Li suelta un suspiro al ver que Emilio aún no despertaba, había estado durmiendo un día entero y no había pegado un ojo.
El oji-verde estaba bien, porque aún se podía sentir los latidos de su corazón y su pecho se inflaba con cada respiración, pero aún así el pelinegro no podía evitar preocuparse.
En dos días más estarían casi llegando al puerto y necesitaba a Emilio en buen estado, porque sabía que el pirata quería participar en esa pelea.
El capitán Daikun palmea con suavidad la pierna de Emilio y se da la vuelta estando dispuesto a irse.
Una tos seca se escucha a sus espaldas y se voltea rápidamente, Emilio estaba casi incorporado por completo y no paraba de toser.
__Dame agua hijo de puta, que estoy más seco que un cactus__Li ríe ante eso e inmediatamente le pasa una botella de agua al oji-verde, este la toma con unas de sus manos y le da un largo trago, casi acabandola toda.
Li se mantiene en silencio y recibe la botella de agua que le había entregado a Emilio.
__Wow, me siento como un fantasma, ¿de qué me perdí?
__Estuviste inconsciente un día entero__Emilio se remueve en su lugar y levanta la camisa limpia que estaba utilizando, ve su abdomen con cinco puntos y hace una mueca ante eso__no hagas movimientos bruscos o se reabrirán los puntos.El oji-verde asiente y sin preguntar, se levanta de la cama, toma sus botas y las pone en sus respectivos pies.
El capitán frunce su ceño ante eso y pone su mano sobre el pecho de Emilio.
__Vuelve a la cama.
__Li... Estoy bien, puedo hacer cualquier cosa.
__No, a la cama Emilio, es una órden.
Ambos se quedan en silencio, el rizado le da una mirada desafiante y Li arquea una de sus cejas ante la acción.
Finalmente Emilio rueda sus ojos y quita sus botas, vuelve a acomodarse en la cama y cruza sus brazos sobre su pecho.
Estaba jodidamente molesto.
__Ya hiciste mucho por nosotros, por favor descansa, te necesito en tu mejor momento cuando lleguemos__Emilio gruñe por lo bajo, pero de todas formas termina asintiendo, no podía desobecer a Li.
De todas formas era su orgullo el que quería mantenerse de pie, pero Emilio admitía que su cuerpo estaba tan agotado que agradecía quedarse en cama.
__¿Están todos bien?
__Sí, tuvimos un par de daños, pero ya están solucionados__el oji-verde asiente y cierra sus ojos__descansa pequeño Emilio.
Li cierra la puerta detrás de sí cuando sale y a Emilio le llegan miles de recuerdos ante el apodo.
El ojimiel siempre lo llamaba así cuando ocurría algo grave y tenía miedo de perderlo, Li había tenido miedo.
Emilio vuelve a abrir sus ojos y los pone sobre la pequeña ventana de la habitación, estaba cerrada y la verdad necesitaba tomar aire.
Así que que se levanta sin hacer el menor ruido posible y quita el seguro de la ventanilla, la abre y la fría brisa marina entra a la habitación.
El oji-verde mira la brillante luna en su punto más alto y sonríe al recordar a Joaquín, pronto lo volvería a ver.
El pirata mira a su alrededor en busca de algo para poder dibujar.
Al parecer Li ya había pensado en eso ya que en uno de los muebles de madera habían hojas en blanco junto a un lápiz grafito nuevo y un suporte.
Emilio agradece en silencio y toma esos objetos, se vuelve a acomodar en la cama y pone su mirada sobre la luna.
Sin más comienza a dibujarla, ya que de esa forma se sentía cercano a Joaquín, quizás en ese momento ambos podrían estar viéndola y estarían más cerca de lo que pensaban.
Emilio retrata la noche en el papel, junto al mar el cual estaba tranquilo y la luminosa luna llena en su punto más alto.
No sabe cuantos minutos lleva trabajando en el dibujo, pero sus dedos ya estaban cubiertos de carbón y sus ojos pesaban ante el cansancio.
Finalmente pone un pequeño nombre en la esquina de la hoja y deja todo lo que había usado en la cómoda pequeña que estaba a su lado, al fin de cuentas el sueño lo había vencido.
En un pequeño estanque, a miles de kilómetros de distancia se encontraba un tritón el cual había decidido no asistir a venerar a la luna llena, quería estar solo y en paz.
Aún de todas formas su mirada estaba puesta en el cielo y a pesar de que sabía que la luna no haría absolutamente nada por él, pedía en silencio el bienestar de un pirata.
Rogaba con todo su corazón que estuviera bien, que estuviera sano y salvo.
Deseaba tanto volver a verlo, deseaba tanto formar una vida a su lado.
Porque durante todos esos días de ausencia había conocido su verdadero orígen, se había dado cuenta de lo infeliz que era al pertener al mar, ahora entendía porque siempre había sentido más que curiosidad por la vida terrestre.
Él quería formar parte de eso y ahora que existía una pequeña esperanza de poder lograrlo, todas sus ilusiones habían salido a flote y se había aferrado a ellas.
Quería ser humano por completo, quería tener dos piernas y poder sentarse en la humedad del bosque, quería plantar flores en un bello jardín y cuidarlas, quería cantarles y regalarlas con agua de lluvia.
Quería dormir cálidamente entre los brazos de la única persona que tenía su corazón por completo, quería una vida en calma y feliz.
No quería una corona, no quería guerras, no quería órdenes y ni matrimonios arreglados.
Él sólo quería prometerse amor eterno y descansar su mentón en el hombro de su amado pirata.
Pero también estaba asimilando que quizás nunca lograría algo así, por más que lo deseara, porque la luna lo había maldecido y las personas malditas eran carente de felicidad.
Su hermano le había comentado lo que se debía hacer para romper la maldición y no se sentía capaz de hacer algo así, no podía.
Así que guardaría sus deseos en el fondo de su mente y corazón, tomaría todo lo que pudiera de Emilio mientras ambos estén juntos.
Era lo único que podía hacer.
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OCEAN HEART (Emiliaco)
Fanfiction___❝Emilio Marcos pertenecía a Dragón, una fuerte y tímida tripulación de piratas que navegan en los mares de Grecia. Toda su vida se la había dedicado a ser un buen Pirata y la lealtad hacia su tripulación era lo único que respectaba. Al tener tant...