His Name ☠ Death Note [LawLight] ✓Omegaverse

01. ☠️Perdido☠️

Al escuchar tal cosa semejante, mis ideas se dispararon, ¿Un secuestro?

Salí del departamento a largas zancadas, hasta llegar al estacionamiento, donde al meterme en el auto, conduje de manera errática, atravesando las calles nocturnas con tal demencia como mis vagos pensamientos me demandaban, pensamientos confusos entre la voz trémula de algún bufón que se dispersaba en la radio del auto, era una emisora cualquiera dando las noticias de la tarde; "Temo por mi vida al hablar sobre esto... Pero sé que no soy el único que sabe que el mundo en los últimos años, se ha sumido en la desesperanza, en una tiranía desconocida que puede condenarnos a muerte en cualquier momento, que busca someternos. ¡Y no hay nada que podamos hacer, Kira nos matará a todos!"

Apagué el maldito aparato de inmediato, me encontraba acongojado por exuberantes olas de profunda ira, que hacían mis dedos flaquear al volante, haciéndome conducir vacilante y desenfrenado por la extensa autopista, con el golpeteo de mi latir acelerado, que colapsó frenético al sentir la atracción de un inmenso vehículo de carga pasar frente a mis ojos desorbitados ante mí desatención a mi panorama, frené de estrépito, al punto de sentir mis rodillas golpear violentamente con el frente de mi auto al compás de un repertorio de insultos provenientes de los conductores que me rodeaban.

Fue un camino imposible, mis nervios me estaban dominando. Mis pensamientos sucedían sin cohesión alguna, mi mente cansada se concentraba en los detalles más insignificantes, sin dejar paso a la angustia que lo acontecido debía provocarme.

Pese a los contratiempos, había llegado a salvo a la oficina. Eso sí, con una sensación iracunda de aversión hacia esos rostros alargados, con expresión extraña y el tono particularmente altivo que usaba mi padre para hacerme notar su desagrado ante mi descuidada presencia. Pero, últimamente ya no me importaba que tipo de impresión le daba a este mísero grupo de imbéciles.

-¿Qué es lo que sucedió? ¿Cuándo llamaron?-Pregunté de inmediato, sin hacer reparo de comentar unas cuantas formalidades como saludo. Mi evasión a cualquier comentario cordial pasó desapercibido, la situación era de gravedad y pude percibirlo al ingresar a esa sala, pues el ambiente emanaba desconfianza.

-Llamaron a las seis con treinta, confirmamos que se realizó desde el teléfono del director.-El agente Aizawa mantenía una mirada de desesperanza que me confirmó que me habían llamado por otro motivo, por un objeto en especial que requería un importante papel en este secuestro.

-¿Pidieron condiciones?-Pregunté con cautela, sin ser lo suficientemente específico, pronosticando aquella seña afirmativa que dirigió mi mirada a mi viejo padre, sentado en su escritorio frotando su cien erráticamente, esquivando mi mirada. Provocándome desconcierto y recelo. ¿Habría sido él?

-Pidieron la libreta a cambio del director.-Confirmó Aizawa, me dirigí a mi padre con un tono severo.

-¿Cómo se enteraron de la libreta? ¿Acaso le comentaste al director?-Cuestioné ávidamente, disimulando la ansiedad que comenzaba a crecer desde mi pecho.

-Nadie lo sabía, mantuve el acuerdo de confidencialidad-Frenó su acción para mirarme con aquella expresión dura, típica de un hombre firme, rígido en su pensar y estructura. Aquella misma que buscaba intimidar, a la par de que aparentaba diplomacia.-Es imposible que se la haya mencionado a los secuestradores... Quizá sea Kira.

-Lo dudo. -Interrumpió el azabache, con tal firmeza y convicción que me llevó a creer que pudiese ser el responsable. -Es posible que se haya filtrado la información y haya mucha gente detrás de esto, puede ser una organización.

Me percaté de que su tono de voz era notoriamente seguro, arbitrario a su carácter recesivo e ingenuo, típico de aquellas personas cuya nobleza les hace caer en la estupidez. Pero había cambiado algo en él, su expresión se mantuvo cómo siempre distraída y dócil, su tono de voz que flaqueaba al expresar sus ideas. Pero su misticismo, incrementaba con el pasar de los meses, podía afirmar que no era el mismo Touta que cometió tantas impertinencias hace algunos años.