CAPITULO 30 ¿Y AHORA QUE?

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Fluke escuchaba muy concentrado todo lo que se decía, nunca creyó que los elfos fueran tan hermosos y tan inteligentes. Estaba sentado al lado de Ohm mirando embelesado todo. Estaban acomodados en una enorme mesa circular, en una sala de reunión especial para ese tipo de juntas, ya que estaba debajo del estacionamiento del hotel de la isla.
Eran alrededor de veinte elfos, entre hombres y mujeres de una belleza que jamás el pequeño había visto, y en medio de la mesa había una proyección de una espada enorme, que le recordó al juego de Zelda que tanto le gustaba a Earth. Era cierto que no entendía mucho, y le encantaría preguntar, o pedir que le explicaran todos los términos raros que escuchaba, pero no se atrevía a hacerlo. Ohm le había dicho que muchas cosas las aprendería de poco a poco conforme el tiempo pasara, y esa platica era una de esas cosas. Tenía cada vez más dudas sobre el mundo de su prometido, pero sabía que debía de tener mucha paciencia, ya que por lo que cada vez descubría, realmente sabía muy poco de todo eso.
Se giró para mirar al hombre que amaba, y como siempre su corazón se aceleró y se hincho de felicidad y amor. Llevo su pequeña y blanca mano hasta la más grande que estaba debajo de la mesa y se aferró a ella, sintiéndose completo, le regalo una reluciente sonrisa, la cual fue correspondida  seguida de un pequeño apretón de sus manos.
La reunión siguió, Fluke solo supo que esa espada había sido robada, y pertenecía a los Elfos, les urgía averiguar quién la tenía y el por qué la habían robado. Después de media hora más en ese lugar, los elfos agradecieron el tiempo que se les había otorgado sonriendo a su majestad y a su “Destinata”.
-¿Cansado?- pregunto el pelinegro, tomando de la cintura al pequeño y subiéndolo a su regazo.
-Más bien, curioso- dijo este acomodándose mejor encima de las piernas.
-Lo se amor- concedió Ohm- sé que todo esto te apabulla, pero debes tener paciencia- le acaricio la mejilla.
-La tengo, solo te dije lo que pensaba- se encogió de hombros el menor, y disfrutando de las caricias que recibía.
-Eres tan honesto he inocente, y eso me encanta- beso su otra  mejilla.
-¿Solo eso?- pregunto pícaramente levantando su mirada avellana hacia la más oscura.
-No me provoques pequeño- dijo con voz ronca, apretándolo más hacia sí.
-¿Yo?- pregunto con ojitos inocentes, levanto su rostro y ofrecieo sus labios llenos y entreabiertos.
El más grande empezó a devorar los labios que le eran entregados con tanto gusto, y con presteza introdujo su lengua en la cavidad más pequeña, gruñendo satisfecho. Empezaron a desabotonarse la camisa con desespero, y se acariciaron en cuanto la piel quedo al descubierto. El mas grande masajeo los pezones del otro sacando suspiros de placer, Fluke no dejo de acariciar los pectorales, y subió las pequeñas manos a su cuello, para sentirlo más.
Se separaron solo para poder respirar, ya que el beso apasionado los había dejado sin aire.
-Te deseo tanto- rugió Ohm sin querer separarse de su amor.
-Al igual que yo- contesto Fluke cambiando de posición, poniéndose a horcajadas sobre el más grande cuerpo empezándose a rozar en la grande protuberancia de su erección, haciendo fricción, sacando un gutural sonido do Ohm.
-¿Te gusta?- cuestiono Fluke satisfecho sabiendo la respuesta.
-Me encanta, tú me encantas- jadeo frotándose contra el otro cuerpo.
-Te quiero dentro de mí- ordeno apasionadamente, y se levantó despojándose del resto de su ropa, quedándose totalmente desnudo.
El más grande sonrió satisfecho, complacido con lo que sus ojos tenían frente. La piel pálida y cremosa acompañada de la hermosa erección entre esas delgadas y deliciosas piernas, lo volvían loco. Se levantó lentamente sin apartar la mirada de lo único que amaba en esa vida y en las demás, se acercó tomando la pequeña cintura, lo pego a él.
-Llevas demasiada ropa- informo el más pequeño restregando su desnudes contra el pantalón de su amado, sintiendo la erección de este sobre su vientre.
-Eso tiene solución- dijo el más alto levantándose con el en brazos, lo bajo lentamente y se separó un poco solo para desabrochar su pantalón y bajarse la ropa interior - me encantaría que te inclinaras sobre el escritorio- pidió pateando a un lado el bóxer negro de seda.
Y el pequeño sonriendo con picardía se dirigió hacia el mueble con obediencia y se inclinó, dejando su trasero al aire. En otras circunstancias hubiera sentido avergonzado y expuesto, pero frente a Ohm, eso ya no existía, confiaba ciegamente en él.
Sintió como esas grandes manos le acariciaban el cabello, mientras una enorme erección rosaba su fruncida entrada, dejo salir pequeños suspiros cuando sintió los labios acariciando su cuello, y empezó a bajar por su espalda, dejando un rastro húmedo sobre la tersa piel.
-¿Sabes canto te amo?, demasiado- pregunto sin dejar de acariciarlo.
-También te amo- susurró entrecortadamente el tembloroso cuerpo.
Acaricio todo el cuerpo que estaba a su disposición, pasando desde cuello hasta sus tobillos, deteniéndose en la rosada entrada provocando más espasmos y gemidos de placer de su pareja.
-Ohm, por favor- pidió suplicante, tratando de contener las reacciones de su cuerpo.
El más grande empezó a preparar la entrada para que pudiera aceptarlo, y cuando lo sintió listo, se introdujo lentamente apretando los dientes, aguantando la necesidad de penetrarlo de golpe, así que con cuidado siguió entrando, disfrutando de la sensación.
-Más profundo- pidió Fluke, también apretando sus dientes.
Fue lo que necesitaba saber para hacer lo que deseaba. Las embestidas fueron rápidas y profundas, haciéndolos jadear de placer, las caderas de ambos se movían al unísono, mientras uno entraba el otro apretaba, y esos los estaba volviendo locos. Ohm apretó con mas fuerza las pequeñas caderas y siguió profundizando el vaivén.
Cuando el más grande sintió que estaban a punto le llegar al clímax, acerco su boca hacia el tierno cuello, dejando salir sus colmillos, y lo mordió en el momento exacto de su orgasmo. Los hombres gritaron por el placer que sentían, y se quedaron en esa posición por unos minutos.
El pelinegro salió despacio del otro cuerpo, y lo cargo para dejarlo sobre uno de los sillones de la sala. El pequeño cuerpo se quedó lánguido y satisfecho con una hermosa sonrisa en su rostro.  El mayor se dejó caer en el suelo, ya que no podía sentarse junto a su amor, las piernas le temblaban.
-Cada vez me sorprendes más- confeso el pelinegro satisfecho.
-¿Y te agrada?- pregunto Fluke divertido.
-Me encanta- confeso- y lo sabes.
-Un poco- se giró para poder abrazarlo del cuello.
-¿Te gustaría ducharte?- pregunto disfrutando de las cosquillas en su cuello.
-Por favor- pidió mirando su vientre lleno de su mismo esperma.
Ohm se levantó ágilmente y tomo en brazos a su “Destinata” para llevarlo hacia el baño privado de la sala de juntas. Se metieron dentro de la ducha juntos y se lavaron.
-Como te prometí- empezó el pelinegro, secando el cabello del más pequeño- mañana seremos solo tú y yo.
-¿De verdad?- pregunto con sus hermosos ojos brillando.
-Sabes que siempre te digo la verdad - se trasladó hacia su habitación, junto con Fluke.
Ambos hombres se deshicieron de las batas de baño, para meterse en la cómoda cama, y abrazados se quedaron tranquilamente dormidos.
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-¿Es verdad esto?- pregunto furioso el señor Natouch.
-Así es señor- respondió seriamente.
-¿Pero cómo es eso posible?- cuestionó aun sin poder creerlo.
-La verdad, no lo sabemos señor- se diculpo.
-¿Cómo es que no lo saben?- grito colérico.
-Lo siento- se inclinó el hombre.
-Si no sabes nada, ¿Qué estás haciendo aquí?
-Perdón- se inclinó más hacia enfrente.
-Largo de aquí- ordeno molesto.
El hombre volvió a hacer una reverencia y salió de la oficina.
Boston tomo su teléfono.
-Te quiero aquí en cinco minutos- ordeno enfurecido terminando la llamada.
En menos de cinco minutos llamaron a la puerta de la oficina.
-Adelante- dijo dejando el reporte que le habían dejado unos minutos antes.
-A sus ordenes- dijo el recién llegado haciendo una reverencia.
-Necesito que termines esta investigación- le tendió las hojas que había soltado un momento antes.
El más joven tomo lo que le daba, y empezó a leer.
-Lo tendrá listo al final del día a más tardar- le aseguro al su jefe.
-Espero que antes- lo miro muy serio.
-Así será señor- se giró y salió del lugar.
Boston se dejó caer en su asiento, aun sintiendo que la sangre le hervía. ¿Cómo demonios Samantha había terminado con Thitiwat?, no entendía nada, y eso lo sacaba de sus casillas. Por eso no había logrado dar con ella, por más que buscara, si estaban protegidas por ese hombre, él nunca podría tocarlas.
¿Cómo su mujer había dado con ese magnate?, pero más que nada, ¿Cómo había logrado estar bajo su protección?- Fluke- susurro levantándose de golpe con el rostro desencajado.
-Ese maldito mocoso- dijo furioso con la cara roja por la ira - Me las va a pagar.
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Ohm despertó a su pequeño cubriéndolo de besos por todo el rostro.
-Cosquillas- dijo adormilado el pequeño, sonriendo.
-Vamos dormilón- le dijo sin dejar de darle besitos.
-Es muy temprano- se quejó.
-Son las siete de la mañana amor, y tenemos mucho por delante.
-Cinco minutos más amor- pidió si abrir los ojos.
-Nada de eso pequeño-respondió feliz por el apelativo tomandolo en brazos- necesitas una ducha para despertar- siguió mientras caminaba hacia el baño con él en brazos.
-No quiero- pataleo dramáticamente el castaño.
-Ya basta- se rio el mayor depositándolo con cuidado en el piso.
-Eres malo- dijo el pequeño abriendo sus hermosos ojos y haciendo un lindo puchero.
-Muy malo- trato de imitar su puchero y abrió la regadera.
-Ooooooohm- grito haciendo una pequeña pataleta.
-Ven acá Polcino- lo jalo bajo la regadera.
-Esta helada- se volvió a quejar Fluke.
-Alguien amaneció de malas- lo abrazo bajo el chorro de agua, logrando que no salpicara el rostro del menor.
-Solo te pedía cinco minutos más – le abrazo por la cintura dándose por vencido y sintiendo como el agua iba enfriando sus cuerpos calurosos por el clima.
-Lo siento amor- se disculpó el más grande- pero te tengo una gran sorpresa y me gustaría que saliéramos temprano.
-¿Una sorpresa?- lo miro con los ojos llenos de ensoñación.
-Una gran sorpresa- confeso con dulzura- así que por que no nos apuramos- siguió- un yate nos espera.
-Yate- dio brinquitos sin soltarse de su amado.
-Tranquilo corazón, puedes resbalar. - dijo el pelinegro, y lo soltó para empezar a lavarlo.
Desde ese momento Fluke dejo de quejarse y se dejó hacer sin dejar de sonreír sintiéndose muy feliz.
Salieron tomados de las manos del hotel, los estaba esperando una limosina.
-Woww- exclamo impresionado el menor.
-Y empieza la sorpresa- anuncio el más alto mientras un chofer uniformado les abría la puerta para que subieran en el coche.
El castaño jalo al mayor y ambos se introdujeron en el auto.
-Hace mucho que no me subo en un barco. - informo el pequeño feliz tomando la mano de Ohm.
-Me alegro de verte tan feliz- beso su mejilla- y el día solo empieza- le confirmo.
El pequeño se acercó más al otro cuerpo, y ahí se quedó el resto del trayecto.
La limosina después de un corto recorrido se adentró en el muelle y se detuvo al llegar a su destino.
-Hemos llegado- anuncio Ohm abriendo la puerta- tu piel es muy delicada, necesitamos ponerte protector solar.
Fluke miro el enorme yate que los estaba esperando.
-Es impresionante- exclamo el pequeño, ya que había viajado en navíos antes, pero nada comparado con eso.
Ohm lo guio hacia la gran nave marítima.
-Primero protegeremos tu hermosa piel- ordeno.
-Está bien su majestad- contesto feliz por su preocupación.
Ohm sonrió divertido sin dejar de caminar.
El lugar era más grande de lo que parecía, y Fluke miraba todo con ojos maravillados. La tripulación les dio la bienvenida, un hombre canoso con gorro blanco se acerco, debería de ser al capitán.
-Bienvenidos- dijo este haciendo una reverencia.
-Gracias James- empezo el pelinegro - él es Fluke Natouch, mi “Destinata”- dijo como siempre que se reunían con alguien que apenas su pequeño conocía, y eso siempre hacia feliz al menor.
-Un gusto conocerlo James- se inclinó en forma de saludo.
-No, por favor mi señor, el gusto es mío- respondió de inmediato el otro.
-Tendrás que acostumbrarte a esto- anuncio divertido Ohm. Su Polcino era demasiado bueno y educado, un corazón muy noble.
-Si mi señor- contesto reverenciándolos- espero todo sea de su agrado.
-Así será James- confirmo Ohm.
-¿Por qué todos reaccionan así cuando me conocen?- cuestiono el pequeño extrañado.
-No lo hacen de mala fe- empezó Ohm jalándolo de la mano y llevándolo a la sombra - es solo que saben que eres mi “Destinata”- se giró para mirarlo- ellos te ven como lo que eres, y por eso te respetan.
-No digo que me falten al respeto- dijo Fluke- solo que cuando los saludo, se muestran incomodos.
-No es eso amor- lo acerco más a el- solo que tu eres su futuro rey, mi esposo.
-¿Seré Rey?- pregunto sorprendido.
-Te casaras conmigo amor, eso te convierte en Rey.
-Rey- dijo en un susurro tratando de comprender todo.
-Amor, no pienses mucho - lo tomo cariñosamente de los hombros.
-Pe… pero.
-Pero nada- lo giro y lo hizo que caminara, y lo dirigió al camarote principal- primero que nada, necesitas proteger tu hermosa piel.
-No cambies de tema Ohm- le dijo Fluke volteando a verlo.
-Quiero que este día sea especial- dijo el más grande- así que por favor podríamos hablar de esto después.
Fluke lo miro fijamente, y termino frunciendo sus labios.
-Pero lo hablaremos después- ordeno tratando de no ablandarse frente al hombre que amaba, ya que siempre Ohm tenía la última palabra.
-Lo prometo- afirmo el pelinegro.
-Ahora ponme protector- volvió ordenar el castaño empezándose a quitar la ropa.
-A sus órdenes majestad- el más grande obedeció encantado, lo cual termino en otra deliciosa sesión de sexo.
-¿A dónde vamos?- pregunto Fluke recargado en el barandal, mirando el cielo azul, y los delfines surcando el océano.
-Eso es una sorpresa- lo abrazo por detrás.
-Parece que es una sorpresa muy grande- se recargo en el cuerpo mas grande.
-Espero que bastante grande.
-¿Cómo es eso?- se giró con mirada interrogativa.
-Ya lo veras- lo beso apasionadamente.
-Lo espero con ansias- contesto con la respiración agitada, los labios hinchados y húmedos.
Desembarcaron en una de las tantas islas de las Maldivas.
-¿Dónde estamos?- pregunto mirando la pintoresca aldea.
-Daremos un paseo- respondió ignorando la pregunta.
-Está bien- tomo su mano y lo siguió con el corazón rebozando de expectación.
Pasearon por el lugar, incluso compraron souvenir a petición del menor. Ohm lo estaba pasando demasiado bien, nunca había hecho algo como eso, algo tan normal y mundano. Fluke se comportaba como un niño que disfrutara de navidad, maravillado y encantado por esa experiencia. Solo se dejó llevar por su Polcino, había planeado varias cosas en esa isla, pero en cuanto pisaron tierra Fluke se había hecho cargo de todo.
Fueron a los lugares a los cuales el castaño deseaba, y comieron todo lo que este había querido. A Ohm no le importaba haber perdido la cita en ese extravagante restaurante, ni su plan de ir al acuario del lugar, lo único que le importaba era ver feliz a su Polcino. Cuando el sol empezaba a ocultarse, terminaron el recorrido.
Regresaron al enorme yate entre bromas y risas sinceras.
-Gracias por este día- dijo Fluke sonriéndole.
-Gracias a ti- respondió el más alto- nunca había experimentado lo que acabamos de hacer.
-¿De verdad?- cuestiono sorprendido.
-Es porque eres demasiado especial, que me das exactamente lo que necesito.
-Tú también eres demasiado especial- lo abrazo.
- Y la sorpresa no termina- contesto disfrutando del calor corporal del mas pequeño.
-¿El día sigue?- lo miro con sus grandes ojos.
-Le falta mucho- dijo besándolo

SOLO MÍO (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora