Prólogo

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Jamás espero verlo nuevamente, lo habían declarado muerto tras aquella explosión hace algunos años. Tony lloró la pérdida de su primer cachorro que entró en una depresión fuerte que le costó salir y ahora... no podía creer lo que pasaba. Su misión debió ser fácil, detener a los intrusos que deseaba robar la tecnología Stark y con Tony fuera del país por las conferencias, Steve era el encargado de vigilar la torre de los vengadores junto con Strange y Bruce. Todo se derrumbó cuando empezó a pelear con ese desconocido y rompió su máscara, aquellos ojos color miel iguales a Tony Stark, provocó en el mago una gran sorpresa que miró a ver al Capitán América ya que inclusive poseía la estatura y porte de aquel alfa rubio — Steve... pensé que... — ¡Ni siquiera sabía que era lo que pasaba en ese momento!


Steve corría como jamás en su vida lo había hecho, sintiendo como sus oídos zumbaban tras aquellas explosiones que no dejaban de detonar detrás de él. Perseguía a aquel joven alfa con desesperación que sentía caer sus lágrimas caer por sus mejillas — ¡Espera! ¡ESPERA! — gritaba desesperado.


A está alturas lo último que quería era terminar la misión y solo obtener las respuesta que carcomían su alma así que solo tuvo que dar un brinco para caer encima de aquel joven que maldecía — Pinché madre... — soltó de golpe para alejar de una patada al rubio y ahora ambos solo se miraban en silencio — No me compliques la misión Werito — expresó con burla. Steve solo estaba en silencio y es que era la bella combinación del amor que tenía con su omega destinado, el gran parecido con ambos que no pudo evitar sonreír un poco ante ello — ¿Qué ha pasado Arno? ¿Por qué estás con HYDRA? ¡Son el enemigo! — aquellas preguntas alteró al más joven que no respondió, solo se acercó para soltar un poderoso golpe con su mano derecha pero que fue esquivado, Steve no podía dar crédito a lo que veía en su hijo... aquellos ojos que tenía, teñidos de rojo no era nada normal y lo único que pudo sentir era una fuerte patada en su estómago que le hizo caer de rodillas junto con su escudo — ¿Arno, cariño...? Steve obtuvo de respuesta sólo un gruñido por parte del menor que tomaba su escudo — Vaya, estar en el hielo te ha hecho mal... no soy ese tal Arno Werito.... Me llamo ... — soltó un largo suspiro y le sostuvo la mirada al famoso capitán America para regalarle una sonrisa maliciosa — Soy Guillermo Ochoa... y si estoy con ellos es porque les debo la vida, me aceptaron sin importar nada y no puedo traicionar a mi padre... —


La respiración de Steve se alteró sobremanera que se levantó de golpe — ¿Qué dices? ¡Tony y yo somos tus padres! —


Guillermo dio un pasa hacia atrás ante esas palabras que empezó a reír fuerte — Tata.... Tenía razón, ustedes usan la confusión como arma ¡Es grandioso pero conmigo no aplica! — E iba atacar nuevamente al Capitán con escucho como unos propulsores estaban siendo cargados que al girarse vio al gran Iron Man apuntó de atacar que logró cubrirse con el escudo antes de salir volando. — Mierda... — fue lo único que dijo al sentir el suelo y escupió un poco de sangre, en estos momentos agradecía aquel suero en su sistema.


No esperaba que ambos se juntaran para atacarlo así que solo saco de su bolsillo una bomba de humo y lanzarla para poder escapar. Pero Tony ni Steve lo permitirían — ¡TONY, es él... es Él! — Iron Man no entendía nada en ese momento y solo salió en busca del imbecil que atacó su esposo y robó su tecnología. Pero grande la sorpresa cuando notó cómo este se subía a un jet y lo miraba de manera burlona, justamente la mirada que él tenía y lo único que recuerda eran esos ojos rojizos mirándole con extrañeza antes de caer hasta los suelos al sentir una fuerte ráfaga en su pecho. Guillermo al fin tenía la parte faltante para su proyecto personal y aunque sabía la reprimenda que le daría sus padres, valdría la pena — Andrés, por fa, pon modo invisible y métele turbo, mis jefes han de estar encabronados — esto último lo dijo con una leve mueca, ya imaginaba a su papi malhumorado por su escapada.


Y si algo odiaba, era hacer enojar a su padre... Andrés solo empezó a reír fuerte, aunque no lo dijera en voz alta, sabía que a Guillermo era un alfa poderoso pero demasiado mimado por sus padrinos.


Steve solo corría hasta su omega inconsciente que abrazó con fuerza — Cariño... cariño, por favor — susurró y lo único que recibía de respuesta era bromas de mal gusto provocando que sonriera un poco.


Tony y Steve al fin habían encontrado a su cachorro, que ya habían dado por muerto tras su larga ausencia después de aquella explosión.

Sobreviviendo al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora