capítulo diez

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Recorría la cama, de un lado a otro, no podía dormir, rodaba la cama de un lado para otro, en serio estaba demasiado ansiosa. Garu se había dado cuenta de eso ya que estaba sentado en la cama, mirándome un poco divertido. Se removió, me di la vuelta quedado frente a frente, este hizo un mechón mío atrás de mi oreja, colocándolo suavemente.

—¿Qué es lo que te tiene así? —Me susurró suavemente acariciándome la mejilla. —Me duele mucho verte así. 

Suspiré, cerrando los ojos por su tacto, relamí mis labios contestándole que me tenía todo perturbada, todo lo que estaba en mi cabeza, desde el asesinato hasta que me intentaron golpear.

—¿Lo dices por el palo de brujería? —Exclamó, todavía acariciándome la mejilla. —Te entiendo, yo también estaría perturbada.

Seguí desahogándome, ya al punto de llorar, hasta que me callé. Yo jamás le conté eso, me senté casi de un salto, mirándolo asustada.

—Garu, ¿cómo sabes que yo encontré ese palo?

Este me miró un poco nervioso, a lo que yo me paré enseguida, no me importó estar en ropa interior, este se paró pero yo me alejé, estaba a la defensiva, estaba alterada, sentía que todo estaba viniéndose abajo.

—Lo dijiste alto, te pude escuchar, ¿en serio desconfiarías de mi?

Me quedé en silencio, para después relamer los labios. Negué, él abrió los brazos y me abrazó fuertemente. Se sentó y yo me senté encima cerrando los ojos 

—Confío en ti Garu...—Susurré. —Me cuesta confiar, pero lo hago en ti. 

Me separé un poco al escuchar pasos, y gruñidos, pero lo atribuí con mi papá, él roncaba desde que era pequeña, aunque seguía gruñiendo muchísimo más, él me abrazó más fuerte y eso hizo que me quedara dormida, confiando en la noche y en mi.

Grato error mío.

A la mañana siguiente, me levanté y me topé con la peor escena que voy a tener de por vida, escena que quisiera borrar de mi memoria y que quisiera nunca en mi vida jamás haberla visto.

Mi papá tenía una espada ninja incrustada en el corazón. Al ver eso, mis piernas enseguida dejaron de funcionar, me caí de rodillas, mi dejó de funcionar, mis lágrimas cayeron sin darme cuenta, estaba ahogándome. Lo primero que hice al reaccionar, fue buscarle los signos vitales, tomándolo de la cabeza.

—Tú no...—Susurré, mirándolo. —Papá, por favor...—Lo agité. —P—Papá

Garu salió del baño rápidamente, y al ver todo eso palideció, y llamó a emergencias del pueblo, a los 20 minutos lo dieron por muerto, y al ver a Dada, salí corriendo a abrazarlo llorando en su hombro.

—Que horrible es esto....

Vio Ring Ring la escena del crimen, y se acercó a la pared al ver una frase escrita.

"Dejen de buscar o Dada será el siguiente"

Al escuchar el grito de horror de Ring Ring, Dada se separó y vio lo que estaba escrito, sentí como su corazón comenzaba a palpitar fuertemente, y Ching se desmayó, Abyo comenzó a darle respiración boca a boca, y Gao sólo estaba mirando seriamente, estaba en shock.

***

— N. O V  P O V —

A la lejanía, en lo más profundo se encontraba un grupo de chicos viendo la escena llena de gente, viendo como ____ lloraba desconsoladamente viendo como se llevaban a su papá en la camilla. 

—Chicos, creo que ya han tenido suficiente...—Susurró la pelinegra. —En serio, matamos al papá.

El chico rodó los ojos, parándose secándose el pantalón, estaba arrodillado viendo concentrado, divertido, le daba muchísima gracia y en cierta manera le excitaba ver los gritos de ella. 

—No sé porque te quejas Stephanie, fuiste una cabeza de esto. 

Se sacó la capucha, sacando un café cargado sentándose cerca, relamiéndose los labios. La mencionada miró al responsable del asesinato asustada, negando.

—Yo sólo quería asustarlo, no asesinarlo. —Se justificó rápidamente, alzando las manos. —Fuiste tú.

Este la miró con aburrimiento, se estaba arrepintiendo haber trabajado con ella, ¿en qué momento le pareció buena idea? Solamente la había utilizado porque ella le había rogado, y a él le encantaba que le rueguen.

—Tú te pasaste con cuchilladas, yo no fui quien dio la idea el susto. —Se encogió de hombros.—Deja de justificarte, odio la gente que se justifica.

Stephanie se tapó la boca evitando llorar.

—¡Tú usaste un hechizo conmigo, yo no quer—

La callaron la boca con una cachetada, ella se tomó la mejilla, Gao dijo que parasen de gritar, que los iban a escuchar, que si iban a ser violentos, que lo sean un poco más silenciosos, no cerca de donde habían cometido el crimen. Se acercó a Stephanie poniéndose en frente.

—Si no estoy mal, fue tú idea por tenerle celos desde pequeña, no nuestra, ¿o estoy equivocado? Creo que no, yo jamás me equivoco. —Sonrió mostrando sus dientes. —Así que no te puedes quejar.

Volvió hacia donde estaba la casa de quien había fallecido el padre, sonriendo mirando atentamente, enseguida comenzó a palpitar su corazón fuertemente, y su miembro comenzó a ponerse erecto, sonrió, estaba excitándose.

—Tú serás mía, cuesta lo cueste, mate, a quien tenga que matar.  —Se relamió los labios, mirándola fijamente cuando salió. —Y así tenga que matarte a mi, si no eres mía, no serás de nadie.

Un nuevo silencio [SEGUNDO LIBRO] [Garu y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora