Parte 12

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No sabia qué decir. Lo abracé y me derribó por completo verlo así, llorando como un niño, el niño que siempre he pensado que es. Ver a Taehyung me hizo querer pensar mucho más lo que tenia qué hacer con Yanara, no podía tomar una decisión apresurada, pero tenia el tiempo en contra, ya que ella se iría al día siguiente.


Llegue a mi casa, tomé mi teléfono celular y le envié un mensaje de texto pidiendo que nos volviéramos a ver, que la iría a buscar a su hotel. Ella acepto. Tomé mi automóvil y me dirigí a toda prisa hasta el hotel, ella ya me esperaba, subió y me regalo esa sonrisa que tanto amaba. Tenia muy claro en mi mente y en mi corazón, que mataría por ver esa sonrisa todos los días, que su aroma era cautivador y que nadie removía tantos sentimientos a la vez como ella. La lleve hasta un restaurante que estaba a las afueras de Seúl, su comida era exquisita y podíamos solicitar un privado para no ser molestados. Se veía mas hermosa que nunca, vestía un vestido blanco, botas largas negras y un abrigo negro a juego con unos pendientes de forma de gotas. La comida estuvo agradable, aunque podía notar en su voz que algo no estaba del todo bien con Yanara, sentía que quería decirme algo y se estaba reprimiendo. Terminamos la velada, nos subimos al auto y la lleve a su hotel, ¿Quieres subir?, me dijo mientras sus ojos brillaban como estrellas. Acepté.

Llegamos a su habitación y era muy sencilla, me sirvió una copa de wishky y se sentó a mi lado.

Su aroma me envolvió una vez más y sentí que me removía en mi lugar de solo pensarla en mis brazos otra vez. Mi mano comienza a acariciarla desde los hombros hasta sus manos, logrando que erice su piel, esa piel cálida que me fascina, su mirada oscura se cruza con la mía y se suelta los tirantes del vestido. Con total delicadeza, le cubro el hombro de suaves besos, Quiero hacerte Mia, le susurro al oido, besándola. Mis besos suben hasta su rostro donde la beso en la comisura de la boca. La previa era excitante. Me quito la camiseta y los pantalones, mientras ella deja caer su vestido por completo, mirándome de manera provocativa. Me acerco, la rodeo con mis brazos y le desabrocho el brasier, le quito la ropa interior y deslizo la mano por su cuerpo hasta la parte trasera de sus rodillas, mientras me siento en el sofá. Ella se abalanza encima de mi con las piernas abiertas y se las separo aun más para que quede bien abierta encima de mi.

Deseo PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora