📖Levi's Memoirs📖

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Parte 2:

Perdí la noción del tiempo luego de que Hange realmente pidiera la bebida llamada Colosal, que consistía en una peligrosa combinación de diferentes tipos alcohol. Aunque, no fue suficiente para emborracharnos.

-¡Ah! Repitamoslo después... - pidió la castaña cuando salíamos del bar pasada la media noche.

-Ni loco. - me negué como parte de mi rutina, aunque sabía que definitivamente repetiríamos lo de hoy en futuras ocasiones.

Volvimos al cuartel de la Legión, donde, como esperábamos estaba todo en silenció y tranquilo ya que todos debían estar durmiendo, o intentándolo pues el calor seguía siendo insoportable incluso de noche.

Recorrimos los pasillos hasta nuestras respectivas habitaciones; en la mía, como siempre desde hacía años, Ami se encontraba dormida en la única cama de la habitación, lo que me dejaba a mi con las opciones de dormir a su lado o dejarme consumir por el insomnio en la silla de siempre. Opte por la segunda opción.

-¿Estuvo interesante tu cita, no? - se quejo Ami.

No estaba seguro de si la había despertado al llegar o si no había dormido nada hasta el momento, como fuera no impidió que me acomodara y la mirara mal, aunque ella no pudiera verme.

-Tsk, ¿interesante? Solo... - comencé a decir.

-Me da igual, solo cállate y dejame dormir. - me interrumpió de mala gana.

Bueno, quizá si la había despertado y por eso su mal humor. Grandioso. Bufé antes de tomar asiento en mi silla y dejar caer mi cabeza hacia atrás, estaba agotado, pero no lo suficiente para que las palabras que alguna vez dije no me atormentaran como cada noche. Entonces, dormir fue una tarea imposible de nuevo.

Y a la mañana siguiente, antes de que decidiera dejar mi lugar y enfrentar el día, escuche como apresuradamente Ami se levantaba, hacia sus cosas y se marchaba. Debía estar aun molesta y, por tal motivo, lo mejor era que me mantuviera alejado hasta que se le agotará el enfado. Tarde un poco más en decidirme a yo mismo hacer mi rutina, al final, cuando lo hice, no quedo más que ir al comedor con la esperanza de no encontrarme a Hange tan temprano.

-¡Leeeeviiiiii!

Me equivoque.

-¿De dónde sacas tanta energía tan temprano? - me queje cuando llego a mi lado.

El desayuno seguía siendo la misma basura de siempre, pese a que los recursos destinados a la Legión habían aumentado en los últimos años. Y un pésimo desayuno, solo puede estar acompañado de la energética cuatro ojos, que como cada mañana entrega gritando hasta que lograba ubicarme entre las mesas.

-¡Oh! ¿Y Ami?-pregunto sorprendida por la ausencia de la otra castaña.

-Molesta en alguna parte. - respondí sin inmutarme.

-¿Ahora que le hiciste?

Deje de lado mi desayuno para poder mirarla con desprecio.

-¿Qué te hace pensar que le hice algo? ¿Siquiera me crees capaz? - le reclamé ofendido por la acusación.

-Capaz si eres y créeme que ella solo se enoja contigo. - respondió Hange intentando robar la comida de mi plato, lo cual no logró. - Y si me lo preguntas es porque tienes algo que provoca que todo el mundo se enoje.

-Tsk, eso es toda una estupidez incluso para que lo digas tu.

-Si tu lo dices. Igual no cambia el hecho de que debiste hacerle algo.

-No soy del tipo de anda por la vida provocando la ira de los demás.

-Pero si eres del tipo inconsciente que no se entera de nada hasta que se lo dicen.

-¿Me estás llamando idiota?

-Pues si te queda la capa.

Chasquee la lengua indignado. La acción desencadenó una carcajada de Hange.

-Olvídalo, enano, esa capa te queda muy grande... - se burlo descaradamente.

Y justo por eso, encontrarse a Hange tan temprano, luego de una noche de bebida era lo peor que podía pasarme.

No paro de burlarse durante todo el desayuno, lo cual solo me colmo la paciencia y me obligó a salir apresuradamente del comedor para poder regresar a mi dormitorio. No tenía intención de esconderme, pero con suerte, Hange podría olvidarse de mi existencia si no me veía rondando por las instalaciones.  Así pues, una vez en la habitación, me deje caer en la cama, fastidiado y acalorado.

Pasado el rato, luego de que quizá logrará conciliar el sueño, alguien llamó a la puerta. Sospechoso, porque tratándose de Hange habría abierto abruptamente la puerta y si era Ami simplemente no habría tocado. Como fuese, decidí no responder para no hacerle saber al desconocido de mi presencia.

-¿Capitán Levi? - pregunto quien llamaba a la puerta.

La voz me era familiar, por lo que perezosa y de mala gana me levante de la cama. Me encamine a la puerta y abrí.

-¿Si? - dije al abrir y descubrir a la líder del escuadron que estaba regañando un día antes.

La chica parecía avergonzada y sostenía algo en la mano.

-Lamento venir a molestarlo... - se disculpo tras un saludo rápido.

-Si lo lamentas, simplemente no hubieras venido.

Si había algo que odiaba incluso más que toparme con Hange en las mañanas, era que cualquiera se sintiera en la libertad de venir a mi habitación, porque en primer lugar estaba prohibido.

La chica, cuyo nombre realmente no recordaba y cuyo apellido ya también había sacado de mi mente, parecía dolida por el comentario.

-Lo se, pero quería disculparme por lo de mi escuadron... - se apresuró a decir, temiendo que la corriera seguramente. Ganas no me faltaban. - Y por eso traje...

-Disculpa aceptada, ahora... - la interrumpí en un intento de cerrar la puerta.

-Pero...

En su intento por evitar que cerrará la puerta, la chica dio un paso al frente metiendo lo que sostenía entre ella y la puerta. Al final, lo que llevaba no era más que un jarrón con lo que parecía ser vino artesanal, que terminó por ensuciar todo el piso y derramarse gran parte  sobre mi.

-Tsk, maldita sea.

-¡Capitán! ¡Lo siento, de verdad, lo siento muchísimo! - alzó la voz con preocupación la chica. - Yo solo...

Hice un ademán para hacerla callar y eso hizo. Me pasé una mano por el cabello con desesperación, en un intento por calmarme.

-Solo vete de una vez. - le dije entre dientes.

Me di media vuelta y me encamine al baño, tenía que intentar sacar la mancha de vino de la ropa antes de que fuera muy tarde. No le cerré la puerta en la cara, pues tendría que volver a limpiar su desastre. ¡Que grandioso día estaba teniendo!

Una vez en baño, aun después de aplicar demasiado jabón a la camiseta que llevaba puesta, quitar la mancha fue imposible, por lo que me rendí y termine por quitarme la prenda antes de salir a buscar una muda nueva.

Salí del baño maldiciendo por lo bajo sin quitar la mirada de mi camiseta, como si mi furia fuera  suficiente para quitar la mancha.

-¿Sigues...? - pregunte cuando al llegar al closet encontré a la chica problema de pie con un pañuelo en mano.

Ojala hubiera podido terminar la respuesta, pero más allá de la chica, justo en la puerta, Ami me lanzó una mirada asesina.

-¿Interrumpo?

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora