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no sabía qué era más incómodo.
si el hecho de estar descuartizando a un infiltrado en la port mafia o que su anterior mentor se esté masturbando mientras lo observaba.
siempre se supo que dazai osamu era un tipo raro y sádico, y él, akutagawa ryūunosuke también lo sabía. sin embargo no creyó que estaba en estos niveles.
y más ahora que estaba jugando a ser de la agencia armada de detectives.
rashoumon se encargaba de separar las extremidades con sumo cuidado, siendo posible el oír la piel separarse y la sangre deslizarse por esta.
los gritos que naturalmente saldrían estaban siendo callados por una mordaza algo extraña si le preguntabas al azabache de puntas blancas.
ya que esa mordaza era utilizada para fines sexuales.
pero cómo osamu fue el que exigió el uso de ese objeto para esta ocasión no pudo negarse.
¿que cómo se dió este escenario tan bizarro y grotesco? fue tan rápido cómo el castaño lo es para abandonar gente.
la port mafia se vió envuelta en un asunto de sabotaje, era claro que alguien estaba perjudicandolos desde dentro ya que era una filtración sobre sus estrategias y planes cuando tenían un encuentro hostil con otras pandillas u organizaciones pequeñas.
y esos planos siempre se realizaban en el momento.
pasaron unos 4 días en los que la port mafia anduvo inactiva, nadie entraba ni salía del edificio.
hasta que el culpable confesó y cómo akutagawa era el perro del sitio le encargaron la tortura y ejecución del sujeto a él.
ahora, ¿cómo terminó dazai enterandose de esto? eran cosas que desconocía y cree que es mejor no conocer.
a veces hay puertas que es mejor mantenerlas cerradas y el de gabardina clara ofrece muchas puertas que deben mantenerse sin abrir.
cuando el día llegó, osamu se presentó en el cobertizo en dónde se llevaría a cabo la tradición de la port mafia en cuanto a gente infiltrada.
torturarlos hasta que rueguen por ser asesinados.
y akutagawa era horroríficamente bueno en eso, llegando a violarlos si el proceso demoraba mucho.
claro que el azabache era incapaz de sentir deseo sexual, sus emociones habían desaparecido junto con el de vendajes. sólo era cuestión de penetrar con fuerza y escupir el cuerpo.
