Capítulo 1

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¡Bienvenido a la Escuela de Demonios, Tsuna-kun!

—Dios, ¿cómo es que Reborn logró convencerme de aceptar ser el Décimo Vongola...?—Se preguntó el castaño mientras se rascaba la nuca—

—¡Juudaime! ¡Felicidades, sabía que usted era el único digno de ser el décimo jefe de la familia!—Exclamó Gokudera con emoción—

Tsuna le sonrió nervioso y Gokudera continuó alabándolo y felicitándolo.

De repente todo cambio a ser color gris, Tsuna vió a sus alrededores confundido, Gokudera repentinamente dejó de hablar y parecía que los relojes dejaron de moverse, incluso su teléfono dejó de funcionar.

—¿Qué demo...?—no terminó su pregunta ya que su Híper Intuición le decía que tuviera cuidado. Tomó sus píldoras, guantes y su Vongola Gear rápidamente. Realmente no necesitaba las píldoras, pero más vale prevenir que lamentar—

De repente un hombre alto, pelón, con bigote como el de Luigi y con cuernos apareció frente suyo. Tsuna se preparó para pelear, con sus guantes ya puestos y con sus píldoras a la mano. Pero el hombre no parecía hostil así que Tsuna bajó sus brazos, pero su Intuición le decía que aún así tuviera cuidado.

El hombre se aclaró la garganta y chasqueó los dedos. De repente Tsuna estaba atado y tenía un papel que decía «Vendido» pegado en el pecho.

—¿Eh?—Dijo confundido—

Tsuna trató de pensar en quién lo habría vendido así sin razón, fue entonces que una imagen de su Guardián de la Niebla y Byakuran aparecieron en su mente, ellos dos eran los que más amaban gastarle bromas. Maldijo en voz baja tras ese pensamiento.

El hombre, sentado en su silla, habló.

—Así es, yo soy un demonio—Dijo de forma intimidante—Tsuna palideció al escucharlo—

—¿Ja?—Fue su respuesta ante tal información—

Tsuna sabía que su Guardián de la Niebla y Byakuran eran unos bromistas de primera, después de todo Mukuro aún quería dominar el mundo, y Byakuran ya lo había logrado varías veces, pero nunca pensó que llegarían tan lejos como para vender su alma a un demonio.

—Creo que deberías estar más enojado por el comportamiento de tus amigos—Dijo el demonio—

—¡Lo estoy!—Gritó molesto—¡La próxima vez que los vea les... les diré lo molesto que estoy!—

—Veo que no estás acostumbrado a estar enojado—Dijo el demonio—

Tenía razón, las únicas veces que se había enojado de verdad fueron cuando Yuni se sacrificó por culpa de Byakuran y cuando se enteró de la verdad sobre los Arcobaleno.

—Bueno, nunca pensé que esto sería tan sencillo—Dijo el demonio mientras se levantaba de su silla—Y no planeo dejar ir esta oportunidad. Ahora, creo que estamos listos—Dijo de forma intimidante—

Tsuna sintió un escalofrío y sudo frío, a pesar de que su Intuición le decía que no se preocupara.

De repente Tsuna estaba sentado en una silla que parecía de la realeza, también parecía haber una especia de tetera algo de comida, y un par de... ¿demonios? Ventilándolo con unas plumas gigantes.

Mairimashita! Tsuna-kunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora