ANHELO ENTRE SOMBRAS

CAPÍTULO 5

Historia creada sin fines de lucro.
Los personajes pertenecen a Nagita & Igarashi.
Historia basada en la temática del "Fantasma de la Ópera" en conmemoración al aniversario del grupo Biblioteca Grandchester.

El fic contiene escenas violentas y para adultos mayores; descripciones sexuales explícitas. Si no gustas de ellas, pasa de largo.
La historia está en proceso.

El fic es completamente de mi autoría. No se permite su reproducción, parcial o total, en ninguna plataforma.

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Los ensayos matutinos no se hicieron esperar. Aunque "Don Juan Tenorio" estaría vigente por dos semanas más, había que trabajar duro para la siguiente puesta en escena que se desarrollaría en forma de musical.

Terry acudía cada día, desde muy temprano, a llevar a cabo sus ensayos. Aunque su talento era nato, siempre le gustaba exigirse más y comprometerse con el proyecto que tomara, entregando su concentración y tiempo al máximo.

Susana había tenido que volver a Londres al día siguiente de la inauguración del teatro, ya que su presencia era requerida para comenzar la promoción de un costoso perfume Channel en el que ella sería el rostro principal. Eleonor se había quedado, al menos hasta la siguiente puesta en escena, donde volvería a Londres, junto a su amado Richard quien, debido a los negocios, no había podido acompañarlos.

Mientras el talentoso joven ensayaba, no había podido apartar de su mente a esa misteriosa chica quien, con la cuarta parte del rostro cubierto con una máscara, se había instalado en sus pensamientos de una manera férrea.

Aquella noche, en la velada, exactamente cuatro días atrás, su cuerpo se había encendido con el beso recibido. Durante todo el tiempo que duró el evento, sus miradas se cruzaban y la electricidad recorría su cuerpo de forma violenta y acuciante.

Cada noche, al cerrar sus ojos, la imagen de ella y esos intensos ojos verdes, se instalaba profundo en su cerebro, haciéndole soñar cosas eróticas con ella, de tal forma que, cada mañana, su adolorido miembro amanecía duro y mojado por tales fantasías. Se sentía como un adolescente experimentando sus primeros sueños húmedos.

Era curioso que, desde aquel día, no había vuelto a verla, pero su presencia y aroma, ese característico olor a fresas salvajes, le llegaba constantemente a sus fosas nasales, como si ella estuviera cerca de él.

Mirando alrededor, buscaba con frenesí poder encontrarla. Era ilógico que la chica estuviera siempre y en todo momento en el teatro, pero, curiosamente, se sentía observado de manera constante y las olas electrizantes completaban su sentir.

Candy llegó hasta la enorme mansión desde el conducto subterráneo. Ingresó casi con los ojos cerrados que le pesaban y se encaminó a su habitación, antes de ingresar, fue interceptada mentalmente por Albert.

--¿Otra vez fuera? –Indagó el rubio.

--Sí. –Respondió lacónica.

--No puedes seguir así, necesitas descansar.

--Tú también, y aquí estás interrogándome.

--Candy... --Advirtió el hombre. –Detén esto.

--No hago nada. Ahora voy a dormir.

--Espero que sepas lo que haces.

La joven ya no respondió.

Desde muy temprano, hora en la que Terry llegaba al teatro, ella se escabullía por los túneles hasta llegar a las catacumbas que se encontraban debajo del enorme teatro. Durante la restauración, había solicitado su construcción pues amaba la obra del fantasma de la ópera y, en especial, porque sentía que su vida se parecía demasiado a la de ese personaje. Se escabullía entre las sombras, ya que el teatro había sido revestido con material antitérmico y black out, para evitar el ingreso de la luz solar y lograr una mayor oscuridad en el sitio, y observaba el desempeño del joven.