19. Lura

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—¿Eres tú?

Ella suelta las telas que traía cargando y corre a abrazarme.

Y cuando me abraza tan fuerte me doy cuenta que se volvió en mi lugar seguro.

Nadie abraza como ella, por eso cuando me abrazó por primera vez me di cuenta que había tenido frío toda mi vida.

Pienso que los abrazos curan.

A veces depende de la persona y en momentos sólo importa el abrazo.

Los abrazos nos refugian, nos sanan y en algunos casos; nos liberan.

Abrazar no sólo es para las personas tristes, también es para las felices, para que una sonrisa sea más brillante o un llanto sea menos agotador.

Un abrazo es otra forma de ayudar, es una esperanza envuelta en los brazos adecuados, es una salida y en pocos casos; significa salvación.

Mina se ha convertido en mi primer amiga mujer, una amiga de confianza.

Es esa que me apoya cuando siento que todo se fue al caño.

Es el paraguas de mi lluvia.

—Dios mío Yuu ¿estás bien?

—Lo estoy ¿Cómo entraste aquí?

—Te vamos a sacar de aquí pero tenemos que ser discretas para que nadie se entere.

—¿Vamos?

—Si, Hanta se vistió como un guardia de los de aquí, te llevaré con él y tú lo seguirás para sacarte de aquí; Bakugo está esperándonos afuera con Kirishima.

—Necesito cambiarme.

—Yuu.—me toma de las manos—. No hay mucho tiempo, esto es rápido.

—De acuerdo.

Mina sobresalta y rápidamente toma las telas despacio, como queriendo hacer tiempo para que la encuentren así, recogiéndolas.

En eso la puerta es abierta dejando pasar a Terry con una bandeja de comida.

—Con permiso, señorita.—se retira Mina con la mejor actuación posible.

Terry se queda parada en su lugar, con la mirada baja.

—Y-yo...—emite.

—¿Pasa algo, Terry?

—Bueno yo...—extiende sus brazos con una bandeja—. Quería disculparme contigo, la forma en la que actué fue muy grosera y... te hice unas galletas en forma de disculpa.

Me acerqué hasta ella y tome la bandeja.

—Espero te gusten.

Esta muy bien decorado todo, se ve que se tomó el tiempo para hacerlas.

Las galletas están en un plato color blanco, a lado tiene una rosa y al otro lado un té de rosa, la taza es transparente y le da un toque delicado a todo esto.

Tomó una galleta y me la como.

—mmm, son deliciosas—sonrio—. Gracias por el detalle Terry, acepto tu disculpa.

—Te ves muy linda con ese vestido.

—Gracias, aunque prefiero los pantalones.

—Podría prestarte unos.

—¿De verdad?

—Si.—toma la bandeja—. Pero primero déjame guardarte esto, ya vuelvo.—se va de la habitación.

Espero un momento a que se vaya para salirme tomando mi máscara.

Mina me estaba esperando afuera así que me dirige hacia el guardia que una vez me topé, Sero Hanta.

Dulces traiciones  (Katsuki Bakugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora