La cantera

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Al día siguiente, los chicos se despertaron y bajaron junto a sus padres a desayunar.

—Buenos días, chicos. ¿Qué tal durmieron? —preguntó la Sra.Tozier.

—Yo dormí bien, pero prefiero saber como durmió mi hermana.

—Dormí bien, gracias.

—Bien, ya está el desayuno. Siéntense a comer.

Los chicos desayunaron y luego se prepararon para ir a la cantera.

Se iban a juntar todos allá, ya que no siempre están coordinados.

Los hermanos Tozier, pasaron por un camino diferente, ya que Jenny no quería pasar por el callejón, ya saben, recuerdos malos le hacían efecto.

Cuando los Tozier llegaron, estaban todos listos para lanzarse, solo faltaba que llegara Mike.

Cuando Mike por fin llegó, todos se lanzaron, menos Jenny, quien se había distraído.

—Vamos Jenny, ven con nosotros —le gritaba Eddie.

—Si, vamos salta.

Jenny miró hacia abajo, no le daba miedo saltar, ya que está no era la primera vez que lo hacía. Lo que le dio miedo, es que el agua se tornó roja y el cielo se volvió nublado, dejando todo oscuro. Las hojas se marchitaban y el viento, era cada vez más fuerte.

—Nos vemos de vuelta, Jenny —dijo una voz que venía detrás de ella.

Jenny se dio la vuelta para así poder ver quien era tal persona que le hablaba. La voz era reconocida, ya la había oído antes, pero no fue hace mucho tiempo que esta voz la había invadido. Se fue por un momento, pero regreso. ¿Por que ahora? Se preguntaba Jenny, este no era momento de distracciones de este tipo.

Así es, la madre Teresa había vuelto a la cabeza de Jenny.

—¿Que haces aquí? Se supone que estabas muerta, yo misma te mate, ¡todos juntos lo hicimos!

—No creerás que soy ese payaso, ¿o si? Soy yo, Jenny. Soy y tú madre.

—¿Por que tienes que aparecer cada maldita vez que quiero disfrutar mi vida? ¿¡Por que!?

Por otro lado, los chicos miraban hacia arriba, esperando que Jenny saltara y así poder divertirse juntos.

—¿Por que no salta? —preguntó Eddie—. ¿Le sucede algo?

—Tengo que subir —dijo Richie—. Tengo que ver que le pasa.

Mientras Richie subía para ver lo que pasaba con Jenny, ella pestañeaba para despertar del supuesto sueño que para ella era pesadilla.

Cuando Richie llegó con ella, Jenny ya había despertado.

—¿Estás bien? —preguntó su hermano preocupado.

—Si, estoy bien. Hay que saltar.

—¿Segura que estás...?

—Estoy bien ¿si? Saltemos, los chicos esperan.

Los hermanos saltaron y cayeron juntos al agua, minutos más tarde, todos se estaban divirtiendo y muriendo de la risa.

Todos volvieron a sentirse como los niños que eran hace tres años.

Los minutos pasaron y los chicos ya se estaban saliendo del agua.

Jenny se fue a tomar sol junto con Bill, Richie hablaba con Eddie y los chicos los escuchaban.

—Que lastima que Beverly se tuvo que ir de Derry. Era divertido tener a otra chica en el grupo —dijo Jenny.

—No te p-p-preocupes, algún día la volveremos a ver —dijo Bill.

Hay que ser valientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora