risas, burlas, y corazones rotos serán olvidados después de mudarme, o eso espero.

- ¿Te hace falta algo más? ¿Quieres que te ayude con las maletas, o a buscar un taxi? - Mi madre está muy nerviosa. Despuñes de esto no la veré cada día, solo en navidades y en alguna ocasión especial. Me entristeze no verla, pero no puedo continuar viviendo en la misma calle que el chico que me rompió el corazón.

- No mamá, no hace falta que hagas nada más. - Le digo, plantandole un beso en la mejilla. Ella no sabe nada sobre lo de Elias, piensa que somos compañeros de clase, nada más. Es mejor que no lo sepa, no quiero darle más razones para que se preocupe de mi.

Cojo un taxi y me dirijo al aerpuerto, solo. Siempre solo, mi madre no puede salir de casa por su salud, y mi padre ya no está con nosotros, hace ya tres años desde que nos dejó, y se fué al cielo. No quiero pensar mucho en eso, porqué al final acabaré derramando alguna lágrima, y me prometí no hacerlo más.

- ¿Primer viaje al extrangero? - Me pregunta el taxista. No quiero contestarle. No estoy de humor, pero no quiero ser un maleducado.

- Sí, pero no es un simple viaje, me mudo a Alaska. - Digo mirando por la ventana, hechando un ultimo vistazo al pueblo en el que he vivido durante toda mi vida. Aunque no lo quiera aceptar, echaré de menos pasearme por las calles cuando ocsurecía, o jugar en la plaza con mis amigos, o los que creía que lo eran.

- Veo que te quieres aislar del mundo entero, ¿no es así? Espero que te agrade el sitio, me han dicho que tiene unos bosques maravillosos. -

- Gracias, prescisamente me mudo cerca de un gran bosque muy al norte. -

- Ve con cuidado, en el norte habita una criatura que se lleva a aquellos que se atreven a merodear por su territorio. - Dice el taxista

- ¿Un animal? -

- Algo mucho peor, es un gran monstruo, de color verde, y sin corazón que vive aislado del mundo, como tú harás dentro de poco. Ten cuidado, porfavor. -

- Lo tendré, pero no me preocupa lo que me pase, me tengo que alejar de la gente, la gente como Elias. - Susurro para mis adentros. - Y haré lo que sea para conseguirlo. -

El resto del viaje lo pasamos en silencio, hasta llegar al aeropuerto, dónde cojo un avión hacia mi próximo hogar, Alaska.

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El avión es cómodo. Me sento en el asiento del centro, al lado de una mujer mayor, y el otro asiento, a mi derecha está vacío, así que dejo mis bolsas ahí. Durante el vuelo escucho música, pero cuando suena una cancón en concreto, me obligo a dejar de escuchar. Era la canción preferida de Elias, aún la tengo guardada en mi lista. Tengo que acordarme de eliminarla, pero aún no estoy preparado. Para olvidarme de todo, saco el portátil y me propongo escribir algo. Empiezo a teclear alguna cosa, pero lo borro. No consigo tener inspración, así que pienso en qué hacer. Veo que la mujer sentada a mi lado lleva un jersey amarillo, recordándome al viaje en taxi. Reflexiono sobre lo que el taxista y yo hemos hablado, y de repente la conversación del monstruo me viene a la cabeza. Entro en el buscador del ordenador y tecleo "Monstruo del norte de Alaska".

Mientras mi búsqueda se carga me dedico a jugar con la cinta de seguridad de mi asiento, deseando que el viaje se me hiciera más corto. Segundos más tadre, miles de resultados aparecen en la pantalla, y entro en la primera web que aparece, llamada "Leyendas y historias sobre el norte de Alaska". En la página principal hay categorías de los monstruos y leyendas que existen en el norte, y decido entrar en la que se titula "Los más peligrosos", para saber a que me enfrentaría durante mi estancia en Alaska. Descubro que el único monstruo verde es un gran ogro. Su color verde brillante, y lo llaman Sombari, Sombari Shrek. Busco imágenes de el ogro, pero no encuentro resultados existentes, las páginas a las que entro dicen que las únicas personas que lo han visto no han vuelto a salir del bosque, jamás.

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El viaje no ha sido tan cansado como me esperaba. Estoy en el aeropuedro de Alaska, esperando a que mi maleta salga del avión.

- ¿Señor Guillem? ¿Guillem? - Dice un hombre con uniforme y mi maleta.

Voy a buscarla y me dirijo a la salida, pido un taxi y le indico mi nueva dirección al conductor. Al fin podré ver mi nueva casa. La compré hace dos meses, cuando estava muy baja de precio. Era de las únicas casas que me podía permitir, así que me pregunté, ¿porqué no? Al principio estava asustado, porqué nunca había pasado tanto tiempo fuera de casa, pero al final me obligué a ser fuerte, a no dejar que mis emociones lo estropeasen todo. Conozco el sentimiento de arrepentimiento mejor que nadie de mi familia, el arrepentimiento de haverme dejado llevar por las emociones, no por el sentido común, el que habría evitado enamorarse de la persona equivocada, enamorarse de Elias Marqueño.

Ahora estoy en un taxi, de camino a mi nuevo hogar, y aunque parezca raro, creo que es el momento más emocionante de mi vida, el momento en el que empiezo una nueva vida, una nueva historia, un nuevo yo.

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Queridos lectores, ¡¡ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO EL PRIMER CAPÍTULO DE MI NOVELA!!

Sé que está empezando de una maner DEMASIADO sentimental, lo sé, pero os prometo que las cosas se van a poner ✨calientes✨ cuando Guillem conozca al misterioso ogro, o podría decir, a Sombari Shrek ...

VOTEN ZORR*S 😼🤟🏻

Guillem x ShrekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora