Todo tiene una historia. Todo tiene un porqué. Todos tenemos secretos.
Cada cosa es extraña en Tezuma, un reino dirigido por Katsuki Bakugo. Y así como todo tiene una razón, Najuny Gameyu, una chica con un buen dominio con el arco, decide encontra...
Desperté en un lugar que no conozco nada de nada; ni siquiera tenía idea que existía una a habitación así.
Estoy acostada en una cama con un techo, tampoco había visto un diseño así.
El cuarto es grande y consta de cuatro ventas en hilera.
Hay antorchas que iluminan la habitación y enfrente de la cama hay como una ¿fuente? No, es como un ¿lago? No tengo idea pero tiene agua, no es profundo porque se ve el piso. Puedes meter tu pie y solo se hunde la mitad de este.
En la ventana más grande está un sillón cama.
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Mi vestido está sucio y no tengo idea de cómo llegué aquí.
La cabeza me duele pero no al punto de estallar.
Las puertas se abren y me dejan ver a ese pulgoso pajarraco.
—Oh, que bueno, despertaste a tiempo, bonita.
Tiene sus alas más pequeñas y ahí es donde recuerdo todo.
Al ver que no le respondo vuelve a decir:
—Dabi te espera para la cena.
¿La cena? Significa que es de noche y yo...
Dabi me acaba de secuestrar.
—No tengo hambre.—respondo.
—Igual irás.
—No.—saco mi voz más fría y cortante posible.
Pero igual se acercó a mi y me tomó del brazo lo más fuerte para arrastrarme hasta el comedor.
Aunque haga forcejeo por sepárame parece una piedra y a veces odio ser tan débil y frágil como para permitir que me controlen de esta forma.
Llegamos al salón correspondiente. Tiene una mesa para 16 personas y ahí se encuentra Dabi, en la silla principal.
Todo está en silencio y no hay nadie a su alrededor; toma el vino para servirse en su copa vacía.
El pajarraco me deja ahí parada y se va dejando tras de mí el sonido de la puerta al cerrar.
Dabi solo se limita a verme de pies a cabeza.
—Tienes tu vestido muy sucio, preciosa.
No respondo.
—Ve a asearte, das asco.
Pero que bipolar. Primero habla bonito y luego sale con eso.
—Terry.—llama a alguien.
En cuestión de segundo viene una chica de la misma estatura que yo, piel pálida y pelo blanco como la nieve en invierno, tiene atado el pelo en una coleta alta dándole un efecto de cascada que le llega abajo de los hombros.
