Prólogo

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Parque de Racagua.

Dieciséis de agosto, 16.00 horas

—¿Sabes si los ojos hermosos van a volver?  

—Supongo, aquí vivieron después de todo, supongo que no es algo que realmente les hubiera molestado.

—¿Cómo que no les hubiera molestado?

—Yo por lo mínimo hubiera incendiado todo el pueblo.

—Venga, que no fue para tanto.

—Todo el puto mundo hablaba de ellos.

—Sí, pero no era como para irse.

—Los acusaron.

—Realmente no me importaría saber lo del culpable. Me conformo con saber que no lo hizo Owen.

—Yo solo me confirmaría con saber dónde están.

Siguieron trotando aquellas chicas su camino.

Ellas dijeron la verdad, aunque no solo el instituto hablaba de ellos, si no también del pueblo entero.


Sería alguien malvado si me llevará todo el crédito por lo que sé, porque yo no hice esto sola.

Se me olvidaba ¿Quieres saber quiénes somos? Bueno, nosotros somos...

No te lo diré, al menos no nuestros nombres, todavía no.

Nosotros somos quienes los ayudaron, quienes siempre lo supieron todo y no lo impidieron, somos los ayudantes del destino, no somos parte de los ojos hermosos, pero se podría decir que somos su club de fans, nosotros lo supimos, nosotros lo sabemos y nosotros lo sabremos todo.

Para saber porque nadie dejaba de hablar de ellos, porque nadie los olvidará y porque el destino se divirtió con ellos... O para saber quiénes somos.

Los invitó a que lean esta historia.

La historia de la diversión del destino.

La historia de estos amigos.

Su historia.

La historia de los ojos hermosos.

Edición. 2024.

Beautiful Eyes [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora