El Recuerdo Pasajero de un Alma Anónima

2 0 0
                                    

Cada vez que veo sus hermosos ojos, siento vértigo, sé que caigo constantemente en el amor de mi memoria.

No me agrada admitir que usted está fuera de mi alcanze.

Cuanto daría por poder hablarle, mi bella dama.

Poder dirigirle la palabra y decirle a usted, como ha sido mi vida el tiempo que se alejó.


Adoro recordar aquellos tiempos cuando podía acercarme sin temor a la brillantez de sus ojos.

Adoro reconocer que he cometido errores y usted los ha perdonado; sin embargo mi moral insiste en que no puedo hablarle.

Mi bella dama, quiero que sepa usted, que la vida no me ha tratado bien lejos de vuestro cariño.


Lamento informarle que la sigo amando, la amo como un recuerdo pasajero que vuelve sólo cuando mi alma merece sollozar.

Eso, mi bella dama, me hace recordar que la vida no es la misma que hace dos años, cuando usted y yo eramos compañeros de travesuras y desventuras.

Quiero que sepa usted que si tan solo usted me dirigiera la palabra, sabría que el destino existe, sabría que usted sigue existiendo y no es sólo un recuerdo pasajero que habita en mi memoria.

Escritos de una Alma AnónimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora