Me encontraba haciendo unas compras para la semana, ahora que mi padre estaría lejos un par de semanas en una misión, debía proveerme sola.
Así que estaba en el centro de la aldea con una canasta en mano, viendo qué comprar para la comida. Un par de tomates, cebolla, unas pastas y un par de frutas.
--- ¿Falta mucho? ---preguntó por tercera vez Neji, mi novio gruñón.
Hace unos días que no nos veíamos, así que decidió hacerme compañía para cuando mi padre no estuviera. Entonces lo arrastré conmigo para hacer las compras.
Suspiré.
--- Es la tercera vez que preguntas. ---bajé un poco la mirada, no podía obligarlo a estar donde no quiera.--- Si quieres, puedes irte. No quiero que te aburras.
--- No quise decir eso... ---negué.
--- No importa, te veo después. ---dije. Sonreí levemente y continué con mis compras entrando a una carnicería.
Compré unos kilos de carne y de pasada me dirigí a una farmacia para comprar mis cosas personales.
No presté atención a si Neji se había ido, supuse que sí porque estaba aburrido e irritado, así que entraba a cada puesto y tienda que veía. Aproveché a comprar nuevos kunais y armas, cuando de repente entré en una tienda de disfraces y algo llamó mucho mi atención.
En definitiva trataría de ponérselas a Neji.
Cómo pude, salí con todas mis bolsas en mano, cuando una de ellas se me cayó. Tirando todo al suelo.
--- Maldición. ---murmuré por lo bajo. Traté de recoger lo que había tirado cuando alguien más ayudó en el proceso.
Neji.
No dijo nada, solamente recogió lo que estaba en el suelo guardando las cosas en la bolsa. Besó suavemente mi mejilla y me quitó varias de las bolsas que llevaba en mano.
Estaba sonrojada. Neji no suele dar muestras de afecto en público.
--- ¿Vienes? ---preguntó.
--- Creí que te habías ido.
Negó.
--- No me fui en ningún momento, simplemente te di tu espacio para que hicieras tus compras. ---dijo. Sonreí.
--- Gracias, Neji.
--- Anda, te llevo a tu casa.
...
Al llegar a casa, como era de esperarse, mi padre no estaba. Así que Neji y yo nos dedicamos a guardar todo en la alacena y a hacer de cenar.
--- Por cierto, te compré algo. ---dije una vez que terminamos de comer.
Me miró con intriga por un momento pero después sonrió.
--- Pero primero prométeme que te lo pondrás. ---supliqué.--- Aunque sea un ratito.
--- Mei...
--- Por favor, ¿si? ---hice un puchero.
Volteó la mirada sonrojado.
--- No seas tramposa, no hagas puchero.
--- ¿Por qué no? Te gusta cuando hago pucheros. ---dije haciendo que me mirara.
Suspiró.
--- Bien,me pondré lo que compraste... ¿Qué es?
Rápidamente saqué de la bolsa su obsequio.
--- Tadaaaan.---Dime que es una broma.
Negué.
--- Nop.
--- De ninguna manera me pondré eso. ---espetó. Se cruzó de brazos mirando hacia otro lado.
--- Pero, lo prometiste. Es tu obsequio, Neji. ---dije cabizbaja.--- Las compré porque recordé que cuando éramos niños yo tenía unas así, y cuando jugábamos juntos solías ponértelas.
--- No lo haré.
Suspiré.
--- Está bien, no importa. ---murmuré levantándome de la mesa. Me miró extrañado.
--- ¿A dónde vas?
--- Iré a la tienda, a devolver la diadema.
--- ¿Por qué vas a devolverla? --preguntó. Me aguanté las ganas de rodar los ojos.
--- Porque no las vas a usar. ---dije sin mirarlo mientras tomaba mi cartera, podría comprarle otra cosa de regreso.--- Creí que sería lindo porque me recordaba a nuestra niñez pero, no importa. Es estúpido. Olvídalo.
Sentí cómo me quitaba la diadema de las manos, cuando volteé a verlo, tenía esas orejitas puestas. No traía su banda y su cabello estaba suelto.
--- No se te ocurra contarle a nadie, Mei... ---murmuró completamente sonrojado.Me arrojé a sus brazos, abrazándolo fuertemente. Lo tomé un poco desprevenido pero me devolvió el abrazo, besando mi frente.
--- Te ves muy lindo. ---susurré en su pecho.--- Bueno, siempre te ves lindo.
Iba a decirme algo pero se oyó cómo abrían la puerta.
--- Mei, ya lle... llegué. ---mi padre había entrado al comedor.
Miró a Neji, quien estaba completamente sonrojado, y luego a mí.
--- Iré a descansar. ---me dijo.--- Lindas orejas. ---bromeó al Hyuga para después irse.
--- Será la última vez que haga esto. ---dijo. Reí y besé castamente sus labios.