El genio de los Hyuga caminaba en busca de aquella peliplateada. Recién había llegado de una misión y lo que más quería era verla.
Mei Hatake, la hija del ninja que copia había flechado por completo al Hyuga. Desde niños eran mejores amigos pero al paso de los años esos sentimientos cambiaron.
Un pesado suspiro salió de sus labios mientras seguía buscando a la chica. Iba a rendirse e ir en busca de Kakashi para preguntarle si sabía algo de su paradero pero se detuvo al ver cómo Sasuke Uchiha abrazaba a su novia.
Frunció el ceño en el momento en que él le susurró algo haciéndola reír para después asentir.
Finalmente el Uchiha se fue, dejando sola a la Hatake. El castaño decidió darse la vuelta e irse por donde vino, después hablaría con ella. No dio más de tres pasos cuando escuchó su dulce voz.
--- ¡Neji-Kun! ¡Volviste!
No se dio vuelta, pero oyó las pisadas de la chica a su espalda corriendo hacia él. Después sintió sus pequeñas manos abrazándolo por la espalda. Un dulce aroma a vainilla inundó sus fosas nasales.
--- Te extrañé mucho.
No quería mostrarse celoso pero era demasiado tarde.
--- El Uchiha no pensaba lo mismo. ---dijo haciendo que la chica frunciera el ceño de confusión. Dejó de abrazarlo y se posó frente a él.
El chico estaba cruzado de brazos viéndola seriamente.
--- No entiendo.
--- Te veías muy a gusto abrazándolo.
La chica hizo un click, entendiendo a que se refería.
--- Neji Hyuga, acaso... ¿Estás celoso? ---una gran sonrisa burlona se plasmó en sus labios.
El chico al darse cuenta, volteó a otro lado tratando de ocultar su sonrojo.
Era inevitable.
Ella era tan linda y dulce, volvería loco a cualquiera.
---- Uhm.
--- No deberías estarlo, solo me interesas tú. ---murmuró abrazándolo por los hombros.
Pasó sus brazos por su cintura atrayéndola a él, la chica besó su mejilla y apoyó su cabeza en el hombro del chico.
--- Tú eres mi novio, no él. ---dijo.--- Así que no deberías preocuparte, cariño.
--- Te amo. ---susurró, sorprendiéndola.
Era la primera vez que lo decía.
En verdad lo hacía, pero no era bueno diciéndole cosas cursis, usualmente le expresaba su amor con acciones pero ya era momento de decírselo.
--- ¿Podrías volver a decirlo? ---preguntó con esperanza.
Se separó un poco, sin dejar de abrazarlo y lo miró a los ojos.
Se ruborizó levemente al momento en que el chico acarició suavemente su mejilla.
--- Te amo, Mei.
Los ojos de la chica se cristalizaron un poco. Estaba completamente feliz.
--- También te amo, Neji.
Eso bastó para que el mayor besara lentamente sus labio, mostrándole que sus sentimientos eran mutuos y verdaderos.