Capítulo Único - San Valentín

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El 14 febrero es un día amado por muchos y odiado por otros tantos.
¿La razón? Porque es considerado el día de amor, época donde sueles estar con tu pareja y hacer las típicas cosas que harías con ella.
Salir de paseo, tomarse de las manos, tener citas y por supuesto recibir chocolates.
Muchas personas odian este día al no tener pareja y ver a todos los demás con una siendo felices les causa envidia esperando tener algo así. 
Por su parte odiaba esa fecha y no precisamente por la razón que muchos piensan como lo es envidia o simplemente amargura, si no más bien odiaba ese día, ya que recibía miles de chocolates y declaraciones de amor. Si le preguntaban era un fastidio.

Desde pequeño siempre ha tenido un físico atractivo y eso a las chicas les atraía mucho, cada san Valentín no paraba de recibir cartas donde le declaraban su amor, le regalaban montones de chocolates y bombones.
Por supuesto que rechazaba todos aquellos regalos esperando que dejarán de enviarlos; sin embargo, causaba el efecto contrario.
Seguían enviando regalos y declarando su amor.
Al parecer las chicas no se daban por vencido creyendo que aceptaría a alguna de ellas, sin saber que estaba en una relación.

Esperaba faltar ese día con la excusa de un partido de fútbol, pero al ser una fecha importante decidieron aplazar el partido, no dudó en maldecir a aquella persona que se le ocurrió fantástica idea, pues ahora debía asistir a clases.

Seguía caminando mientras las hojas de los cerezos caían hasta llegar al suelo, el ligero aire golpeaba su cara y los olores de las rosas llegaban a sus fosas nasales, parecía un día tranquilo si no fuera porque veía a lo lejos a dos compañeros que consideraba irritantes caminar hasta él, trató de darse media vuelta y perderlos de vista. Pero no esperó que uno corriera tan rápido para abrazarlo impidiéndole moverse.

—¡Rin! Feliz día de San Valentín.—Decía aquel gigante musculoso, alegre mientras sonreía tímidamente.

—Tokimitsu, quítate antes de que te mate.—Amenazó con la mirada más gélida que pudo dar.

—¡Aah…!, yo lo… Lo lamento Rin-kun.—Exclamó asustado mientras se separaba del abrazo al ver la mirada fría que le dirigía su amigo.—Solo quería felicitarte por el día especial.

—No es elegante huir de tus amigos.—Mencionó el más alto mientras tomaba una pose absurda a ojos de Rin.

—No somos amigos.—Sentenció mientras se alejaba de aquellos sujetos, no quería arruinar su día tan temprano a causa de estas molestias que a pesar de querer alejarse de ellos, estos parecían un chicle pegado a su zapato.

—Oye, no seas así, sabemos que odias recibir chocolates y declaraciones este día, pero enojarte no servirá de nada, las chicas seguirán enviándote regalos. Deberías verlo como una bendición, no todos nacen con una belleza elegante como la nuestra.—Explicaba mientras sacudía su largo cabello negro y sedoso al aire.

—Aryu kun tiene razón, a las chicas les gustas y esperan salir contigo o que empeces a notarlas a través de regalos. Creo que es algo lindo recibir algo que hacen con mucho amor.—Decía tímidamente el menor mientras se situaba detrás del más alto, esperando no recibir un golpe por parte de su compañero de ojos verdes.

Rin simplemente se quedó callado mientras seguía caminando a lado de aquellos dos que entablaban una conversación entre ellos.

No tardaron mucho en llegar al instituto, tan pronto llegó muchas chicas y chicos lo observaban emocionados. Siguieron su camino hasta llegar al salón de clases donde al dirigirse a su asiento vio alrededor de 40 chocolates encima.

Se sentó en su asiento y empezó a guardar cada chocolate desde el más grande al más pequeño dentro de su bolsa. Pronto el profesor llegó y la clase empezó.






Mío [SaeRin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora