Suplico las migajas del amor que en ti quedan por mi; se mi amante aunque a mi oído prediquen tus labios puras mentiras. Mírame aunque en tu pupila el deseo y amor ya no existe; deséame nuevamente… creeré que soy quien provoca tus gemidos. Acariciaré cada rincón de tu cuerpo, aún sabiendo que otra persona desliza en tu piel sus anhelos ¿Vale la pena este nuevo amor? ¿Qué debo hacer? Temo que huyas de mi lado, por eso no cometo reproches en tu persona.
Han pasado cuatro meses desde que tu mirada febril cambió; debí suponerlo en ese entonces. Sin embargo; hice caso omiso a las señales obvias… pasaron semanas y cada nuevo indicio resultaba más claro, fuí como un ciego negándome a la cruel realidad… ya no eres mío. La confianza jugó sucio contra la obviedad de tu infidelidad; tuvieron que pasar dos meses más para quitar la venda de mis ojos, fue un desliz de tu parte… Un pequeño detalle, un simple mensaje en tu teléfono "desearía tenerte a mi lado, vuelve a mis brazos…"
Aquella noche no logré conciliar el sueño, aunque a mi lado durmieras tan plácidamente, aunque tú calor corporal drenara el frío que rodeaba la habitación… aquella noche, observé tu rostro relajado durante horas, pensando en él porque cometerías semejante pecado contra nuestra relación ¿Quién te escribió? ¿Quién es aquel que te profesa tanto amor?
Fueron los celos suficientes para mantenerte vigilado durante semanas; quizás por descarte y tú completo estado de indiferencia, quizás por confianza… quizás por tus labios y tu cuerpo, me confíe. Aleje los pensamientos crueles y las dudas, dejando aquel mensaje como un loco fanático obsesionado contigo; ahora se que no debí ignorar la clara verdad. Sin embargo; aquel que no quiere ver siempre tendrá una mano amiga que te guíe a la realidad… todos, todos lo sabían; después de todo era un secreto a voces donde yo era el único que jugaba a ser sordo y ciego; tu corazón y cuerpo ya no eran míos, me eras infiel.
Y como un telón que se abre; así descubrí todas las mentiras… las señales que quería ignorar; el nombre que casi dejas escapar durante el sexo, las noches dónde decías quedarte en tu casa, las llamadas que no podía escuchar… el hombre que en cada junta me observa con total superioridad y odio; me di cuenta de todo. Te odio por hacerme esto, me odio por dejarte escapar de mis brazos hacia otro y a él lo odio por creerse tu dueño.
¿Qué debo hacer? ¿Enfrentarte? Temo que te vayas de mi lado, que ya no ocupes ese lado en mi cama, que ya no te vea caminar por mi hogar con tanta naturalidad… Apo ¿Por qué me hiciste esto?
Han sido días de dolor y estrés, carcomiendo mi cabeza cada vez que no estás junto a mi; todos parecen sentir lástima por la situación que me aqueja… nuestros amigos, aquellos que se alegraron por nuestra relación ahora parecen odiarte ¿Cómo pueden odiarte y yo aún así amarte?... Parece que pasaré otra noche de desvelo mirando el vacío a mi lado en la cama. Sin embargo; al abrir la puerta allí frente al gran ventanal estás de pie mirándome fijamente.
¿Anhelo? ¿Felicidad? ¿Enojo? ¿Qué siente mi corazón al verte? Incluso si aún guardo alguna esperanza, aquel resquicio de fe muere cuando las maletas a un lado de la entrada me reciben.- ¿Qué?...- apenas murmullo bajo el silencio del lobby; sintiendo mi corazón latir desbocado en busca de un ancla al cual sostenerse.-Apo…
-Mile… creó que sabes porque he tomado está decisión.- quisiera desconocer las razones; quisiera que tu mirada no resultará tan avergonzada ¿Te duele tanto como a mí? Mientras me acerco hacia ti resulta más claro, las lágrimas frías que corren por mis mejillas son pruebas del crimen que has cometido; no he llorado, ni siquiera cuando me di cuenta de todo… deseaba ser fuerte para así convencerme de que nada estaba pasando, y ahora como un peso inigualable han caído sin parar.
Es mi voz frágil, el susurro rogando a tu lado dulce -No… te lo ruego, no lo hagas.- Incluso si luzco como un desesperado, mis palabras no logran quedarse sin un pequeño llanto.
