"Estoy seguro que ella lo sabe Canuto"
"no te diré nada de lo que sé, a menos que me des 10 galeones"
En donde Odette Anderson descubre el secreto de Remus Lupin, y le pide dinero para guardarlo.
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Y así fue como los merodeadores aceptaron, ¿Qué otra alternativa tenía? Sirius insistió en un juramento inquebrantable, pero Remus no quiso aceptar, de hecho, estuvieron a punto de hacerlo, aun a pesar de Remus, pero apareció la profesora McGonagall, y los detuvo, obvio Odette le dijo a la profesora que no sabía lo que estaban haciendo y Sirius la había obligado que ella al ser hija de muggles ignoraba demasiadas cosas del mundo mágico que no podía aprender a base de libros.
Eso hizo que Sirius la odiara aún más, si eso era posible, de todos modos, terminaron haciendo un contrato mágico, Odette misma lo había diseñado bajo extrema vigilancia de ellos, los cinco escribieron sus nombres y prometieron que ninguno hablaría sobre lo que sabían, ellos que ella los chantajeaba, ella en lo que se transformaban, quien rompiera el contrato, se le caería el cabello.
Si bien Remus, aun no estaba del todo tranquilo, algo le había quedado dando vuelta en su mente, como siempre que pensaba que alguien se enteraba de su condición, la reacción en su mente era la misma, le tendrían miedo, asco e incluso lo llamarían monstruo...pero la chica, solo quería dinero, ella solo vio su condición como un secreto más, como si no fuese relevante sobre otras cosas, tampoco lo había mirado mal, era como si se hubiese enterado de que tenía vello en la espalda o algo así.
Y por alguna razón, quería hablarle más, por un lado, para asegurarse de que no contara nada, por otro porque ahora que ella sabía su secreto, podría pedirle que viera algo que lo venía atormentando desde que sus amigos se habían convertido en animagos y desde la broma que Sirius le hizo a Snape hace un año, y también...simplemente quería conocerla mejor.
Así que al día siguiente se propuso a hablar con ella, las veces que se la había topado anteriormente, siempre estaba sola, así que sería fácil acercarse, o eso pensó Remus, pero para su sorpresa, ella siempre, estaba acompañada, en clases jamás se sentaba sola y los profesores parecían amarla, incluso se enteró que estaba en el club de Sluggy, y en los pasillos, se rodeaba de chicos y chicas de diferentes años, aunque la mayoría eran de primero y segundo, y para Remus era bastante difícil acercarse, por no decir casi imposible.
Solo una cosa positiva había sucedido, ella había cumplido su parte del trato, y aun cuando él trató de acercarse una semana entera, solo pudo hacerlo un día, el día en que ella se acercó a él.