Berlín, 1942
Había pasado una semana desde que el campo de concentración fue desalojado y a escondidas, Kenny y el cabo Stotch me sacaron de allí para llevarme con ellos a Berlín y no, más que ver aquello como un signo de salvación, para mí solo representaba un problema porque no me encontraba con mi hermano.
Auschwitz era el campo de concentración más grande y sanguinario del imperio, lo que significaba que muy probablemente no volvería a ver a Ike jamás, era la única familia que me quedaba y... ¡Dios! No sabía si él seguía vivo, es que... ¡en serio! Acababa de convertirse en un adulto y no era posible que su vida terminara tan pronto. Cada día que pasaba en Berlín mis plegarias se las dedicaba a él para que sobreviviera un solo día más, rezar para que mi hermano resistiera solo una noche hasta que encontrara la manera de sacarlo de ese lugar era aquello que me hacía continuar, jamás me perdonaría enterarme que lo había perdido a él también y por ello, la incertidumbre me carcomía en el alma a cada hora del día, por lo que apenas si prestaba atención a lo que sucedía a mi alrededor.
Recuerdo que cuando desperté de aquel golpe que Kenny me propinó el día que nos fuimos de Düsseldorf, ya era de noche y viajábamos en la carretera. Al principio estaba desorientado, no recordaba nada de lo sucedido esa mañana, solo me di cuenta de que me encontraba en la parte trasera de un automóvil mientras Kenny conducía. Junto a mí, el cabo Stotch se percató del momento en que abrí los ojos y no tardó en avisarle a mi amigo. Este solo me lanzó una mirada furtiva por el retrovisor frente a él, mas no dijo nada, fue el cabo quien trató de explicarme la situación.
—Estás bien, justo ahora nos dirigimos a Berlín —recuerdo que después de escuchar eso, lo único que se me vino a la mente fue el rostro de Ike y no tardé en preguntar por él, no obstante, el gesto acongojado del soldado junto a mí me dijo todo y en el acto me levanté del asiento para confrontar a Kenny.
—Ni siquiera Cartman podría hacer algo para sacarlo en este momento, pero te prometo que encontraré la manera, Kyle, sacaremos a tu hermano de ese lugar.
Y no pude soportarlo más, la culpa me cayó abrupta sobre la espalda mientras mi cuerpo actuaba por cuenta propia tratando de abrir la puerta del auto para saltar sin importarme en lo absoluto que este fuese en movimiento, aunque el cabo fue más rápido que yo y me sujetó con fuerza para evitarlo— ¡suéltame! —exclamé procurando deshacerme del agarre del chico de manera desesperada, creo que hasta lo golpeé en la cara y lo pateé con fuerza con tal de cumplir mi objetivo, desgraciadamente, cuando Kenny notó que el pobre chico no lograba contenerme, estacionó el auto a un costado de la carretera para ayudarlo, por supuesto que aproveché ese momento de distracción para salir y correr a no sabía dónde, mi único deseo era poner la mayor distancia entre nosotros.
Claro que mi pequeña fuga no llegaría muy lejos, es decir, no corrí ni diez metros antes de que Kenny me tacleara por la espalda y me derribara haciéndome caer en la tierra húmeda.
El sol se estaba poniendo en el horizonte y sus argentinos rayos pintaban las nubes de anaranjado y púrpura. Cualquiera que se hubiese enterado que un judío trataba de escapar del lugar en donde lo protegerían para pedir que lo llevasen al campo de concentración más peligroso del imperio, seguramente lo habrían juzgado como un loco y quizás había algo de eso, no obstante, tal vez fuese comprensible. Superando el miedo a la muerte, podemos pensar en ella como algo trascendente, similar a la visión budista sobre ese tema. Tristemente, yo carecía de la fortaleza mental de la que esta filosofía requiere y, por mucho que lo intentara, pensar en pasar con donaire la muerte estaba muy lejos de mi alcance.
Cuando giré mi cuerpo para tratar de quitarme a Kenny de encima, no pude evitar recordar aquella vez que forcejeamos por Rebecca. Con sus manos firmes, sostuvo mis muñecas contra los pequeños guijarros que se enterraban en mi espalda mientras se colocaba a horcajadas sobre mi estómago impidiéndome cualquier clase de movimiento. Ya ni siquiera traté de moverme luego de eso, solo relajé mi cuerpo y dejé que el llanto tuviera el control sobre él; a diferencia de aquella tarde en que Kenny me sostuvo de la misma forma por pelearnos por esa niña, en esta ocasión él parecía sufrir conmigo pues sus saladas lágrimas cayeron sobre mis mejillas. No necesitó decirme más después de eso, ambos supimos que, a estas alturas, ya no habría nada más que hacer al respecto.
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Siempre a tu lado... 💖Style💖
Fanfiction"Porque sin importar las adversidades, sé que siempre estarás para mí..." Au Style inspirado en la segunda guerra mundial. Advertencias: * Respetaré los nombres de los personajes por mucho que estos no sean alemanes. * El vocabulario vulgar que util...