SAM
No me gusta. Es lo primero que debe de quedar claro. Nunca lo ha hecho. Westlick es el tipo de persona al que nunca me acercaría.
Siempre el mismo sueño, ambos estamos en la parada del autobús. Siempre ocurren variaciones al final, a veces lo dejo ir al autobús y otras le digo donde encontrarme. Esta vez termino en que salía con él. Algo extraño para alguien que vi menos de 5 minutos. Cuando mi mente decide asentar sus revoltosas ideas, decido levantarme lentamente de la cama antes que...
- ¡Sam! Despierta, llegarás tarde. - grita mi madre desde el otro lado del corredor.
Con pesadez me dirijo al umbral de la puerta, no recordaba que una semana antes me había ofrecido como voluntaria justo en mis vacaciones. Que suerte.
¿Qué se supone que deba de hacer un sábado por la mañana? solo sé que ir de voluntaria a una primaria no estaba en mis planes. En fin, fue idea mía. Supongo que comenzó por, bueno ahora no importa, se hace tarde. Comienzo a vestirme y cuestionarme, no importa lo que sea, mi mente siempre parece estar ocupada, en las nubes o en...
- ¡Sam! el desayuno está listo, tengo que irme. ¡Ten un buen día!. - Esa es mi señal. Me despido de mi madre desde la ventana y continuo con mi rutina.
Mi madre trabaja en una librería y voy ahí de vez en cuando, bueno iba, antes de ser voluntaria pasaba mis tardes ahí. Libros gratis y café. ¿Qué más podía pedir?
Bajo con rapidez a desayunar los waffles que mamá dejó sobre la isla de la cocina, la escuela está a unas cuantas calles pero aun así parece que siempre el reloj tiene algo en contra mía. Se que esto fue idea mía pero no quiero salir, ni siquiera sé de dónde saque motivos para levantarme esta mañana... Salgo de mi casa con nada menos que agua embotellada, un libro y mis llaves, todo un kit de supervivencia a 5 horas en una primaria.
Después de sumirme en mis pensamientos, llegó a la escuela. Me saluda la señorita Anderson con una sonrisa amable, es algo así como la subdirectora pero siempre esta como maestra.
- Buenos días señorita Reynolds. - Su sonrisa es tan cálida y familiar que podría hacer un comercial de pasta dental. ¿Cómo puede verse así siempre?
- Buenos días señorita Anderson, puede decirme Sam. Ya llevamos algunos años de conocernos para este tipo de formalidades, no es que tenga algo de malo, sino que hay un sentimiento de familiaridad entre nosotras. - Le digo con una sonrisa tímida, la señorita Anderson siempre es muy correcta, aunque sea amiga de toda la vida de mi madre y yo la conozca desde hace unos 12 años.
- Lo sé Sam, pero hoy estas como voluntaria y no como una invitada. Es parte de mi ética profesional. Espero no te moleste. -
- Lo entiendo señorita Anderson. Bueno, entremos. - Digo dirigiéndome a la puerta junto con ella.
- Silencio niños, hoy tendremos a una nueva educadora. Estará con nosotros un año y espero que sean amables con ella. Preséntate querida. -
No sé porque me siento tan nerviosa, son solo niños de 6 años. Doy una profunda inhalación y comienzo. - Buenos días niños, me llamo Samantha Reynolds y como les dijo la señorita Anderson, estaré acompañándolos este año. Espero aprender de ustedes como ustedes de mí. - ¿De dónde rayos salió eso? yo solo iba a saludar, me deje llevar.
- Buenos días señorita Reynolds. - Se dijo al unísono.
Se acercó a mí la señorita Anderson y me lleve una sorpresa cuando dijo que la mitad del grupo estaría a mi cargo un mes, ya que le faltaban ayudantes y no quería dejarme todo a mí, ya que para los voluntarios se les da alrededor de 6 a 9 niños. Mi trabajo en los primeros 4 meses sería enseñarles a los niños a leer, algo complicado ya que casi no he convivido con niños, al menos desde hace unos años.
La ventaja de estar con niños de 6 años es que para ellos eres la persona más genial que han visto en su vida, nada como ser una figura respetable de autoridad. Tal vez ni de autoridad, más bien como un ejemplo, de cómo quisieran ser. Aterrizo mis ideas al ver a 13 niños mirándome entusiasmados, por lo que comienzo con una dinámica para conocernos e irme acostumbrando a ellos. Lo cual no fue muy difícil, como ya lo dije, piensan que soy genial.
No recordaba que los niños de primaria tuvieran tanta energía. He tenido que inventarme juegos, a ese punto de desesperación llegue; parece que nunca se cansan o sienten hambre. No tiene idea de cómo agradecí que llegara la hora de la siesta, fueron los 20 minutos más gloriosos de toda mi mañana. Como era el día de las presentaciones, pasamos la mayor parte del día jugando. Medito en esto mientras camino a casa. Al final parece que fue una buena idea.
Abrí la puerta con algo de lentitud, no recordaba cuando fue la última vez que jugaba con niños pequeños. La idea se esfuma rápidamente mientras entro a la casa. No me gustan los niños.
Mientras intento fusionarme con el sofá, mi madre llegó, siempre tan entusiasta, ha preguntarme que tal mi primer día, aunque ella no lo sepa, puedo notar cierto aire de preocupación en su voz, por lo que calmo sus ideas. A lo que responde con una radiante sonrisa y un cálido abrazo.
Después de cenar, pusimos una de nuestras películas favoritas de todos los tiempos "Naufrago". Una película que cambió mi manera de ver la vida, y sin duda me hace recordar que debo de seguir respirando porque no sé que traerá el mañana.
Una vez que aparecen los créditos y terminamos de comentar lo increíble que es Tom Hanks en cualquiera de sus papeles; mi madre me mira con ternura y me dice con la voz más maternal y dulce posible "estoy orgullosa de ti", después de salir de mi trance, le regreso la mirada algo más cristalizada que la de ella y me recuesto en su hombro reprimiendo un sollozo.
No se imagina lo mucho que lo estoy también.
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100 DÍAS PARA OLVIDARTE
Genç Kurgu¿Te has enamorado de alguien del que sabías que no era una buena idea? En esto se resume la vida de Samantha y Tyler, dos adolescentes que solo quieren ser libres de su pasado y dejar de huir, sin saber que su nuevo amigo pasa por exactamente lo mis...