Todo lo contrario a mi - Iker Casillas y tú

1: Un sitio importante

Julia pov's

Eran las 10:30 de la mañana, la verdad, no me iba a levantar corriendo ni temprano, tengo una vida tranquila.

Pero finalmente me tuve que despertar a esa hora porque vino mi hermano tirándome de la sábana.

—¡Vengaaa, que ya son las 10:30!—me gritó.

Mucho grito para tan poco tiempo despierta.

—¡Ay yaa, pero sueltaa!—le respondí.

Él soltó la manta y rápido la cogí de nuevo.

—Lo sabiaa, eres una traidoraa— se tiró encima mía.

Me rei y le abracé la cabeza, el me abrazó también.

—Bueno, no pasa nada por estar un rato más en la cama— agarró la manta y se metió conmigo.

—Incluso, sigues en pijama, tonto— le insulte.

—Porque no llevo ni media hora despierto, lo que pasa es que voy directo a molestarte— se rio.

Le miré con cara de "decepcionada" y me llevé la mano al pecho, haciendo drama.

—Me lo esperaba de todos menos de ti— puse mi mano en frente de su cara, abierta.

—Era bromaa— dijo.

—No, no, no, vale, vale— quité la mano y me metí debajo de la sábana.

Porque me metía debajo si hacía calor.

—¡Sal de ahí que te va a dar un golpe de calor, gilipollas— me dijo, sacándome.

—¡Ayyy!— de pronto me soltó.

—¡Yo me tenía que ir!— dijo, muy alarmado.

Salí de la cama y fui al baño a asearme.

—¿¡Dónde!?— respondí.

—A un sitio— entró rápido al baño y me echó a mi, comenzó a asearse.

Me apoyé en la puerta del baño, la cual estaba cerrada.

—¿Importante?— pregunté.

—Mucho— salió del baño y se fue a cambiarse.

—Bueno, ¿necesitas algo?—  respondí.

—Si, ponme todo lo que llevo normalmente en la mesa de la entrada, porfa— me dijo.

—Valee— respondí e hice aquello.

Al poco tiempo el agarró todas las cosas y me dio un beso en la mejilla.

—Cuidate, gracias, cuando vuelva te cuento— respondió.

—Ehh, vale, ¿suerte?— dije.

—¡La necesito!— dijo, yéndose.

Confundida cerré la puerta.

Que será.

Me fui a la habitación y la ordené, la rutina de siempre.

Me hice mi desayuno mientras hacía directo en Instagram, se unieron la cantidad de siempre.

Después ordené todo un poco más y segui hablando con la gente del directo.

. . .

Mi hermano llegó, sentí la puerta abrirse.

—Ya vinoo— le dije a la gente.

—¡Estoy en directo, tate!— le dije.

En ese momento no me dejó acabar la frase y desde la puerta del salón me dijo.