Capitulo 1 - Initium A Mediocris Fabula

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El viento inclemente ruge con fiereza al momento en que la brisa se transforma en tormenta, los caudales se embravecen y los relámpagos azotan la tierra tajando profundas cicatrices en el suelo estéril. La tempestad emerge tragando al cielo en un patrón irregular de asfixiantes nubes negras, el aullido del vendaval resuena como los alaridos más temibles que emergen del mismo abismo; una figura desgarbada sube con agobiante dificultad la cima de una cumbre de ásperas piedras color ébano, no es posible distinguir ninguna de sus facciones salvo por su mirada, radiante, como si se tratara de un par de carbones encendidos que resplandecen en carmín infernal, como soles gemelos que arden sin parangón aun cuando los cielos asolan al mundo en la más perfecta de las tormentas.

El caminar se vuelve difícil, cada paso se vuelve irremediablemente más pesado que el anterior; pero el continúa avanzando tortuosamente hasta llegar a la cima donde todo lo que alcanza a vislumbrar no es sino un paisaje sacado de una pesadilla, una precisa descripción del mismo infierno. Es en ese momento, en el que se yergue en el punto más alto de este mundo asolado por la calamidad que algo ruge dentro de sus entrañas, sus músculos se tensan retorciendo su carne, se estremece con una violencia poco natural asfixiándolo en el dolor mas indescriptible, esta figura que hasta ahora resultaba vagamente humanoide se retuerce y contorsiona antes abrir sus fauces repletas de colmillos y emitir un alarido que termina siendo ensordecido por el rugir de los relámpagos. Como si clamara al cielo, extiende sus brazos de forma desafiante siendo iluminado por un instante por las luces celestiales, mas que un hombre lo que tenemos delante es una fiera mal herida que aúlla hasta hacer pedazos su garganta, y aun así siendo opacado por el clamor de la tempestad, no se escucha nada salvo la tormenta, el agonizante rugir mudo de un hombre que en la cima del mundo se vuelve mucho mas semejante...


A UNA BESTIA


Y entonces todo se desvaneció dando paso a un telón de la mas profunda oscuridad, oscuridad que trajo consigo el dulce obsequio del silencio al que le siguió poco a poco el cantar de las aves, el tronar de las hojas al ser mecidas con calma por la brisa; era una mañana de otoño especialmente fría, los cristales de la habitación se habían empañado ligeramente y los barrotes que protegían las ventanas permitían el paso de los primeros rayos de sol que le cobijaron por un instante antes de abrir los parpados, en su mirada no habitaba el miedo por las imágenes que había experimentado hacia apenas unos momentos sino la mas monótona de las calmas. El muchacho se quedo acostado de lado observando fijamente su reloj despertador, como cada mañana este marcaba cerca de las 6:57 A.M, este se permitió quedarse allí por un instante, aun cobijado por su manta y los mechones de su revoltoso cabello desperdigados sobre rostro, los segundos pasaron uno a uno hasta que en el instante en que marcaron las7 A.M, dio un delicado golpecito al botón arriba del reloj apagando la alarma antes de que pudiese empezar a sonar; inflo sus mejillas y dejo escapar el aire entre sus labios al escuchar dentro de su cabeza a su hermano diciéndole al igual que todas las mañanas lo insatisfactoria que era la vida de su reloj despertador pues no había logrado sonar ni una sola vez desde que se lo habían regalado.

No era capaz de recordar cuando fue la primera vez que tuvo ese sueño o en que momento comenzó a tenerlo todas las noches, solo podía estar seguro que este se había vuelto de a poco en una parte común de su rutina de todas las mañanas por mas de que en un principio despertara aterrado, para este punto simplemente le daba igual, antes lo dibujaba, escribía o se quedaba dando vueltas en su mente. A día de hoy, simplemente lo ignoraba y seguía con sus cosas.

Tardo un instante en quitarse encima las cobijas para sentarse en el filo de su cama con una postura extrañamente recta, su mirada perdida en la nada y con su mente divagando sobre tantas cosas pero tan pocas al mismo tiempo, estiro sus brazos para desperezarse al tiempo que bostezo profundamente, encorvo su espalda con soltura felina y luego sacudió su cabeza desperdigando su revoltoso cabello todos lados el cual ahora mismo era semejante a un matorral.

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2023 ⏰

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