"Zephyr..."
Siguió corriendo, sus pisadas haciendo eco en su cabeza, no veía hacia donde iba, en ese lugar solo había oscuridad... o la nada misma. No importaba, no podía parar, si lo hacía esa cosa la alcanzaría y entonces ya no habría marcha atrás.
Su destino estaba sellado...
Pero ella no creía en el destino.
"Zephyr, no puedes correr por siempre."
Su voz estaba por todas partes, en su mente, en el aire, en la oscuridad, en cada átomo existente. Akantha; todo lo que es y lo que nunca fue.
¿Cómo tratar de escapar de algo semejante? Nunca nadie lo había intentado hasta que ella lo hizo, y a pesar de que todos veían su intento de huida como una pérdida de tiempo, no iba a rendirse, no se dejaría atrapar sin pelear primero.
Akantha se había equivocado, ella no era capaz de cumplir con lo que se le pedía, Zephyr jamás podría tomar el manto que su madre había dejado tras su trágica muerte. El mundo necesitaba a alguien que continuase con el legado de Thunderbird, y Zephyr no era la persona que podía lograrlo.
"No importa cuánto lo intentes, no puedes huir del destino."
- Puedo hacerlo y voy a demostrarlo. Escribiré mi propio destino.
"Lo que ya ha sido escrito no puede cambiarse, el camino que ya ha sido trazado no ha de desviarse..."
- Encontraré otro camino.
"A veces el camino que se toma para evadir el destino es el mismo que lleva a su culminación."
Sacudió la cabeza con brusquedad, tratando de ignorar el eco de las voces que repetían esas malditas palabras una y otra vez, como un mantra.
"Lo único que he hecho ha sido darte un poco más de tiempo para que asimiles la verdad, no puedo tomarte por la fuerza pues el dolor no es el camino, pero tampoco puedo abandonarte, hija mía. Me necesitas tanto como yo a ti, y cuando te des cuenta de la inevitabilidad de tu destino dejarás de correr y vendrás a mí."
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ℙℍ𝕆𝔼ℕ𝕀𝕏 | ℂ𝕝𝕒𝕣𝕜 𝕂𝕖𝕟𝕥
FanfictionEl mundo de Zephyr cambió cuando su madre fue asesinada. Huyó de su destino y su familia para refugiarse en lugares donde creía que jamás se vería en la obligación de ocupar el lugar de guerrera que su madre había dejado con su partida. Pero todo c...