~25~ Enfrenta tus problemas

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● Armamos la carpa con ayuda de las habilidades de Dustin, y al final quedó lo suficientemente grande como para tomar distancia y no tocarnos.

"Bien" pensé

Al rato de que la mayoria de personas hubieran armado las suyas, la rectora, con Carlos, llegó con un megáfono.

-Ahora a dormir alumnos-anunció-. Deben estar bien descansados porque mañana comenzaremos el trabajo.

Dicho esto Dustin y yo entramos a la carpa.

Era de un color verde oscuro, con dos almohadas del mismo tono.

Me acomodé en el lado izquierdo lo más pegada a la "pared". 

Me puse de espaldas a él y cerré los ojos.

Sentía cómo se movía, revolviendose en el saco como si no pudiera dormir.

-Hey... perdona- dije finalmente

Dejó de moverse y abrí los ojos sin voltearme.

-¿Maddie?- preguntó

Me volteé y sin mirarlo.

-¿Qué sucede? -dije

-Todo- dijo él, y acto seguido se acercó a mí, pero yo me levanté y apoyé en una mano, evitándolo

-¿Qué sucede?-preguntó incorporandose

-¿Crees que haciendo lo que haces voy a estar tranquila?- respondí pasándo una mano por mi cara-. Solo quería hablar, nada más

-Perdon... pensé...

-No -le corté-. Pensaste mal entonces.

Dicho eso salí de la carpa con cuidado a que nadie me viera, y me escabullí a la pequeña colina que quedaba justo al lado del mar, de la cual una suave brisa lanzaba pequeñas gotas saladas a mi rostro.

Me senté en el cesped y llamé a Camila.

~¿Hola?~ se le escuchaba agotada

~Hey~

~Hola Maddie ¿Qué sucede?~

~¿No puedo llamar a saludar a mi mejor amiga?~

~Sí, pero si llamas a las 10 de la noche cuando tu mejor amiga está durmiendo calentita en sus mantas debe de pasar algo~

~Tienes razón- suspiré

~Dime qué sucede, tranquila~

~Estos días han pasado muchas cosas, y una de ellas es de quien te había hablado antes~

~¿Y te gusta ese tal chico?~

~Pues... está fuera de mi alcance. Él es popular y yo soy solo una chica nueva quien él siempre está tratando de confundir con su bipolaridad y yo trato de escaparme y escondierme de los problemas que cree pero siempre está allí y...~

~Wow, para amiga- rió-. ¿Y así es como solucionas tus problemas? ¿Escondiendote de ellos?~

Me quedé callada un minuto, tenía razón. Esconderse de los problemas no soluciona nada.

Suspiré

~No-respondí-. ¿Entonces qué tengo que hacer?~

~Enfrentarlos~

~¿Y si salgo lastimada?~

~Significa que te esforzaste lo suficiente para lograr aquello. Además, eres fuerte, lo se, te conozco más que cualquier otro~

~¿Y si he fingido ser una persona mientras soy otra?~

~No lo harias, eres mi mejor amiga y sé cuando mientes~

Reí ante aquel comentario, pero al final sonó más como un sollozo.

~¿Por eso supiste mi secreto?~

Ella se quedó callada un rato, luego supiró y habló

~Algo parecido~

~Ok-suspiré-. Gracias por hablar conmigo, enserio necesitaba escucharte~

~No tienes porque agradecermelo, la amistad es para siempre~

~Gracias, adiós~

~Adiós~ y colgó

Guardé mi celular en el bolsillo y miré al mar. La fresca brisa que pasaba me alborotaba el mechón de cabello que tenía, haciendo que pasara mi mano incansables veces por mi cara.

-¿Tu secreto?-escuché

Volteé la cabeza rápidamente y ví a Tatiana con los ojos de un rojo intenso unos metros bajo la colina.

-¿Qué te pasó?- pregunté, pero Tatiana se hechó a llorar.

Llorar no es una Alternativa [University Life]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora