(Llamada telefónica)
Dime por qué me voy a tener que fiar de ti, explícame como voy a poder creer toda esta historia sin tan siquiera tu te la crees.
Explícame por qué tú eres diferente, venga explícamelo.
(Silencio y solo silencio)
Como quieres que te crea si nada ya es creíble.
Acéptalo, vivimos en una mentira.
En una jodida mentira.
¿Piensas responder?
Ya veo que no... antes de decirte adiós solo quiero recordarte algo:
Solo tú has sido la mentira de ti mismo
Sí, acéptalo.
Has caído en tu propio abismo.
Y ahora , eres un cobarde,
al que yo ni miraría.
Pero tengo que aceptar,
que aún así
sigues en mi vida.
Pero espera,
no te equivoques.
No eres más que un recuerdo,
al que yo olvidaría.
Eres como una canción;
al principio fuiste mi favorita,
pero luego pasaste
a ser algo que jamás
volvería a escuchar.
Y antes de despedirme,
he dicho fuiste,
porque ya no eres,
ni serás,
alguien en quien confiar.