Cap. 5 Puro Amor (+21)

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༺═───────⊰❪ PURO AMOR ❫⊱───────═༻

❛05 • Punto de vista de Nicholas Wilde •

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—Toda hembra necesita de una bestia —me relamí los labios, liberando mi prominente erección ante una asustadiza coneja.

—Nick...—retrocedió lentamente, apoyándose sobre la fina sábana con ayuda de sus codos.

—No soy un maldito salvaje —apoyé las manos sobre la cama y en un ágil movimiento sujeté su tobillo y la atraje hacia mí; me molestó su repentina acción, ¿se arrepentía?

—Tengo miedo...—tuve que combatir la decepción que comenzó a inundarme. Sus palabras eran duras, sí, pero pensar en la probabilidad de un verdadero amor, me reconfortaba y, sobre todo, generó en mí una pizca de esperanza. Lamentablemente la vida puede ser muchas veces injusta.

La felicidad es para imbéciles que solo viven soñando y yo, no puedo tener ese privilegio, no en esta sociedad tan absurdamente moralista.

—Judy, aquí se terminó —me tragué la ira e intenté controlarme; sobre todo por el verdadero sentimiento que le tengo.

—¿Qué? —me miró, confundida—. Yo...

—¡Se terminó! —le grité, y supe inmediatamente que la había intimidado con tan solo ver su semblante.

—Soy virgen...—susurró, llevando una mano a mis cabellos, como si con su caricia ella buscara tranquilizarme—. Sé tierno conmigo...

Agaché la mirada, ya que ni siquiera era capaz de verle a los ojos; había malinterpretado sus palabras, poniéndome a la defensiva. Hasta que una punzada fuerte en mi pecho me hizo entender la gravedad de la situación: aquel dulce olor siempre me advirtió de su virginidad, pero ella nunca pensó que las consecuencias serían terribles.

Eres el pecado más delicioso que he tenido...—respiré profundamente y apreté mis puños, dominando mis emociones.

—No te merezco —intenté cubrirla con las sábanas, pero me detuvo—. Judy, te haré daño, ¿eso quieres?

—Confío en ti...—volvió a separar sus piernas exponiendo su castidad, provocando en mí que lo pelillos de la nuca se ericen, paralizando mi corazón por una milésima de segundo.

—Soy una maldita fiera —gruñí tan fuerte que dejé expuesta mi filosa dentadura, buscando atemorizarla, justo cuando me arrojaba sobre ella—. Y no me voy a controlar, así llores —amenacé, rabioso por la terquedad de la coneja.

—Te... Amo, Nick —ignoró totalmente el gesto de mi rostro y sin miedo posó sus carnosos labios sobre mi boca, en un dulce y amoroso roce; luego se apartó, acomodándose bajo mi torso mientras esperaba una contestación.

Me había retenido por mucho tiempo y el sentimiento me estaba carcomiendo por dentro; era peor que haber cometido un delito, ya que mi sensatez no me dejaba en paz, y esta era una excelente oportunidad para desahogarme. No podía seguir callando ni mucho menos, evadirlo y mentirme a mí mismo.

—Te amo, Judy —hablé claro, fuerte y preciso.

Su expresión se iluminó, regalándome una hermosa sonrisa mientras sus mejillas se tornaban de un color carmín, así como sus labios se iluminaban, volviéndose apetitosos. Con cuidado junté nuestras bocas, porque al tener dientes filosos, no sabía cómo ella iba a reaccionar, pero grata fue mi sorpresa al tener una persistente coneja que se abría paso, entregando su lengua al vaivén de la mía, logrando que poco a poco el beso vaya subiendo la intensidad, hasta que un descuido mío terminó por herir levemente su labio inferior.

Instinto Erótico {Nicudy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora