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𝗙𝘂𝗰𝗸 𝗶𝘁 𝗜 𝗹𝗼𝘃𝗲 𝘆𝗼𝘂.




𝗙𝘂𝗰𝗸 𝗶𝘁 𝗜 𝗹𝗼𝘃𝗲 𝘆𝗼𝘂

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Su mirada detenida en aquella grieta en el techo era algo demasiado interesante como para poder pasar desapercibida un día martes cualquiera. El simple trauma que significaba levantarse de su cama y tener que ver la cara a los demás era algo que se negaba a realizar, pero siempre terminaba haciendo sin queja alguna.

Se sentó en el cómodo colchón buscando alguna simple motivación por la cual levantarse completamente e ir a clases. Los flashes de recuerdos invadieron su mente cuando vio un poster de su cantante favorita que fue regalado por su hermano. Las caricias recibidas eran recordadas con detalle por Sunghoon mientras sacudía la cabeza intentando eliminarlas. Una sensación de presión se instala en su pecho, como hiedra lastimando hasta lo más profundo de mi ser, dificultándole respirar y haciendo insufrible la corta instancia en el baño de la casa.

El uniforme lo hacía sentir prisionero de algo que no era, de sus afanes y deseos de escapar, de la gran esperanza que se desvanecía cuando se levantaba cada mañana. Estaba abrumado, destruido hasta más no poder, volviéndose loco al estar solo. Jay existía, era su hermano y siempre lo apoyaba, pero no era correcto, él no debía cargar con lo que es Sunghoon, con lo que estar con él representaba. Era peligroso el sentimiento permanente en su pecho, era tan doloroso que en algún momento se volvería loco si no era capaz de controlarlo. ¿O ya estaba loco?

Su pie se movía de forma constante y nerviosa debajo de su mesa, la clase estaba en un segundo plano como acostumbraba a ser desde aquella vez. Las palabras cruzadas con su pelinegro hermano no fueron más que un adiós al entrar por las puertas de su escuela y aun asi cree que son demasiadas. Es imposible respirar asi y no sentirse culpable, no poder haber protegido a quien más quiere, a quien ama.

El timbre hizo un ruido sordo despertando al pelinegro de su ensoñación, de aquellas dolorosas palabras que calaban su mente. Estaba loco, complemente enfermo de algo que, a su vista no tenía cura.
-Sunghoon, podría darme un minuto, necesito hablar con usted-. Bufo ante la forma en la que era tratado. Movió una silla cualquiera con desgano hasta el escritorio de su profesora, nunca lo había notado antes, lleno de pegatinas sin sentido, con algun rasguño irrelevante en lo que fue pulcra madera.

-Estas distraído, tus notas como siempre han sido excelentes, pero me preocupa que te esté ocurriendo algo, ¿Todo bien en tu hogar? -. Sunghoon quería gritar, decirle todo, pedirle ayuda de forma urgente, pero no era capaz, no podía caer ante su propia mente, debía lograr ordenar sus emociones y pensamientos. Él podía salir de eso solo. -Todo está bien en mi hogar, solo he estado un poco cansado y no logro concentrarme lo suficiente, pero es algo que arreglaré-. Una gran sonrisa fue fingida hasta que la maestra de inglés se convenció de sus palabras y murmuro un leve “está bien, puedes irte Sunghoon”.

El pasillo lleno hizo que su corazón se acelerara buscando una escapatoria rápida, no le gustaba estar rodeado de gente. Sabía que su cuerpo y rostro estaban bien cuidados y proporcionados, pero no creía que fuera suficiente como para captar tal atención, simplemente era estúpido. Su mirada vagó entre todos los ojos sobre él con recelo, caminando lo más rápido posible al patio, ni siquiera se preocupó del ruido hambriento de su estómago.

Su caminar paró cuando logro estar solo y sin nadie observándolo. Aquel lugar rodeado de césped a un costado de su instituto era el único lugar seguro en aquellas paredes asemejadas a una cárcel. El pelinegro no estuvo demasiado tiempo en paz hasta que escucho unas pisadas acercándose, su respiración se agito y su mente comenzó a decirle que huya, que se esconda como una presa corriendo lejos de su depredador, solo que aquel depredador era su propio hermano. -Te fuiste demasiado rápido y sin comer nada-. Las palabras de Jay fueron acompañadas con un sándwich y un jugo que fue dejado en el regazo del más bajo. Quería Huir, escapar de aquellos desgarradores sentimientos, quería ser libre del amor hacia su hermano, de aquella sensación que estaba matándolo, pero a la mierda, lo ama demasiado como para irse y dejar todo atrás, porque al final solo es un estado de animo mientras piensa en que está mal.

Es terrible, lo más enfermo y desgarrador que algun ser humano este viviendo, pero no se culpa, no luego de ser ellos dos contra el mundo, después de haber sido él quien cuidaba de Jay y viceversa, solo eran ellos contra los desafíos del mundo y era casi inevitable que algo asi estuviera pasando. Era temporal, eso quería creer, que solo era un estúpido enamoramiento adolescente que lo hacia mantener vivo el espíritu esperanzador que llevaba impregnado en su corazón, pero el tiempo pasaba y los sentimientos crecían en su interior, sin descanso, sin forma alguna de mitigarlos, como una lluvia torrencial de sensaciones que lo hacia querer vomitar y que lo mantenía despierto hasta que su cuerpo no era capaz de seguir consiente.

-Hoon, ¿te encuentras bien? -. Quería besarlo, decirle todo lo que sentía, pero era simplemente imposible, era sentenciarse a una muerte emocional segura. -Si es por lo de hace unas semanas, fue un error, estaba quedándome dormido y-. Las palabras del menor pararon en seco al ver las lagrimas del contrario, buscando consuelo en una cruel realidad que los pisoteaba y arrugaba a su antojo, que destrozaba dos pobres corazones que buscaban una leve esperanza de amor para seguir respirando. Ambos estaban jodidos.

Un abrazo silencioso fue el consuelo necesario para ambos hermanos que, aunque dañados, estaban el uno para el otro. El pelinegro suspiro tortuosamente mientras se repetía en su mente “a la mierda, lo amo”.



 El pelinegro suspiro tortuosamente mientras se repetía en su mente “a la mierda, lo amo”

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Cada capítulo tiene por título una canción del álbum 'Norman Fucking Rockwell' de Lana Del Rey, por sí quieren escuchar las canciones mientras leen los capítulos <3.

- 𝗚𝗲𝘁 𝗙𝗿𝗲𝗲 - 𝗝𝗮𝘆𝗛𝗼𝗼𝗻 -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora