Matar o Perder

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“El alma se llena de locura a medida que el corazón se vacía de sentimientos”.

Capítulo 8: Matar o Perder

Esa noche me fui a dormir después de cenar acompañada hasta la puerta de mi supuesto cuarto  de la mano del  mayordomo,   que por su forma de hablar era demasiada elegancia para un simple mayordomo. No pude dormir como quería, pues los nervios no me dejaron. La noche paso y solo me di cuenta de ello cuando el pitido de una especie de alarma que repetía una y otra vez que eran las seis de la mañana. Me siento en la cama y pongo los pies en el helado suelo. Por primera vez me doy cuenta, desde que salí del burdel, que estoy en el exterior pero sigo presa de mis propias costumbres. 

—¿Señorita puedo pasar? —La vos de una mujer suena detrás de la puerta, acomodo mi vestuario como puedo.

—Pasa.

Esta se adentra a la habitación, sus pasos se escuchan cada vez más cerca.

—Le traje su desayuno. Espero que sea de su total agrado. —Por su tono de voz se escuchaba un poco molesta.

Siento como toma mi mano y deposita la cuchara en ella, colocando la bandeja en mis piernas.

—No tienes que hacer todo esto. Solo dame la bandeja, yo hago el resto. —Aprieto un poco la cuchara.

—Está compuesto por frutas, una manzana, durazno y una tostada con mermelada de higo. —Me ignoró completamente, pero contuve mi ira.

Dirigí mi mano al desayuno, tome la manzana, ya que era la más grande.

—Puedes retirarte. —Levante mi cabeza y le sonreí.

Escuche como resoplo y salió de la habitación dando un portazo. Me centro en desayunar  y  vuelvo a acostarme, después saldré a la cocina a comer. Continuo nerviosa, no sé lo que pasara hoy pero de que ganare eso es seguro. La puerta es golpeada nuevamente y me dispongo a levantarme, camino hacia ella, tomo el picaporte, lo giro abriendo la puerta.

—Buenas señorita, debe estar muy aburrida en su cuarto, acompáñeme al jardín seguro le vendrá bien un poco de aire fresco. —Se escucha un poco preocupado.

Me sorprende que el mayordomo venga a estas horas. De cierto modo me recuerda a mi padre.

—Solo deme unos segundos para prepárame. —Este toma mi mano y la soba dándome a entender que esperará.

Sierro la puerta nuevamente  dirigiéndome  al cuarto de baño, me preparo en tan solo dos segundos y abro la puerta otra vez. Siento como toma mi mano indicando que salga y lo sigo. Unos segundos después el fresco aire toca mi cuerpo relajándome al instante. Me siento tan libre en estos momentos que una lágrima se derrama por mi mejilla inconscientemente. Dirijo mi mano a mi rostro y la limpio rápidamente.

—Yo me retiro, se puede quedar el tiempo que sea, veo que le ha sentado bien. —Tiene un timbre de emoción en su voz, que aunque no lo crea me trasmite un poco de esa alegría.

Se escucha como sus pasos se alejan rápidamente. Solo disfruto, sin percatarme de lo rápido que pasa el tiempo.

—Es hora de volver señorita, su comida ya está preparada.

Así como si nada mi tranquilidad termina y regreso dentro. No tomo bocado alguno y cuando el mayordomo se percata de esto solo me dice.

—Acompáñeme, el señor la espera —habla con mucha seriedad.

Mis nervios se disparan pero sigo el sonido de sus pasos, lo que para mí fue una eternidad, hasta que este se detiene.  Me percato como abre una puerta y esa voz que me paraliza solo de escucharla  suena dentro.

—¿Qué pasa? Entra. —Se escucha tan varonil y elegante a la vez.

¡¡Dios!! Porque me siento tan intranquila de repente. Entro y la puerta es cerrada detrás de mí. Siento como me toma de la cintura  dirigiéndome  a cierto lugar del cuarto, nos detenemos al escuchar  unos pequeños gritos amortiguamos. Me paralizo de arriba abajo. Él toma mi mano y la coloca en lo que a mi parecer era el pecho de un hombre. Sus latidos eran tan acelerados  que en cualquier momento podría tener un infarto.

—¿Escuchas esos latidos tan desenfrenados, y los gritos amortiguados por la mordaza?, ¿no son una delicia?

Esta vez los latidos que estaban acelerados eran los míos,  mis manos temblaban en el pecho de ese hombre. Entonces el volvió a hablar, apretando ligeramente mi cintura con sus manos.

—¿Sabes? Estuve así en una ocasión, donde asaltaron la mansión. Yo era un pequeño de tan solo nueve años, pero eso no les importo para átame a una silla y ver como delante de mi apuñaleaban a mi madre varias veces. Ella  gritaba desesperada pero la mordaza que tenía en su boca amortiguaba cualquier  sonido que quisiera salir de esta.

Trague grueso,  no sabía que decirle, estaba en un completo shock hasta que el rompió el silencio nuevamente.

—El acecino de mi madre se dirijo a mí, colocándose detrás de mi silla, tomo mi cara con ambas manos y me grito: “¡Mira sus ojos maldita sea! Es ahí donde puedes ver como esos bellos ojos pierden el brillo y de cómo la vida de tu madre se escapa y no puedes hacer nada para evitarlo.” —Por como decía cada  pada palabra, puedo asegurar que sentía un gran odio, pero sus últimas palabras antes de volver a callar me sorprendieron aún más—: Solo lo supe en ese momento,  se necesitaba mucha locura para soportar tanta realidad.

Quite mi mano del pecho de ese hombre dirigiéndolas a las que me  apresaban la cintura apretándolas levemente.

—No fue tu culpa. —Fue lo único que logre expresar.

Pero no salía de mi mente la pregunta de por qué me estaba contando algo tan íntimo como eso.

—¿Por qué piensas que me culpo por la muerte de mi madre?  

Esta vez su aliento estaba en mi cuello, mi piel se erizo al sentirlo tan cerca. ¡Maldita sea! Soy tan débil cuando se acerca de ese modo a mí. Cierro mis ojos fuertemente y lo escucho reírse. Retira mis manos de las suyas y en su lugar coloca el mango de lo que a mi parecer después de tocarlo rápidamente era un cuchillo. 

—Empecemos con el primer juego, debes apuñalear a este sujeto tres veces, entonces  ganaras.  Si te niegas, yo lo matare y tendrás que quedarte en este cuanto sola, además de desnuda, en una tina de agua helada la noche entera hasta que venga a recogerte.

      En ese momento mi corazón se paralizo, pensé que moriría en cualquier momento. Jamás pensé que tendría que matar a alguien, y menos sin conocerla.  El tiempo a mi alrededor se detuvo, ni siquiera escuchaba los gemidos ahogados de la persona a centímetros de mí. Los recuerdos de lo que sufrí, vienen inundando mi cabeza, todas las veces  grite que me dejaran, que no quería que me tocaran. Cuanto lloraba, después de que abusaban de mí como les parecía. Lo golpeada que estaba, las noches que no dormí por  el dolor  tan intenso en mi vagina. Las palabras que me repetía todas las noches en silencio “TENDRE MI VENGANZA CUESTE LO QUE CUESTE”.

Apretando el hierro entre mis manos fuertemente no lo pensé más y lo enterré sin ningún arrepentimiento en el pecho de ese hombre una y otra vez. La sangre caliente me salpicó tanto que sentía mi cara completamente empapada en ella. Solté el pesado instrumentó y junte mis manos temblorosas. ¿Qué acababa de hacer? Esa pregunta me atormentaba ya que sabía la respuesta. He acabado con mi humanidad. Soy un monstruo.

Holaaa😅, si, hace  mucho q no actualizaba. Perdón 🙏🙏. ¿Que creen q pasará en el próximo capítulo? 😏😏😏

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Las réplicas del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora