Perdón por la demora, es semana de exámenes y proyectos en mi escuela. Aquí esta el capitulo del miércoles. Gracias por la espera ❤️❤️❤️
Saco la charola humeante del horno, quemando algunas puntas de mis dedos.
—Diablos —maldigo en un susurro.
Al asegurarme que el molde de pastel está a salvo en la mesa, tomo mi teléfono con la mano, liberando mi hombro de estar en una posición de incomoda.
—¿A qué te refieres? —interrogo, confundida.
—Solo digo que, deberías tener mucho cuidado —aconseja.
—Vera —demando—, ¿qué es lo que sucede?
Dejo una mano sobre mi cadera.
El silencio llega, advirtiendo la llegada de una noticia que podría no agradarme.
—Tom vino a verme —informa con una nota de desagrado—. Preguntó por ti, quería saber dónde estabas.
Froto mi frente, aminorando el dolor de cabeza.
—¿Hace cuánto? —pido saber.
—Cuando regresé de ese lugar pedido en el que estas.
—¡Vera! —chillo, furiosa—. ¿Por qué no me dijiste?
La pongo en altavoz, dejando el celular a un lado mío.
—Esa no es la peor parte —deja escapar, atemorizada.
Dejo de limpiar mis manos cubiertas de harina, suspendiendo el trapo en el aire, sosteniéndolo.
—Vera —pronunciar su nombre entierra una espina en mi costado.
—Estaba hablando por teléfono, así que lo deje en la puerta, pero el pasó a mi casa. Así que, si lo piensas bien, no es del todo mi culpa —habla demasiado rápido, tanto que me cuesta entender lo que dice—. El punto es que, por alguna extraña razón del destino, vio la hoja donde tenía apuntada tu nueva dirección.
Mi estomago se revuelve.
—Vera —reparo en lo corto que es su nombre, deseando que fuera más largo para prolongar lo que está por venir.
—Dijo que iría a buscarte. Te quiere devuelta. Lo siento.
Cuelgo, sabiendo que no podría continuar con la conversación, incluso si quisiera.
Coloco las manos sobre el mesón, inclinándome hacia el frente.
Mi visión se vuelve borrosa.
El aire huye lejos de mis pulmones.
Mis oídos zumban.
Una maquina invisible taladra mi cabeza.
La sensación de perdida se apodera de mí, acompañada de la presión de correr un maratón, donde una fuerza invisible va detrás de mí.
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Vida Soñada
RomancePor cientos de años, las personas destinadas a pasar el resto de su vida juntos se conocían en algún bar, parque, instituto, en el trabajo, incluso, en la calle. Siempre fue así, excepto para Hanna, quien al ya no tener nada que perder, decide encon...