Mi Aroma Favorito [Omegaverse]

Parte 5

08/04/2023

El examen de admisión le respiraba en la nuca, el sudor en sus manos era abundante y su aroma se incrementaba a cada instante, llenando cada centímetro cuadrado del apartamento con chocomenta un tanto ácido.

Movía sus piernas rápidamente por debajo del escritorio, mientras mordía la punta del lápiz y leía el libro de Inglés I, sin dejar de tararear una de tantas canciones de TWICE. Él siempre decía que la música era un relajante y te ayudaba a concentrar en cualquier momento de la vida, pero en realidad era la excusa para escuchar música y relajarse un rato.

Mientras movía una de sus piernas con total desesperación y nervios por el día de mañana, el otro pie palmeaba el suelo al ritmo de la música, hasta que sintió cómo le tiraban una pila de libros sobre su escritorio, dejándolo anonadado y sintió caer sus audífonos de sus oídos.

― ¡¿What?! ―miró todo el muro de libros que cayó en la mesa―. ¿Qué? ¿Todo esto tengo que leer? ―alzó la mirada para ver a Ni-Ki, quien se llegó a sacar un par de conejos de los dedos.

―Tú lo pediste.

― ¡Pero no creí que serían muchos! ―le respondió con sobresalto en sus palabras―. P-Pensé que serían 4, ¡no 19!

―A más libros, más oportunidad. ―sonrió victorioso.

― ¡No uses mis frases contra mí! ¡Te voy a echar a los de Derechos de Autor!

―Lo volveré a repetir: tú pediste.

Suspiró. El alfa tenía razón: él mismo lo pidió y ahora lo negaba como un tonto.

― ¿Podrías ignorar lo que dije? Además, te demoraste en traerlos.

―No los encontraba.

― ¡En vez de mentir, mejor di la verdad!

―Pues, ¿qué quieres que te diga? ¿Que me demoré porque no los encontraba? Sí, eso pasó. ¿Alguna duda? ―sonrió inocentemente.

Sunoo le dio una escaneada con su mirada y se levantó de su escritorio para irse a la cocina por una manzana.

― ¡Ya no sigas diciendo eso!

―Y, ¿por qué no?

― ¡Porque yo lo digo! ¡Y no, no me podrás atrapar ni callar!

"¡Motocristo en Jesuscleta! Es vidente" ―el lobo de Ni-Ki fingió sorpresa―. "Bueno, ¿vamos por él?" ―insistió.

El alfa suspiró, después de todo, ya le tocaba. Su celo era uno de los "peores", quería sexo a cada rato. Pero, por favor, alguien dígale que así era el celo de un alfa.