-Yo… - supongo que querrías darme explicaciones. Aún así no las deseo… no las necesito, quizás antes lo habría pedido bajo el enojo furioso que llenaba mi corazón, pintando el mundo de rojo. No obstante; el ahora es diferente… todo lo que temía se hacé realidad, si ignorar las explicaciones y fingir demencia aseguran tu estadía a mi lado, entonces seré el más grande idiota que se niega a aceptar el designó de la vida.- los dos sabemos…
-¡No!- si interrumpiendo logro más tiempo a tu lado, entonces de tus labios no saldrá palabra en toda la noche… aceptarás, lo sé; tanto es tu remordimiento que no te negarás a mis súplicas, nunca lo has logrado hacer.- Dime qué todo lo que he pensado, que todas las señales son meras suposiciones injustas… dime qué todos están jugando en tu contra, que mienten para alejarnos… dime qué es una pesadilla, Apo mienteme si es necesario.
-... Mile…- bajando la mirada procuras no observarme, tienes pena… te da vergüenza lo que has hecho ¿Por qué ahora? ¿Te sientes horrible y por ello no puedes decir nada? Las manos que te sujetaban caen lentamente mientras te quiebras y derramas unas cuantas lágrimas.
El mirarte es un acto doloroso, lo ha sido durante meses… duele el solo fingir una sonrisa para aplacar el punzante cuchillo que me atraviesa cada vez que se que has estado junto a él. recostado en el gran vidrio miró el oscuro lobby dónde tantos momentos pasamos felices como pareja y ahora no tienen sentido.-no lo harás… porqué es verdad.- más lágrimas corren mientras el nudo en mi garganta apenas me deja respirar, como si me ahogará bajo el mar infinito.
El silencio del lugar resulta intimidante y doloroso pues permite el sonido de tu llanto y el mío mezclarse ¿Por qué lloras? ¿Te duele más que a mí? ¿No me quieres dejar? ¿Porque me hiciste ésto? ¿Por qué nos hiciste ésto? - Yo… lo siento tanto, Mile nunca debí..- no, no dejaré que termine asi.
-No me importa…- aunque tenga que convencerme y destruir una pequeña parte de mi corazón, aceptaré ese dolor; pues no tenerte a mi lado es un suplicio.- no me importa el, no me importa lo que hicieran o si se aman, solo dime qué me amas a mi…- con el poco valor que aún me queda, observó bajo una mirada empañada de lágrimas, tu rostro llorar y negar.- Aunque sea mentira, dime que me sigues amando, dime qué nunca me fuiste infiel… te creeré ¡mienteme! Miénteme por favor…- no aguantando más, te tomo en mis brazos mientras ruego y lloro desconsoladamente pidiendo regresar el tiempo y no dejar que aquel hombre ocupe mi lugar.- quédate a mi lado, él no me importará, te necesito Apo… Por favor, no me dejes.
Las manos fuertes tratando de separarnos mientras susurras bajo y con mucho dolor.-No Mile… no es justo, ódiame… debes odiarme, golpéame, ¡gritame cuánto me odias!
-No…- buscando los labios que una vez fueron solo míos, te alejas en un intento desesperado por hacerme entrar en razón, tomando tanta distancia como sea posible mientras secas las lágrimas que no paran de correr por tu rostro.
-¡Te he sido infiel por meses! He sido una mierda contigo… no es justo, yo… no te merezco.
-¡No! ¡Mientes!... Apo no…
-Lo siento, ¡lo siento tanto!- es lo último que escuchó antes de que tomes tus cosas y te vayas mientras lloro en medio de aquel lobby, solitario y como un perdedor.
¿Qué habría pasado si en vez de dejar pasar aquel mensaje hace meses, te hubiera enfrentado? ¿Ahora seguiríamos juntos? ¿Lo habrías dejado, arrepentido por semejante traición? Desearía que él hubiera se hiciera realidad y en vez de llorar solo hoy; estés a mi lado en nuestra cama dejándonos llevar ¿Cómo se supone que superé esto? ¿Por qué simplemente no me mentiste? Te habría creído culpable o no.
Te habría amado ciegamente durante la eternidad…
Nota:
He estado desaparecida e incluso he dejado de lado mis fics, todo es debido a mi estado de salud... Últimamente estoy tomando muchas pastillas, las cuales me generan mucho sueño y poca concentración. Sin embargo; como un golpe de inspiración y enfoque logré escribir este pequeño one-shot... Espero que me ayude volver animarme para escribir los fics.