◍৻A una puerta del cielo৲◍ [Spartor]

~[Vivir - Final Alt 1]~

– Ten, aquí está, es un té de jazmín para que te relajes, te veo algo nervioso jeje.. – Comentó el dueño de la casa, dándole a su invitado una taza blanca

– Amm- gracias... No estoy nervioso solo que... No- no es nada... – Dijo Sparta recibiendo la taza

Al tomar el té que Mathew le había entregado comenzó a sentirse raro, se sintió débil y mareado, tanto que dejó caer la taza, su corazón comenzó a latir muy rápido por el miedo

– Yo- y-yo- perdón- N-no sé que me pasa- Q-quiero ir a casa- – Balbuceó Sparta, casi llorando del miedo

– Perdón cariño, pero tú no te vas hasta que haya terminado contigo, eres muy lindo como para no aprovechar ésta situación

Dicho eso, Mathew lo cargó y lo llevó a su habitación

– No! Qué haces tonto déjame! Bájame yo no quiero nada contigo! – Gritaba el menor intentando escapar, pero todo era inútil, su cuerpo no tenía la fuerza suficiente para liberarse

– Que tierno te ves intentando escapar, pareces un pequeño gatito~

El mayor lo tiró a la cama y comenzó a quitarle la ropa

– Qué mierda haces maldito enfermo!? Suéltame!! Déjame ir! – Continuaba el castaño, gritando en medio de sus lágrimas

– Shh~ Te ves mejor cuando no me insultas, así que si no vas a decir algo lindo cállate

Sparta intentó de todo para poder escapar, pero nada funcionaba, estaba demasiado débil para lograrlo

Mathew abusó de él repetidas veces, lo usó como si fuese un juguete hasta cansarse

Cuando Mathew finalmente soltó a Sparta, él pensó que lo peor ya había pasado, intentó levantarse, cambiarse e irse, pero no pudo, le dolía todo el cuerpo y sobretodo la parte baja, estaba cansado y sentía asco de sí mismo

– A dónde vas bonito? Pasarás la noche conmigo~ Ven, descansemos un rato para seguir con la diversión~ – Dijo el mayor, agarrando al castaño y jalandolo hacia él

– Seguir?... Ya me violaste como diez veces y aún quieres más?... Eres un enfermo de mierda... – Le dijo Sparta, alejándose un poco de su abusador

– Por favor, ni que no te hubiera gustado, te recuerdo que incluso grabé esos gemidos de perra que soltaste~

Sparta quería decir muchas cosas, quería gritar, llorar, quería matar al idiota que estaba a su lado, se sentía asqueroso, pero no tenía fuerzas ni ganas de hacer nada

Durante la noche Mathew abusó unas cuantas veces más del castaño, y una última en la madrugada del sábado, luego lo dejó ir, pero no sin antes amenazarlo con las fotos que tenía de él

– Si no quieres que todos tus amiguitos vean tus fotos siendo mi perra mejor no digas ni una palabra, haremos ésto cada semana, y si te portas mal será cada día, de acuerdo bonito? La próxima en tu casa~

Sparta no dijo nada y solamente se fue, las piernas aún le temblaban un poco a cada paso que daba y las lágrimas no paraban de salir de sus candados ojos miel

Al llegar a casa encontró a Timba medio dormido en el sofá

– Sparta... Sparta! Dónde estabas?? Porque no me dijiste que no llegarías a casa!? – Exclamó Timba, muy preocupado, mientras se levantaba rápidamente e iba hacia Sparta

– Perdón... Me quedé en casa de... De un amigo... No pensé que te preocuparías tanto por mi... – Dijo Sparta en voz baja

– Sabes lo mucho que te quiero y me preocupo por ti... Está todo bien? – Preguntó el de cabello azul, tomando las manos del castaño, quién se asustó un poco por aquella acción del mayor