📖CIENTO CINCUENTA Y UNO📖

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-No me menciono porque yo se lo pedí...

La confesión me tomo por sorpresa, realmente no esperaba que me diera una respuesta concreta.

-¿Y eso porque?

-Porque ¿cual es la necesidad? - respondió con obviedad.

Abrí la boca para replicar, pero su secretaria entró con una charola con dos tazas y una tetera con lo que debía ser el café.

-Su café y los expedientes. - anunció la mujer dejando todo el escritorio.

-Gracias, Dolores. - le agradeció y la mujer se fue como había llegado.

Grinberryall se sentó en su escritorio y antes de preparar su bebida, me tendió los documentos que le acababan de llevar.

-Con esto espero que me dejes tranquilo, mocoso.

-Kai. - le insistí antes de tomar lo que me ofrecía.

Era un gran expediente, de unas 50 o 60 páginas. Comencé a ojearlo, mientras buscaba ponerme cómodo en uno de los sillones, lo cual provocó un bufido del dueño. En la primera página del expediente se leía:

"Documento clasificado.

Reino de Paradis.

Policía Militar, División de Investigación Criminal."

-¿Así que vendes información el gobierno? - bromee mientras pasaba a la siguiente página.

-No, tráfico personas y vendo drogas. - me respondió Grinberryall como si fuera lo más normal.

De hecho había salido tan natural que temí que fuera mentira, hasta que lo voltee a ver: no tenía ni una sola gota de diversión en el rostro, estaba absorto en prepárese su café. Preferí no añadir nada y en su lugar seguí leyendo como su aquella respuesta nunca la hubiera oído.

"Carpeta de investigación: #0211.

Sujetos de investigación: Familia Arai y Levi Ackerman.

Propósito de la investigación: Masacre de la Familia Arai y la presunta participación de Ackerman."

Abrí los ojos sorprendido por lo que tenía en mis manos. De haber tenido el diario de mi padre habría buscado las páginas exactas donde se mencionaba el incidente de la familia de mi madre.

-Esto es... Esto... - trate de decir con emoción. - Creí que no habían investigado lo de la familia de mamá.

-¿Sabes sobre eso, pero no sabes sobre el poder Ackerman? - pregunto Grinberryall.

-Lo sé sólo porque mi padre lo mencionó es su diario. - le respondí y seguí leyendo.

Durante las siguentes 45 páginas se mencionaba que, a grandes rasgos, la Familia Arai en realidad no eran comerciantes de la Ciudad Subterránea, la familia había sido de los informantes más leales que tenía el gobierno en la ciudad. De hecho, los días en que se decia que se tenían programadas entregas, eran en realidad reuniones que tenía el líder de la familia con las autoridades de la policía militar. Asi pues, la razón por la que habían asesinado a la familia no había sido sólo por algún rencor o problema pasado con la mafia de la ciudad subterránea, ni porque fueran ricos; más bien fue consecuencia de que estos últimos, la mafia, se enteraran de la verdadera identidad de la familia (cosa que recordaba que se mencionaba de pasada en el diario de mi padre). Claro que, el problema se hizo aún más grande cuando mi padre fue acogido por los Arai, lo que los puso en la mira por venganza. Lo que significa que las memorias de mi padre no estaban completas y, si no lo estaban, era porque seguramente no sabía nada.

Como fuese, aquella no fue la única revelación que contenía el expediente. También se decia que la mafia se había enterado, no precisamente por una exhaustiva investigación, sino que alguien había acudido a ellos con la información y ese alguien fue...

-No fuiste tú. - comente al terminar de leer el nombre en el papel.

Debió haber pasado un buen rato desde que había comenzado a leer, pero Grinberryall no se había movido de su escritorio ni una sola vez y justo ahora me observaba sin ninguna emoción.

-Tu no hiciste que asesinaran a la familia de mi madre. - repetí más convencido.

-¿Qué te hace pensar que no fui yo? No deberías confiar tanto en un desconocido.

-Confío porque si lo hubieras hecho, lo de ayer no hubiera pasado. No hay modo de que tu los delataras y luego corrieras a ayudarme.

-Puede ser, pero el expediente dice la verdad, yo lo hice.

-Mientes.

-¿Por qué te mentiría? Aborrezco las mentiras en primer lugar.

-Mientes, porque... - lo pensé un instante. Recordé el diario, recordé las últimas palabras de la abuela de mi madre. - Te lo pidió la abuela de mi madre, la señora Meghan, ¿no es así?

-¡Vaya! No eres tan lento como pensé. - se burlo, confirmando, sin hacerlo realmente, lo que yo acaba de decir.

La señora Meghan antes de morir había pedido que mi padre protegiera a Ami, lo que me hace creer que su única preocupación de la vida era esa. Además, uno de los hombres que los había atacado, había mencionado que sabían la verdad de la familia Arai y que esta última los culpaba de matar a los padres de mi madre, cuando al parecer no era así. ¿El gobierno mato a los padres de Ami? ¿Si fue así, porque involucrar a la mafia? ¿Por qué le pidió que los delatara precisamente a Grinberryall?

-¿Hasta ahí llegó tu inteligencia, Ackerman? - me preguntó divertido por mi silencio repentino.

Lo mire mal y negué con la cabeza.

-No, sólo estoy tratando de buscar esa pieza que me explicara que tiene que ver la mafia, el gobierno, mi padre y tú, con la familia Arai.

-Ah, te falta lo que saben tus compañeros, ¡que lastima!

-¿Lo que saben mis compañeros? - repetí sin comprender.

¿Qué sabían ellos, que yo no? Muchas cosas seguramente, pero...

- El diario. - solté en voz alta, como su acabará de tener una revelación.

-¿El que?

-El diario comenzaba narrando como mi padre vio morir a su madre, Kuchel, y como Kenny lo acogió tiempo después... - seguí murmurando mientras intentaba conectar las piezas. - Los Arai eran informantes, debían conocer a Kenny y, por ende, a Levi, aunque no supieran que eran tío y sobrino... - me detuve un segundo. - Kikyō o Carla, no recuerdo, te llamaron Leyenda, es decir el niño que solía acompañar a Kenny antes de Levi y también mucho después de él. ¿La constante en todo esto? Es Kenny... Pero...

Mi voz se apago completamente, lo que seguía de mi análisis era demasiado para ser expresado en palabras: la señora Meghan sabía que el gobierno quería silenciar a la familia, seguramente por proteger el paradero de Kenny, luego de que acogieran a Levi. El único propósito de la señora había sido proteger a los niños que cuidaba, incluyendo Grinberryall; por lo que temia que si el gobierno iba tras ellos no vivirían, en cambio si interfería la mafia, Levi se las arreglaría y además, contaban con el respaldo de Kenny. Le pidió a Grinberryall que los delatara porque era el único capaz de hacerlo sin miramientos y eso le aseguraba un futuro cómodo con la mafia (lo cual no era un buen camino, pero algo era mejor que nada), donde seguramente sobreviviría fácilmente al conocer a Kenny y ser su primer discípulo. Había apostado la vida por ir contra el gobierno, pues debió saber que sería lo mejor para todos. Es decir...

-Te lo pidió para que solo fuera ella quien muriera. Se aseguró de darles un futuro a todos...

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora