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Después de todo lo ocurrido con el accidente y haber quedado en shock por la situación, pasé todos los días tratando de convencerme que había sido solo eso, un accidente. Sin embargo, Cristóbal seguía insistiendo que tuviera más cuidado y que no había sido una casualidad.

- ¡Entiende Yen! Primero tu oficina, después un automóvil intenta arrollarte ¿Llamas a eso un accidente? ¿Casualidad? -comenzaba a irritarme esta conversación.

-Por milésima vez Cristóbal. Fue mi culpa por estar ensimismada con el móvil. Por suerte Franco pasaba por ahí y evitó un accidente. No tienes de qué preocuparte, estoy bien.

-Linda, deberías de entenderme, eres mi hermana y junto con Melanie eres lo más importante en mi vida. ¿Cómo estarías en mi situación si en lugar de pasarte a ti, me pasara a mí?

-No digas eso ni en broma ¿Me oíste? -respondí molesta.

No podría ni siquiera imaginarme como estuviera si él hubiese sido el que hubiese pasado por eso. Entonces entendí su preocupación y decidí abrazarlo.

-Solo quiero que tengas más cuidado, ahora tienes una hija que depende de ti ¿De acuerdo?

Asentí dándole la razón, una parte de mí muy en el fondo comenzaba a creer en lo que cris me decía.

Llegué a casa pensativa ¿Realmente nada es una coincidencia? No le he hecho el mal a nadie, no tengo "enemigos" que quieran hacerme daño ¿Debería tomar clases de defensa personal? No, Solo es una exageración de Cristóbal. Me encontré a Bianca en mi camino a ver a mi hija.

-Buenas tardes ¿cómo se portó mi niña el día de hoy?

-Buenas tardes, señora, Melanie estuvo muy inquieta, pero Don Franco la ha cuidado toda la tarde -respondió sonriente.

-El señor ¿está aquí?

Ella asintió y se marchó. Extrañada me acerqué al dormitorio de Meli no creyendo aquello que me había dicho. Y en efecto ahí estaba él, caminando de un lado hacia otro con mi hija recostada en su pecho, meciéndola con delicadeza mientras la arrullaba, perdido frente a la ventana. Pareció notar mi presencia porque se giró hacia mí viéndose descubierto.

-Llegaste temprano hoy -dijo recostando a Melanie en su cuna, lucia irritado.

-Por lo visto tú no fuiste a trabajar -respondí tomando una actitud defensiva.

-Yo siempre trabajo, el que no haya ido a la oficina hoy no quiere decir que no trabajé -Salió molesto del cuarto. Vuelven los cambios de humor en este hombre. Verifiqué que la niña estuviera cómoda y segura. Tenía mucha hambre así que fui a la cocina por algo de fruta.

Evans estaba en la barra tomando café y leyendo algo en su Tablet, seguro algo del trabajo. No encontré lo que buscaba y después de tanto menear el refrigerador lo cerré con fastidio.

- ¡¿Podrías por un momento mantenerte en silencio?! -explotó.

- ¿Qué diablos te pasa? -pregunté molesta.

No me respondió, solo tomó sus cosas y salió de la cocina. Volvíamos a lo mismo de antes, por la noche no cenó con nosotras, ni lo miré al día siguiente por la mañana.

Realmente me cuestioné qué era lo que conocía de Franco, pero no encontré nada. Sus cambios de humor, sus constantes salidas, siempre estaba frustrado, nada parecía tenerlo contento. Él tan perfecto, no sabía nada de su familia salvo el nombre de sus padres y abuelo. Era irritante y no se podía tener una conversación en la que sacara a relucir algún defecto sin importar de quien sea, salvo de él por su puesto. Creía saberlo todo y siempre debía tener la razón. Sinceramente no conocía nada de Franco Evans, pero ¿realmente quería conocerlo? Creo que la respuesta es un rotundo no, no era necesario, solamente teníamos que sobrevivir y ya está. No había problema en ello ¿o sí?

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⏰ Última actualización: Feb 25, 2023 ⏰

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