Y yo, nuevamente, me suicido
poniendo mi ego sobre sus deseos,
poniendo mis deseos sobre sus egos.
Cometo harakiri
protegiendo
lo que nunca nadie ha protegido.
Cedo ante el honor
de defender lo poético...
lo poéticamente incorrecto.
***
Antología...
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Primero es la palabra y luego el verbo. Te pones de rodillas y chupas lo que tienes enfrente a como lo has hecho siempre porque no necesitas motivos para enfrentar una costumbre.
De ca den te
es el estado de tu memoria y tu cuerpo se destruye pedazo a pedazo. Y te preguntas si alguien puede verlo porque te da miedo que lo sepan.
Primero es la palabra, luego el verbo.
Luego el blanco, luego el negro.
Luego todo explota y se cuelan sombras por las líneas que son aberturas y por las que no.
Tan solo estás ahí, respirando todo. Viendo
carne flotar en ríos de dedos descoloridos.
Primero es la palabra... Luego el blanco. Luego el negro.
Luego el cadáver de un hijo y el filo del cuchillo que atravesó huesos antes de confundirse entre sombras a fuego lento.
La vida no te deja acabar los suspiros cuando ya te está dando otra estocada en esa boca abierta
en tu boca abierta.
Y de las líneas salen espectros. Y de las líneas sale...
... el blanco y luego el negro.
Porque todo es una rutina monocromática
y de las líneas que son aberturas salen los fantasmas que acechan por la noche
y te pegan gritos al oído porque
primero es la palabra y luego el verbo.
Y pides parar entre gritos pero se pierde el grito entre los escombros
... de las líneas que son aberturas... Y de las que no.
Tan solo hay humo. Humo y carne
y risas torcidas enrolladas en cobre y pólvora difuminada.
Primero es la palabra... el verbo.
Primero es la... y luego el verbo.
Primero es...
El deceso torcido de un cuerpo crocante entre el blanco
y el negro. y el negro. y el negro.
Luego el blanco. El blanco. El blanco.
Después de la palabra viene el verbo. Clava la estaca en el pecho
machaca el corazón con tus manos torcidas sin dedos porque tu sangre llora en el charco de dedos
am pu ta dos.
Primero es... La lágrima de mejilla. El llanto lleno de saliva.
Y luego el verbo. Porque los gritos vienen... Porque todo viene después del verbo.
Amén.
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