DIECISIETE

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Con una pesadez enorme, el alfa se deshizo del estúpido traje de fiesta, que le habían obligado a usar esa noche.
Se desnudó, quedándose solamente en ropa interior y dejando en el suelo, el resto de ropa, para ir a la cama.

La habitación estaba alumbrada por una lámpara pequeña que giraba y proyectaba imágenes en las paredes; eso, para que la pequeña bebé, durmiera tranquilamente.

Jungkook no pasó a verla como otras veces. Estaba agotado. Interactuar con personas que no le interesaban, lo hacía gastar energía.

Odiaba las fiestas familiares, pero como el futuro alfa, líder y jefe, debía estar presente.

Casi a ciegas, levantó las sábanas y se acostó en el lado libre de la cama.
Suspiró de gusto al sentir la comodidad de ese lugar.

Cerró los ojos, dispuesto a dormir, pero unas manos, se colaron en su cintura, abrazándolo.
Jungkook se puso rígido.

—¿Cómo te fue?—preguntó esa voz ronca.

—Bien.—fue su respuesta.

—Volviste temprano, no creo que haya estado bien.—murmuró.

—Estuvo aburrido. Las fiestas en casa de mis padres son así.

Yoongi, soñoliento, sonrió, pegándose a la espalda del alfa.
—¿Crees que algún día, podamos acompañarte?

Jungkook tardó en responder.

—Sabes bien que a mis padres no les gusta esto. Prefieren que yo vaya solo...

—¿Hasta cuándo seguirán enojados?, no fueron al hospital cuando nació Somi, la conocieron porque tú la llevaste a su casa...—recordó el omega, aún con esa voz de sueño.

—No es fácil de aceptar.

—Ellos nos casaron.

—Yoongi, lo hicieron para castigarme.—dijo con leve molestia.—De lo contrario, ellos no actuarían así.

El omega lo soltó. Se alejó de él, mirando el techo. Jungkook se giró para verlo.

—Es tonto que actuen así conmigo. Yo no les hice nada...

—Lo sé.—admitió Jungkook.—Pero ellos piensan distinto.—bufó.—No le tomes importancia, ¿vale?, quizá, un día de estos, te lleve conmigo.

—¿Lo harás?—Yoon lo miró con esperanza. De verdad, odiaba quedarse en casa, cuando Jungkook tenía reuniones con su familia. Él quería acompañarlo. Era su omega y su esposo, tenía todo el derecho del mundo en conocer a la familia de Jungkook y que ellos, lo conocieran a él y a su pequeña Somi.

—Sí.—fue simple con su respuesta.—Duérmete ya.—se giró para darle la espalda.

Yoongi lo imitó, buscando el calor del alfa.
—¿Me abrazarías?—susurró.

Jungkook gruñó.

—Tengo escuela temprano, Yoongi. Basta, ya.

—¿Puedo abrazarte?

—Hazlo si quieres, sólo déjame dormir.

Sintió los brazos cálidos del omega, alrededor suyo y no pudo replicar por eso.
Se rindió. Dejando que Yoongi durmiera abrazado a él.










HOY.

El otro extremo de su cama, estaba vacío. Jungkook siempre despertaba solo, y esa, no era la excepción.
Pero a diferencia de otra veces, había ruido en alguna parte de su casa.

después del amor ㅡ kookgi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora