La Vida Es Un Hilo (Pausada)

Capítulo #10

*fot del beso de Esme y Alex*

Nota#1: Por hoy no hay notas, haha xD. Voten y comenten amores.

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Drogas, muchas drogas

¡Quiero morir! ¡Joder, estos días serán un completo desastre! No hay nisiquiera una sola televisión en los cuartos. Y en cada tocador que encuentro, solo hay un gran paquete de condones. ¡Condones! Nótese mi cara de pánico.

Tiré fuertemente la puerta del armario que estaba inspeccionando y llevé las manos a mi cabello halándolo de la desesperacion.

Necesitaba respirar. Precisamente aire. Si, aire.

Salí de la novena habitación y caminé escaleras abajo.

La casa estaba decorada a un estilo moderno pero cálido. Todo estaba hecho de madera pero con una forma increíble y el color que decoraba toda la casa era el rojo. Muy bonita pero muy mala en esta ocasión.

La casa era perfecta para un verano familiar. Pero esto no era para nada familiar y mucho menos era verano. Solo faltaban 7 días para que terminara la escuela y por supuesto llegara verano. Mientras tanto no, aún no era verano.

Ahora que lo pienso. ¿Por qué Alex decidió ingresar a la escuela estando ya a final de año académico?

Qué raro...

Alcé mis hombros completamente indiferente. Que me importaba a mi lo que le sucediera a Alex.

Ingresé a la cocina ignorando al montón de gente que se encontraba preparando todo para la fiesta. Había confeti y tiritas de neón por todos lados.

Los chicos se encargaban de conectar los componentes, las luces y todo equipo de música. Las chicas se encargaban de acomodar las bebidas, los utensilios y todo lo que tenga que ver con la decoración de la fiesta.

Eran un equipo pero todo por la fiesta.

La fiesta...

Resoplé completamente enojada y continúe resoplando mientras miraba al suelo hasta que una figura femenina se acercó.

-Podrías ayudar en algo Esme...- habló Amanda mientras me entregaba una caja llena de vasos rojos.

Rodé los ojos mientras tiraba la caja a un lado.

-Ni de coño.- espeté.

Amanda abrió los ojos y me fulminó.

-Tienes que... durante la fiesta te enojaras tanto que no evitarás tomarte un trago y si quieres un trago, tienes que ayudar.- contraatacó mientras tomaba la caja.

Me conocía tan bien. Supongo que no tenía otra salida.

-Bien...- me cruzé de brazos. -¿Que quieres que haga?- espeté.

Ella sonrió totalmente satisfecha.

-Ve al sótano y trae una caja llena de platos coloridos.- ordenó mientras abría la caja y comenzaba a ordenar los vasos en la barra.

-Bien... ¿Donde es? - gruñí.

-Al final del pasillo...- respondió.

Comenzé a caminar y denuevo tuve que esquivar el montón de gente. Continúe hacia el ultimo pasillo y abrí la ultima puerta de unas tantas. Entré a la habitación y abrí otra pequeña puerta de lo que parecía ser el sótano. Afortunadamente lo era.

Suspiré. Tenía el humor por el suelo y ya comenzaba a anochecer, lo que significaba que comenzaría la maldita fiesta.

Bajé las pequeñas escaleras y gracias a la luz del día el sótano no estaba oscuro. El lugar estaba lleno de polvo y demasiadas cajas.