Hola, sé que les debo a mis lectores actualizaciones de mis otras historias, pero me agarró la inspiración y llevó horas en esta pequeña historia que tenía ganas de escribir desde hace tiempo. Contiene escenas de violencia física y sexual, como tal no abuso infantil, ni es incesto como tal, pero si tiene sexo entre una mujer adulta y una chica de 18 años. Espero les guste, no es un tema que yo haya tocado en alguno de mis otros textos, pero me ha sido entretenido escribirlo. Sin más, disfrutenlo.
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–Las cosas pudieron ser diferentes– pensé observando mi reflejo en el oscuro liquido humeante de la taza entre mis manos, lancé un suspiro y di un sorbo a mi bebida. –Ella vendrá –me dije internamente –ella vendrá –repetí.
Ella, ¿seguiría siendo como la recuerdo? Su largo y lacio cabello, su tez morena, su sonrisa y sus brillantes ojos. Ella era la mujer más atractiva que alguien pudiera conocer, siempre se comportaba de una manera elegante y al mismo tiempo era tan divertida, nunca pase un mal momento a su lado, aunque realmente fue breve el tiempo que pasamos juntas. Tenía que ser así, aun cuando hubiera querido pasar todos mis días a su lado, sé que fue mejor que yo me fuera con Cristine. De haber permanecido con ella, tal vez ahora no estaría en este café esperándola. Ella vendrá, tiene que hacerlo.
Ella siempre ha sido una mujer de palabra, por eso estoy segura que vendrá, me lo prometió hace nueve años, dijo que festejaría conmigo mi mayoría de edad y he ansiado este momento desde entonces. En ese tiempo era una niña, pero sabía que la amaba, aun cuando nuestra relación era como de "madre" e "hija", sabía muy en el fondo que no era natural, pero no podía evitarlo, así que rece a todos los Dioses para que aliviarán mi pena y como caída del cielo llegó Christine. Me fui porque sabía que si seguíamos juntas ella jamás me vería como mujer y aunque rompí su corazón, espero que haya valido la pena el sacrificio. Ella vendrá.
Poco antes de la llegada de Christine, mi madre biológica. Ella y yo teníamos una vida muy agradable, me llevaba al colegio, me daba leche con chocolate, solía cortar mis sándwiches y mi carne y amaba los cuentos por la noche. Ella era joven para tenerme, pero eso era lo que me encantaba, así que, haciendo cálculos, sabía que cuando yo tuviera 18, ella solo tendría 33 y por lo que leí un día a escondidas en una revista para adolescentes, los 30s son los años más plenos para una persona, física, emocional y hasta sexualmente. Esa última idea de verdad me emocionaba. Pues, ella y yo solíamos compartir la ducha, pero yo era una niña, así que mi cuerpo aún no se desarrollaba, por el contrario, ella ya estaba en los 20s y su cuerpo era el de una mujer por completo, sus largas piernas, sus exquisitas cadenas y aunque sus pechos no eran tan pronunciados, estaban bien formados. Dormí muchas noches entre sus brazos, me lleno de tiernos besos la frente y las mejillas, ella me amaba y yo a ella, pero no de la misma forma.
Aun me duele recordar cuando Christine y ella tuvieron que contarme toda la historia. Fue duro y complicado, pero era lo que yo había pedido, así que tuve que aceptar mi destino. Resultaba ser que ella y Christine se conocieron desde los 13 años, al principio todo era como cualquier amistad entre las chicas de colegio, pero poco a poco cada una fue descubriendo sus sentimientos y emociones que las llevaron a convertirse en amantes. Ella era bastante centrada y tras la muerte de su mamá (su única familia), tuvo que madurar rápidamente, era inteligente y una buena deportista, sociable y muy amable con todos, algo rebelde y solía discutir con los profesores, pero era bastante popular entre sus compañeros de clase. Christine, también era buena estudiante, un poco más sosa y noña que ella, venía de una familia de clase alta, por lo que todos sus caprichos y deseos eran cumplidos, muy amada por sus profesores y se llevaba bien con los de su clase. Su romance dura un par de años, hasta que ella comienza a querer algo más, ella siempre anhelo la libertad y ser alguien en la vida, Christine ya tenía la vida resuelta. En una de sus peleas de "enamoradas", ella decide terminar la relación. En su desesperación, Christine consigue un "donante" (llamémosle así para no entrar en detalles) y queda embarazada con tan solo 15 años, ella decide permanecer al lado de novia, ya que realmente quería formar una familia, así que con la poca herencia que tenía y una vieja pareja amiga de su mamá comienza la nueva vida para ambas. Ella ya sabía de lo dura que es la vida, pero Christine no, fue difícil, sin embargo, ambas pudieron mantener sus estudios y el embarazo, equilibraban trabajos parciales, trabajos reales a medio tiempo y aun así su "amor", pero un bebé lo cambia todo. Paso un año desde mi nacimiento y Christine había decidido irse, dejándola sola a ella y a mí. Ella aun con su dolor, aun contra la adversidad, se mantuvo firme y me brindo un hogar, trabajo tanto, durmió poco, lo dio todo hasta poder sacarnos adelante a ambas.
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Your not my mother
Short Story¿Qué tan irracional puede ser el amor? El reencuentro en un café, una historia del pasado y una niña enamorada. "Mamá, ¿me puedo enamorar de ella?" Un deseo de cumpleaños y ese lado de la luna que no se ilumina.