Khatyra y las estrellas

19 4 0
                                    


Mi nombre es Khatyra y hoy cumplo 10 años de edad, vivir aquí ha sido muy agradable para mí, aunque a veces los adultos se comportan de manera extraña, en ocasiones los escucho decir: "Necesitamos esconder a todas las niñas de la provincia" y seguido de eso nos encierran en un sótano oscuro durante días; pero... es agradable. Allí me encuentro con muchas niñas de mi edad, jugamos con algunas piedritas que nos encontramos o con algunos palos de madera, a veces tan solo imaginamos que vemos la luz del sol y que salimos corriendo detrás de las mariposas y los pájaros que están en el exterior. Cada mañana llegan varias mujeres con trozos de pan y un poco de agua para alimentarnos y decirnos: "No se preocupen, todo estará bien". Ellas nos cuidan y a veces pasan más tiempo con nosotras, incluso tenemos una pizarra en donde nos enseñan cosas nuevas como a sumar, restar, multiplicar y otras tantas como las capitales de otros países.

Cuando los días se vuelven aburridos todas nos acostamos en el suelo a mirar al techo, cerramos los ojos para quedar en otra inmensa oscuridad y empezamos a contar historias. Un día Zahira nos hizo imaginar que todas ganábamos un premio y nos alojábamos en uno de los mejores hoteles del mundo, teníamos mucha comida y hasta sábanas limpias ¡Era maravilloso! Otro día, Suri dijo que nos imagináramos a las mujeres siendo poderosas, unas decían que tenían poderes mágicos y otras nos convertíamos en presidentas o incluso en pilotos de avión ¡Qué lindo sería volar tan cerca de las estrellas! Yo, por mi parte, contaba historias que quería de verdad, añoraba seguir estudiando en el colegio, quería seguir jugando en el parque, salir de esta oscuridad, simplemente no sabemos porque todo cambió de un momento a otro.

Un día la mamá de Suri llegó completamente fatigada al sótano, nos entregó a todas algunos pañuelos negros que debíamos utilizar para cubrir nuestro rostro y también para cambiar nuestra ropa. "¡Nos vamos a una aventura!" mencionó, pero su cara era de preocupación. Cuando todas estuvimos listas, Suri le preguntó a su mamá a donde íbamos a lo que ella respondió: "A un lugar mejor. Niñas, vamos a jugar un juego. Las reglas son las siguientes: No nos podemos detener por nada del mundo, solo me seguirán a mí, si vemos aviones debemos dirigirnos en sentido contrario a donde van ellos y, pase lo que pase no se quiten el pañuelo de su rostro, que solo se vean sus ojos" Acto seguido, salimos de aquel sótano después de semanas en la oscuridad. ¡Qué lindo era ver luz de nuevo! Pero qué extraño era todo.

Mis ojos solo veían cosas imposibles, había edificios destruidos, gente herida por todas partes, niños llorando solos en algún rincón, y de repente ¡BOOM! Un estallido cerca de nosotras que nos hace vibrar hasta el alma. Todas estamos asustadas y veo los ojos preocupados de la mamá de Suri que en ese momento está sosteniendo su mano. Me detengo un momento, miro al cielo y veo muchos aviones sobrevolando la provincia, parecen pájaros dirigiéndose a su nido. La mamá de Suri nos hace una seña para que apuremos el paso y de nuevo ¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM! Estallidos por todas partes que hacen que el cielo se ilumine cada segundo, es como si alguien estuviese tomando fotografías con flash. Mi corazón late fuerte, siento que se va a salir de mi pecho. Mis lágrimas empiezan a salir rápidamente.

La mamá de Suri se encuentra con otras mujeres que nos hacen resguardarnos en un edificio marcado con una X blanca en la puerta principal. "Debemos esperar a que todo pase para continuar" Y así fue, a pesar de seguir escuchando estallidos por todas partes mientras anochecía iban cediendo.

Todas continuamos caminando y llegamos al aeropuerto. "Niñas, la aventura continua dentro del avión, llegarán a un mejor lugar" Cuando estábamos a punto de abordar el avión empezaron a sonar sirenas por todas partes y hombres armados aparecían en las torres de vigilancia. Algunos aviones empezaban a distinguirse en el cielo oscuro, la mamá de Suri lo único que nos dijo fue: "Corran". Agarre a Suri de la mano y salimos corriendo junto con las otras niñas en dirección a un edificio.

Observamos como otras niñas estaban en la pista de aterrizaje del aeropuerto, pero contrario a nosotras, iban con ropa casual y en compañía de uno de esos hombres armados, la mayoría de esas niñas lloraba y otras tenían puestos los ojos en el cielo para siempre. Luego de ingresar al edificio vimos más aviones sobrevolar la zona, una mujer corría hacia nosotras gritando cosas incomprensibles, estábamos tan asustadas que seguimos corriendo hasta ingresar a otro edificio con una X roja en su puerta principal. La mujer desistió y se devolvió por donde venía. De repente escuchamos más estallidos, gente gritando, mamás llorando y luego ¡BOOM! Todas resplandecimos.

Mi corazón se detuvo, mis labios se agrietaron, todas las niñas a mi alrededor se desvanecieron. Vi mis 10 años en 1 segundo. Fue impresionante como todo pasó ante mis ojos como una estrella fugaz. Las mariposas ya no volaban, la luz ya no estaba, ya no podía seguir estudiando. Nunca entendí el juego de los adultos, pero creo que nos querían salvar. Nunca entendí las reglas de la mamá de Suri, ni el mundo, ni nada. Solo veía que algunos adultos se divertían jugando con armas y pólvora. Me faltó tiempo. Nos faltó tiempo. Ya no volveré a sumar ni a restar y mucho menos a jugar con piedritas. Siempre escondidas, siempre fingiendo no saber nada. Todo fue tan efímero y definitivamente ¡Qué lindo era volar tan cerca de las estrellas! 

Las poderosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora