Kate Miller, una chica de 23 años que lucha por sacar su profesión adelante a pesar de las adversidades que se le presentan en el camino.
Y vaya que son muchas...
Luego de cometer un gran error que podría costarle lo que tanto se esforzó por consegu...
Inhalo el sabor del cigarro y me río al ver la cara de mamá al verme fumar.
Suelto el humo rodando los ojos.
—¡Suelta ese cigarro muchachito! —se acerca a grandes pasos, me lo quita y lo bota al suelo.
—Debes pisarlo —le digo divertido enarcando una ceja.
—¡No me faltes el respeto muchachito! —me apunta con el dedo para luego pisar el cigarrillo como si fuera un gusano.
—Ya... Es suficiente.
No me hace caso y sigue pisando con fuerza.
Me río y ella sonríe al ver lo aplastado que quedó. Me toma del brazo recostando si cabeza en mi hombro.
—Debes venir más seguido a vernos Liam, tu hermano te necesita...
Dirijo mi mirada a Connor, el niño que mis padres adoptaron hace dos años, tiene diez años pero a veces sigue a la defensiva.
No la tiene que haber pasado muy bien, cuando llegó tenía pesadillas constantemente y tenía muchos hematomas, casi no hablaba hasta que mamá lo arropó, le contó un cuento y le dijo que ella no lo abandonaría.
Mis padres siempre han hecho donaciones a hogares infantiles, hasta que a mamá le dió por ir de visita y de allí llegó Connor.
Guardo mis manos en los bolsillos de mi pantalón negro.
—Siempre te vistes de negro hijo... —mama arruga la nariz. —Te ves guapo pero pareces chico de barrio.
Me río y me dirijo hasta Connor quien está sentado en el sofá jugando con la play.
—Hermano, he pasado a siguiente nivel. —Me mira ilusionado.— ¿Juegas conmigo?.
Asiento con una sonrisa. Le cuesta socializar con gente que no conoce.
Tomo el mando y mientras el cambia el juego para que juguemos ambos miro de reojo a mamá quien está sacado algo del horno.
—Tengo un bar. —suelto de sopetón y escucho el sonido de la bandeja caer.
—¿¡Abriste un bar!?.
—Ajá. —respondo y Connor me mira divertido.
Mamá aparece en cuestión de segundos frente a mi y me zarandea de los hombros.
—¿¡Sabes los peligros que corres!? ¡Tendrás que lidiar con borrachos! ¡Y si te asaltan! ¡Y si te amenazan!...
—Lydia eso no sucederá y si sucede sabré lidiar con ello. —Le digo con calma.
Ella frunce el ceño.
—¡Lydia! ¡Es mamá muchachito!.
Respiro hondo.
—Lydia... Debes relajarte... —la miro divertido y me da una mirada amenazante.
—¡Eres abogado! ¡No alguien que tiene un bar Liam!.
—Lo se mamá, pero ni siquiera he ejercido porque ya no me llama la atención.
Me mira y suspira tomando mis mejillas.
—Si es lo que te hará feliz... Estaremos contigo.
Connor levanta el dedo pulgar y mamá guiña un ojo.
—Gracias Lydia.
—¡Es mamá!.
🍻🍻🍻🍻🍻
Enciendo el cartel neón que está detrás de la barra y la limpio, reviso los papeles que tengo en la mano viendo que no falta nada.
Jessica ordena las mesas y levanta la mirada cuando nota que la observó dándome un guiño.
Sonrio negando con la cabeza, y veo a Phil que viene acelerado.
—Lamento la tardanza, tenía trabajo práctico pero ya llegué, me cambiaré ropa y estoy listo. —Habla rápido y desaparece por la puerta de atrás.
Phil es mi primo y tiene diecinueve años, estudia y me pidió trabajo en cuanto supo que abriría mi bar.
Aún no se oscurece, y el bar abre a las nueve, faltan tres horas, pero ya todo está listo.
Miro a mi derecha y veo tres cajas amontonadas. ¡Mierda me olvidé de acomodar las cervezas!.
Escucho la campana de la puerta lo cual significa que alguien entró pero no le presto atención mientras tomo la caja y la llevo al...
—Disculpa... —Dice una voz dulce y suave, pero no me giro.
Me dan unos toques en el hombro casi imperceptibles y me doy vuelta para ver unos ojos verdes que me miran con curiosidad, me da una sonrisa tímida y es linda, las pecas en la nariz la hacen ver cómo una adolescente.
—Soy Kate, periodista de la revista...
Pongo los ojos en blanco y me doy vuelta ignorandola.
Si... No podia ser perfecto.
🍻🍻🍻🍻🍻
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