Capitulo.6

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{“Trabajo humano ”}

El grupo esperaba ansioso, sin embargo, la mirada de todos se desvío cuando vieron las hojas de los árboles caer y a los simio acercarse, tanto por las ramas de los árboles como a caballo o a pie.

—Aceptaron, pero quieren que les entreguemos las armas—Dijo Malcom mientras salía de la nada asustando a todas las personas que estaban en la camioneta.

—¿Estás bromeando?—Pregunta Carver, sin poder creer lo que el hombre castaño decía.

—No, no es broma—

Salió Nix del otro lado de la camioneta dándoles un segundo susto.

—¿¡Quieren parar de hacer eso!?—Grito Javier molesto, odiando lo sigilosa que podía ser su hermana.

—Esa era la única condición que pusieron, si queriamos trabajar en la presa—Advirtio la pelinegra con seriedad.

{...}

Los hombres les estaban entregando las últimas armas de fuego a los simios, la chica miraba todo esto a la distancia, se dio una palmada mental al haber sido precavida y esconder el arco de su madre debajo del asiento.

—¿Ya es todo?—Pregunto Cesar mientras veía a sus simios llevarse las armas.

—Si, ya es todo—Respondio el castaño mirando a la misma dirección que el simio.

César voltio a ver a Nix, que estaba sentada en el cofre del auto con la mirada baja.

—Ustedes... Se conocen ¿No?—Pregunto Malcom con cierto toque de curiosidad al notar que el simio miraba a Nix, se preguntaba cómo es que la niña conocía al simio.

—Ella... Salvarme... a mi... y a mi... hijo—Responde el simio sin quitarle la vista a la pequeña, le parecía raro y preocupante el hecho de notar que la niña tenía una actitud tan fría y distante, mayormente los jóvenes de esa edad rebosaban de alegría y energía, o al menos eso era lo que César veía en su colonia con los simios jóvenes.

Malcom por otro lado estaba sorprendido, no podía creer que Nix hubiera hecho eso.

—Es igual de valiente que su madre—Susurro el hombre para si mismo, sonriendo al ver el parecido que compartían su vieja amiga con su hija.

Malcom nunca lo diría en voz alta... Pero extrañaba bastante a Melisa, eran grandes amigos de la adolescencia y compartieron buenos momentos... Incluso el hombre se enamoró de ella antes de conocer a la madre de Alexander.

El pecho del hombre se estrujó un poco, bajando ligeramente la mirada, sintiendose mal al pensar de que no pudo cumplir la última promesa que le había hecho a su mejor amiga

"𝘾𝙪𝙞𝙙𝙖 𝙖 𝙢𝙞 𝙣𝙞ñ𝙖 ¿𝙨𝙞?"

Del lado de nuestra protagonista, ella sentía las miradas tanto de Malcolm cómo de ¿César?, si no había escuchado mal así se llamaba el simio, recordando que cuando era más chica, lo había visto la primera vez que presenció a los simios de cacería. Nix estaba casi segura que estaban hablando de ella, pero no le dió importancia.

{…}

Se encontraban caminando por un sendero, según César, los iba a llevar a un lugar cerca de la presa para que acamparán allí.

{Fire Monster} ~ El planeta de los simios ~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora