Rune: Ana no puede volver al pueblo, es demasiado peligroso.
Están de vuelta en la cabaña abandonada tras un arduo viaje, Ana está débil, durante la vuelta, Rune y Eric la ayudaron a caminar entre los dos, con cada hora que pasaba, Diana veía como su fuerza iba menguando.
Eric: Puede que el caballero tenga razón, princesa, mi amada no es la misma.
Diana: -Observa el aspecto extrañadamente pálido de Ana-
Rune: No se lo sugeriría si no pensara que es lo mejor, confío en lo que sepáis...Su Alteza.
Diana: -Da un respiro cuando Rune la llama Su Alteza- (es toda tan confuso, lo que ocurrió en la Piedra de los Dioses...es demasiado surrealista como para intentar entenderlo ahora)
Y apenas se ha hablado del tema; cada uno de ellos ha optado evitarlo.
Diana: (Quizás entenderlo es complicado para todos, para mí es obvio que sí) quizás tengáis razón.
Rune: No os preocupéis, iremos a ayudar a hablar con la Sabia para ayudar a Anna.
Diana: Gracias, Rune, Mara es nuestra única esperanza.
Rune: Dejaremos que Ana descanse en la cabaña...mientras nosotros viajamos al pueblo.
Ana está sentada contra la pared de la cabaña, Eric la ha ayudado a incorporarse y ahora está ocupado preparando el fuego para la noche.
Diana: -Mira a Ana- (tiene una cara fantasmal)
Ana: Me alegro tanto de volver a verte, Diana.
Diana: No tienes ni idea de lo feliz que me hace verte -se arrodilla a su lado y toma sus manos en las de Ana-
Laya: ¡Beee! -se sienta al lado de Anna y le lame la cara-
Ana: Y a ti, Laya, veo que eres tan especial como siempre.
Laya: ¡Bee!
Ana: Es increíble que Laya te encontrara en el bosque.
Diana: Bueno, Laya ha sido siempre un corderito muy listo.
Ana: -Acaricia al cordero, pero se le cansa el brazo y lo deja caer- ¿cómo debería llamarte a partir de ahora?
Diana: ¿Qué quieres decir?
Ana: Es decir...ahora que eres de la realeza...La princesa Liana ni más ni menos.
Las palabras le parecen ajenas a Diana, como si estuviera observando una escena en la que no participa.
Diana: Llámame Su Alteza.
No hay rastro de la picardía habitual de Ana, simplemente asiente con solemnidad.
Ana: Sí, Su Alteza.
Diana: ¡Ana! ¡era una broma!
Ana: ¿Por qué?
Diana: Soy tu amiga, puedes llamarme como siempre lo has hecho.
Ana: Vale...Diana.
Diana: Me duele que lo dudes, sigo siendo yo.
Ana: Pero no eres simplemente tú, eres una leyenda que ha cobrado vida, literalmente, eres nuestra leyenda que ha cobrado vida.
En otras circunstancias, Diana vería a Ana saltando eufórica, pero está tan débil que apenas puede esbozar una sonrisa.
Ana: Tu vida a cambiado, Diana, cuanto antes te des cuenta, mejor.
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Princesa Liana
FantasyHace mucho tiempo, la familia real fue asesinada por una bruja malvada. En aquel momento, el tiempo se detuvo en todo el reino. Oculta entre campesinos, una verdadera princesa debe descubrirse a sí misma.