Fairy Tail: Valhalla

Acto 13: Lanza y Martillo

Y finalmente está aquí el siguiente acto después de un largo descanso. 
Shay y Rob llevan su pelea al límite. Una gran revelación llega y nuevos secretos aparecen.
¡¡La segunda mitad de Fairy tail Valhalla comienza ya!!

Astrid
Rob desplegó una nueva versión de su armadura divina justo a mitad de la batalla sorprendiendo a todos con un increíble estallido de poder, logrando ser reconocido por el mismísimo Shay Vermillion y despertando en el mago un deseo de batalla que Astrid no había visto antes.

—Bien, muéstrame todo tu poder —Shay sonrió —. ¡Deja que todos vean tú poder! ¡¡ROB, SEÑOR DEL TRUENO!!

El campo se estremeció por la gigantesca aura mágica de Rob, estando prácticamente igualada a la de Shay.

—¡¿Qué está pasando?! —Astrid abrió la boca con sorpresa.
—Él… —Grifft se levantó de su asiento —. ¡Despertó su habilidad Einherjer!
—¿Despertó?
—No lo creó… —Nailah tragó saliva mientras miraba fijamente el espejo circular en sus manos —. No puedo predecir el final de esta batalla. Es como si estuviera viendo a dos Hell Knight.

Para el siguiente asalto fue Shay quién tomó la iniciativa, cargando de frente con su espada y recibiendo de vuelta un poderoso golpe del martillo, seguido de un estruendoso rayo que ocasionó una quemadura en su pecho.

—Díganme que estoy soñando —el rostro del mago llamado Stinger se tornó pálido —. ¿De verdad lastimó a Shay?

Los magos sureños quedaron verdaderamente impactados, probablemente Rob había logrado algo que a ellos les tomó años de entrenamiento. Astrid misma no había logrado hacer más que rasguños en la defensa de Shay.
Inesperadamente, con su último golpe el arma de Rob se dispersó como  electricidad por todo el campo. Pese a su resistente apariencia, el martillo de Rob no se trataba de electricidad común y corriente, siendo algo más parecido al plasma artificial de Shay que una fuerza de la naturaleza convencional.

—Está empujando a Shay al límite. ¡¿Dónde escondía Rob todo ese poder?! —preguntó Chelsea.

Shay se levantó aturdido, sosteniendo su cabeza después del gran impacto. Rob sonrió levantando el brazo con un gesto lleno de arrogancia y entonces la electricidad dispersa respondió a su movimiento reuniéndose en la palma de su mano y recuperando la forma de martillo en un segundo.

—Sin duda es el hijo de Ivar —Natsu cruzó los brazos —. Son más parecidos a él de lo que me gustaría aceptar.
—¿Conociste a su padre? —Astrid bajó la mirada aunque sentía mucha curiosidad por esa información —. ¿A nuestro padre?
—Los poderes psíquicos y la habilidad de combate de Ivar fueron algo verdaderamente increíble —Natsu torció el cuello.
—¿Qué ocurrió con él? ¿Por qué murió?
—Su cuerpo no pudo contener el poder de Gremory y… —Natsu desvío la mirada —. Supongo que imaginas el resto.
—¿Por qué…? Me gustaría saber que lo llevó a terminar así.
—Quizá fue miedo —le respondió el pelirosa.
—¿Miedo?
—Su hija una Valkiria y su hijo su Einherjer… Ambos recién nacidos —Natsu revolvió el cabello de Astrid —. Muy en el fondo yo creo que quería liberarlos de su destino a su manera.  
—Ya veo…

Entonces el ambiente se llenó de una carga eléctrica. La batalla entre Rob y Shay estaba por reanudarse.

—Vamos Rob, tú puedes… —Freya dejó su asiento gritando —. ¡Acaba con él!
—¡Si! —Bjorn convocó un escudo y después una espada que usó para golpearlo —. ¡Rob! ¡Rob!

Los demás vikingos hicieron los mismo y pronto las gradas se estremecieron por la fuerza de los golpes cuando la euforia se expandió a todo el público.
Astrid se sorprendió por la reacción de todos ellos y más pronto que temprano sintió la necesidad de hacer lo mismo.